Una vez hecho el diagnóstico podemos pensar en las bases de orientación que podemos seguir para llegar a la consecución de nuestros objetivos. Iremos desarrollando una secuencia de actividades que tratarán de la mejora que nos proponemos. Será la Fase de Desarrollo. En ella, en algún momento, podemos utilizar la rúbrica utilizada al comienzo de la Unidad y ver esa mejora. Durante esta fase, la mejora continua va de la mano de una evaluación formativa.

Tras esta fase estaremos en condiciones de dar respuesta al problema planteado realizando un "Post-texto".

Alguna o algunas de las evidencias que recogeremos para realizar la evaluación acreditativa, y poder calificar a los alumnos y alumnas, nos colocarán ante el dilema de tener que resolver otro u otros problemas de la misma familia. Algunas de esas evidencias puedes verlas clicando en "Ebidentziak".

Pero son varias las evidencias que a tal fin hemos podido ir recogiendo a lo largo del proceso o que recogeremos al ir finalizando el mismo. Es posible que muchas de esas evidencias requieran la elaboración de una rúbrica para calificarlas. En todos los casos consideramos que el nivel básico que se necesitaría para obtener la calificación mínima necesaria sería el nivel en el que el alumno o alumna es capaz de hacer lo que se le ha propuesto pero lo hace con ayuda. El nivel de excelencia, máximo nivel, sería aquel en el que el alumno o alumna realiza bien la tarea y además ayuda a otros a realizarla bien (Neus Sanmartí).

Si durante el desarrollo de la Unidad Didáctica se ha realizado autoevaluación y coevaluación, y además en determinados momentos en que el profesor o profesora han intervenido para evaluar se ha realizado triangulación (estando el interesado o interesada presente) para acordar la calificación, nos será sencilla la comunicación de resultados a la familia ya que todas las partes estaremos de acuerdo con los mismos.