La Reina de oro

María José Iglesia, la Reina elegida para representar a Carú Curá en sus cincuenta años, contó sobre su experiencia de toda una vida en la comparsa.

Maria José Iglesia es la quincuagésima reina de Carú Curá y porta un tipo de sangre que tiene los colores verde y blanco porque, literalmente, ella forma parte de la historia de la comparsa, tanto como la comparsa forma parte de su historia.

Ha heredado la pasión y la lleva como un legado de amor, pues su abuela, Florencia Balestra, fue una de las mujeres de la primera Comisión de la comparsa, que le pusieron el nombre.

Baila en la “Piedra Verde” desde que tiene un año de edad, hasta que llegó este momento tan especial.

“Ser reina es como Messi, que sólo le faltaba la Copa del Mundo para culminar su paso por el fútbol. Bueno, para mí es lo mismo. Lo esperaba desde siempre, hasta que llegó. Se hizo esperar, pero soy de oro” expresó la Soberana.

Durante muchos años se destacó en Carú Curá por lucir sus espectaculares trajes y espaldares y, por supuesto, esta edición 2023, no será la excepción. Está preparando su vestuario desde hace dos años, cuando fue elegida, antes de que el reinado haya sido retardado por la dolorosa pandemia. Sólo le resta ultimar detalles.

De todos modos, como buena comparsera, que lleva el gusto por los tambores y redoblantes en el alma, no estuvo alejada de las pistas durante estos años de pausa. Fue invitada a participar en una comparsa capitalina.

“Acá no hubo carnaval, se suspendió y un día me llamó Horacio Gómez, que era diseñador de Sapucay, aunque este año ya no pudo, porque está en Buenos Aires, diseñando en televisión –y también lo fue de Carú Curá- y me dijo: este año Sapucay va a incluir algunas figuras del interior y como yo sigo tus trajes y te conozco, te quiero preguntar si te gustaría venir a bailar acá.

La verdad es que me dio un poco de fiaca tener que organizar todo e ir, además de que ya hacía un año no teníamos carnavales. Ya estaba como desenganchada, entonces le dije que me dejara pensarlo.”

Comentó la Reina y confesó que al poco tiempo se decidió, con el apoyo de su marido y su familia, a hacerlo, convirtiendo esta oportunidad, en una experiencia emocionante y verdaderamente disfrutada.

María hizo hincapié en dos cuestiones, las cuales constituyen los pilares primordiales del carnaval, que actualmente se está viviendo en Esquina.

En primer lugar reconoció la importancia de homenajear a aquellas personas que ya no se hallan físicamente en este mundo y que considera que la mejor forma de hacerlo es mantener viva la tradición que han inculcado en sus clubes, en sus familias, en sus comparsas y en la comunidad toda.

Y, por otro lado, destacó la evolución social que existe, hoy, en relación con la limitación que se ha logrado respecto de la rivalidad entre fanáticos y fanáticas de Yasí Berá y Carú Curá, o al menos de la disminución de la violencia e intolerancia con la que ésta se manifestaba.

Es que se ha llegado a un nuevo tiempo, en el que lo que prima es la búsqueda de que esta costumbre compartida se sostenga y se vuelva más fuerte. Para ello se debe tener en cuenta el pasado y entender que hay ciertas conductas y situaciones que alejan de este objetivo. Y así será…