Taco


Cuando estalló el polvorín de Geneto la gente de Taco igualmente lo oyó y corría de un lado a otro porque no sabían dónde estaban sus familiares. Y no sólo eso, cuando la zona todavía estaba sin construir llegó alguna bala desde Hoya Fría (Santa Cruz) mientras los soldados hacían maniobras. Vamos a adentrarnos así en este sector y a variar un poco el paisaje tanto natural como social, que incluye patrimonio militar, dado que había y hay otros polvorines, e industrial, con la huella de algunas instalaciones de las que nos hablan incluso de aquéllas que desaparecieron.

Desde el puente de la Pepsi-Cola, Nuevo Obrero, hasta el límite de El Sobradillo, Barranco Grande” todo era huertas de … todo: plátanos, papas, trigo, … Cuesta imaginarlo viendo cómo es hoy. ¿Imaginas la montaña de Taco coronada arriba con el Toro de Osborne? Pues sí, estuvo. La misma Montaña de Taco donde se criaban cochinos. Ahora no porque señalan que antes se respetaban y ahora se robarían. Sin embargo cuando había lo que hacían los chicos era, a la vuelta del colegio, pedir la comida que le sobraba a la gente y se la llevaban a los cochinos. A quien lo hacía les daban un trozo de carne cuando los sacrificaban. Para conservar tanta cantidad la salaban. ¿Y qué dirías si supieras que hubo un jardín dentro de una finca de unos señores? Tenía fuente, guardería, colegio. Es más, daban clases en él -también en la carretera- y el desayuno, la leche, el queso, el almuerzo (“más lentejas que otra cosa”). Era una finca con chalets grandes y árboles frutales, paseos, piscina, … “Eso era precioso”, “venían muchos alemanes a quedarse ahí”, “era un paraíso”. Vivía Arturo Escuder, dueño de la fábrica de bebidas, y cuando murió los herederos/as abandonaron el lugar y la gente lo saqueó todo.