Zona 4


Entrevistadas (documentos): 5 mujeres

El Ortigal

Guamasa

Los Baldíos

Los Rodeos



Camino Las Acacias, La Cañada, El Ortigal, Garimba, Los Rodeos, El Boquerón, Guamasa, ... “Había más medianeros que propietarios”. Las participantes aportan un mapa con el que visualizar la zona en la primera mitad del siglo XX:

Había poquitas casas, “bajaba a llevar la leche a Garimba y luego por Parrado”. Las casas estaban por Santa Rosa, antes caminito de Guamasa. No estaba la Iglesia, había un camino y la carretera general que pasa por La Cruz Chica, Tacoronte, hasta La Orotava. Se podía llegar desde un camino de Valle de Guerra por El Boquerón. El tranvía llegaba hasta Tacoronte. Había un tranvía de carga que venía de madrugaba y se cargaba. Había trilladoras y molinos. Guamasa, que reivindican como nombre de una princesa guanche, iba del molino hasta La Cruz Chica. En Camino Las Acacias desde el Camino Real partían las tierras de Juan Abad hasta “el” linde con el Portezuelo, Tegueste y las “suertes1 de la casa del agua que eran unas huertas “maravillosas, la casa del agua daba agua para todos los millos y las papas de los medianeros”. Don Juan tenía un caballo y se iba a recorrer todas las fincas “que no se camina en el día”. “En esa época el centro del pueblo era el Camino de Las Acacias, que era la zona de los ricos: los Abades, los García, Don Quintín El Amargado, Lázaro, Álvarez el de los almacenes, Alonso, Don Valerio, … y el resto era medianero”. Los señoritos vivían en invierno en Santa Cruz y se les llevaba la leche. En La Cañada había unas sesenta casas y el gran propietario era Martín Rodríguez en tierras y la granja de Don Jaime Lorenzo de gallinas y pollos de engorde; Eduardo Zamorano era el propietario de una zona amplia desde El Púlpito hasta la cordillera. Las casas de los militares estaban al lado del aeropuerto. Se caminaba por el aeropuerto y se jugaba al fútbol por “los” lindes con los guardias civiles y los bomberos; en la época de Franco, dicen, hicieron el aeropuerto con los presos “rojos”. En el año 1950 “se trajo luz de La Laguna, la gente tenía que parar el tendido, la corriente la tenía que dar un barco en Santa María del Mar”. Por debajo del Casino estaba el pequeño campo de fútbol pero antes estuvo en Suertes Largas. Había también un carpintero, un barbero (Alberto) y el zapatero. Las ventas que había eran las de Jesús Veiro, Vicente, la de la Granja de Jesús, la de Chano, la de Antonio, la de Armando, la venta de Manolo El Negro. En la escuela pública de Don Manuel Capirote estaba la primera centralita telefónica. El Suprema (sala de fiestas) fue cine y tenía una cantina fuera. El que ponía la película era Crispino, “un chico de La Laguna que enseñó a Manolín, a Cipriano, a Nicolás, y hasta Fernando estaba de portero y aprendió a poner las películas siendo menor de edad”. Suena a Cinema Paradiso, ¿verdad? Y la primera máquina de gofio fue la de Agustín Espinosa, detrás del Suprema; el molinero era Pedro.

¿Notas algo? A lo mejor no porque en la historiografía esto ha sido habitual pero … somos Las Seis de Aguere, recuerda. ¿Notas algo ahora? Exacto. ¿Dónde están las mujeres de la zona? Ni siquiera en voz de las mujeres de la zona.