William Butler Yeats

La isla del lago de Innisfree

Me levantaré ahora e iré, iré a Innisfree,

y haré allí una humilde cabaña de arcilla y zarzas;

nueve hileras de judías tendré allí, una colmena que me dé miel

y viviré solo en un claro entre el zumbar de las abejas.


Y allí tendré algo de paz, pues la paz viene gota a gota

y cae desde los velos matinales a donde canta el grillo;

allí la medianoche es una luz tenue, y un cárdeno brillo el mediodía,

y colman el atardecer las alas del pardillo.


Me levantaré ahora e iré, pues siempre, día y noche,

oigo el rumor del lago ante la orilla;

cuando estoy en la calzada, o en las grises aceras,

lo oigo en lo más hondo de mi corazón.


William Butler Yeats en La rosa (The rose) [1893]

Trad. Antonio Rivero Taravillo

  

He de partir sin falta, partir hacia Innisfree,

y alzar una cabaña con arcilla y con zarzos:

nueve hileras de judías tendré, un enjambre de abejas,

y solo he de vivir en el claro vibrante.


Y algo de paz encontraré, pues la paz llega lentamente,

gotea entre los velos de la aurora y el lugar donde canta la cigarra;

allí la medianoche es un rescoldo, el mediodía un brillo púrpura

y la tarde se puebla de alas de pardillo.


He de partir sin falta, pues siempre, noche y día,

oigo temblar las aguas en la orilla del lago;

en medio del camino, o en las grises aceras,

allá en lo más profundo del corazón las oigo.