William Butler Yeats

Él oye el grito de las juncias

Me aventuro por la orilla

de este lago desolado

donde el viento aúlla en las juncias:

Hasta que no se rompa el eje

que sostiene a los astros en su ronda,

y las manos arrojen a lo hondo

los pendones del Este y el Oeste,

y se desciña el cinto de la luz,

no ha de yacer en sueños

tu pecho junto al pecho de tu amada.