La Campeona Nacional

La Reina en aquel dorado 1997, en el que la Comparsa Carú Curá ganó la competencia y se ubicó en lo más alto del Carnaval, Constanza Schmit, revive la experiencia en esta memorable nota.

Hace veintiséis años Carú Curá, de la ciudad de Esquina, hizo un despampanante despliegue en la capital correntina y fue seleccionada, entre muchas otras de igual categoría, para recibir el título de Campeona Nacional del Carnaval.

Este es uno de los hitos de la historia de la comparsa y de toda la orgullosa comunidad esquinense, que en ese momento celebró el triunfo.

Constanza Schmit se convirtió en una de las reinas más representativas de la Piedra Verde por ser quien la representó cuando, por fin, tras haber terminado en segundo lugar el año anterior, logró obtener el triunfo. Con una alegría, inexpresable mediante palabras, contó cómo recuerda ese inolvidable momento:

“Los carnavales de Corrientes eran mágicos y nos tocó bailar en la avenida. Es indescriptible lo que se sintió, porque nos tocaron bailar aproximadamente diecisiete cuadras.

Siempre nuestras mayores competidoras directas fueron las comparsas de Mercedes, que eran divinas. Pero, esa vez, bailamos tres días consecutivos en un fin de semana y es como que se notaba… ya se escuchaban murmullos sobre Carú Curá. Nosotros sabíamos que podíamos estar entre los favoritos y nos enteramos de la noticia volviendo del viaje, en el colectivo.

Yo me acuerdo y se me sigue erizando la piel. Todos juntos gritábamos y cuando llegamos acá, a Esquina, estaba todo el pueblo.

Había gente de Carú Curá y gente de Yasí Berá. Todos en caravana nos acompañaron con bocinas y banderas de las dos comparsas. Fue emocionante.”

Estas palabras transmiten un mensaje cargado de unión, porque las rivalidades se pausaron y la festividad colmó las calles constituyendo un hecho sublime en el contexto de esa época.

Más aún, considerando que ella es hija y nieta de fanáticos de la comparsa, en teoría, contraria.

“Mi familia me ayudó muchísimo, siendo todos de Yasí Berá. En ese momento era mucho más marcada la diferencia, que ahora. A mí siempre me identificaron con ellos y me hacían notar mucho el peso de esta diferencia. Pero, la verdad: yo siempre me sentí muy bien y nunca pasó nada malo.”

Contó Constanza.

El carnaval es un cúmulo de sucesos y emociones únicos, los cuales se instalan en la vorágine de un tiempo limitado, que pareciese no poder detenerse.

Tanto el público, como los/as músicos/as y bailarines/as, conforman un escudo de defensa, que ha logrado, durante más de cincuenta años, la perdurabilidad de este evento, que es más que eso: es la expresión de la identidad local.

Esto sucede mediante la predisposición favorable hacia el encuentro y la comunicación respetuosa de sentimientos. Esto… es lo que hay que seguir sosteniendo.-