Se puede observar como la bolsa se va inflando paulatinamente. En diversas zonas se verá un burbujeo que, incluso, puede oírse. De vez en cuando, puede agitarse la mezcla. Si es preciso, se va renovando esta agua para que permanezca tibia. Al cabo de un tiempo, la bolsa debe de estar turgente. En el laboratorio, reforzamos el cierre con papel celo para evitar escapes indeseados.