Son aquellas reacciones químicas en las cuales un elemento desplaza a otro elemento desde un compuesto para la generación de otro compuesto nuevo. [1]
Las reacciones en las cuales un elemento desplaza a otro de un compuesto reciben el nombre de reacciones de desplazamiento.
Por ejemplo, el dióxido de manganeso, MnO2, se utiliza como catalizador, sustancia que incrementa la velocidad de reacción, pero que no se consume durante la misma; aquí permite que la descomposición se lleve a cabo a una temperatura más baja. Estas son siempre reacciones rédox. Mientras más baja sea la electronegatividad de un metal, es más fácil que el metal se oxide, por lo que se dice que es más activo.
Los metales activos (menos electronegativos) desplazan a los metales menos activos (más electronegativos) o al hidrógeno de sus compuestos en solución acuosa para dar la forma oxidada del metal más activo y la forma reducida (metal libre) del otro metal o hidrógeno. [1]
Vaso de precipitado de 50 ml
Solución de Sulfato de Cobre (II) CuSO2
Clavo de Fierro
Papel de lija para metal
Pinzas de crisol
Con un trozo de lija para metal, limar la superficie del clavo de Fierro.
En un vaso de precipitado de 50 ml, añadir solución de sulfato de cobre (II), aproximadamente de 5 a 10 ml.
Introducir el clavo limado al vaso de precipitado y verificar que esté completamente cubierto por la solución de sulfato de cobre (II).
Esperar unos minutos (3 a 5 minutos), quitar el clavo con unas pinzas de crisol del vaso con solución.
Ver la superficie del calvo, la cual se ha recubierto de un sólido rojizo. El sólido rojizo que aparece sobre el clavo de hierro es cobre, que procede de la reducción del ion Cu2+; por otra parte, el hierro se oxida a Fe2+.
Observar el fenómeno y escribir la reacción.