William Butler Yeats

Él recuerda la belleza olvidada

Cuando te estrecho entre mis brazos

arrimo al corazón una belleza

que se extinguió del mundo hace ya mucho;

coronas enjoyadas que al huir sus ejércitos

los reyes arrojaban a lagunas sombrías;

cuentos de amor que damas soñadoras

hilvanaban con seda

en telas que ha mordido la polilla asesina;

rosas que desde siempre

las doncellas prendían a su pelo,

lirios frescos como el rocío

que las damas lucían por pasillos sagrados

donde el incienso alzaba tales nubes

que solo Dios podía abrir los ojos:

pues aquel pecho pálido y aquella mano persistente

provienen de una tierra más sumida en el sueño,

de un tiempo más sumido en el sueño que el nuestro;

y cuando entre dos besos tú suspiras

escucho suspirar a la blanca Belleza

por la hora en que todo ha de morir como el rocío,

mas llama sobre llama, abismo sobre abismo

y trono sobre trono, sumidos en letargo,

el peso de la espada en sus férreas rodillas,

cavilan sus altivos misterios solitarios.