Paul Éluard

El espejo de un momento

Disipa el día,

Muestra a los hombres las imágenes desligadas de la apariencia.

Quita a los hombres la posibilidad de distraerse,

Es duro como la piedra,

La piedra informe,

La piedra del movimiento y de la vista,

Y tiene tal resplandor que todas las armaduras y todas las máscaras

     quedan falseadas,

Lo que la mano ha tomando ni siquiera se digna tomar la forma de

     la mano,

Lo que ha sido comprendido ya no existe,

El pájaro se ha confundido con el viento,

El cielo con su verdad,

El hombre con su realidad.


Paul Éluard en Capital del dolor (Capitale de la douleur) [1926]

Trad. Aldo Pellegrini