Físicos
Después de fumar se presenta una ligera aceleración del ritmo cardíaco, dilatación de los vasos sanguíneos, enrojecimiento de los ojos y sequedad de boca. Dependiendo de la cantidad utilizada se pueden sentir desde mareos hasta una fuerte pérdida de coordinación.
Psicológicos
Algunas personas experimentan relajación y buen humor, llegando a reír casi sin parar, pero algunos pueden desarrollar sensaciones de paranoia y malestar. Habrá quienes experimenten una sensación de mayor energía y capacidad para desenvolverse, pero también quienes se sientan muy fatigados y se tornen incapaces del contacto social. Los exocannabinoides incrementan la imaginación pero disminuyen la concentración en la mayoría de las personas.
El consumo de cannabis entraña riesgos para la salud, especialmente la marihuana fumada, aunque se ha demostrado que los primeros informes sobre los peligros de esta droga se habían exagerado. Sin embargo, el riesgo de dependencia psicológico o habituamiento al cannabis es alto, pues activa las estructuras de los circuitos de recompensa que están relacionados con la dependencia.
El principal riesgo físico de consumir marihuana es el daño pulmonar. El cannabis, como el tabaco, puede contener muchas sustancias químicas “dañinas”, que pueden causar enfermedades pulmonares, especialmente debido a que normalmente se fuma sin filtro. También puede empeorar el asma y causar espasmos pulmonares. Para evitar esto, se puede ingerir oralmente o se pueden utilizar vaporizadores, ambas opciones son tan seguras que se recetan para pacientes con cáncer y varias otras condiciones médicas.
No existe ningún reporte sobre posibles daños genéticos en bebés cuyos padres consumen habitualmente marihuana, aunque en algunos casos fumar cannabis con frecuencia puede tener alguna relación con el riesgo de que el/la bebé nazca con menor peso del esperado. El consumo del cannabis también puede provocar aceleramiento del ritmo cardiaco, por lo que no se recomienda su consumo para personas que padezcan de presión alta.
Incluso lxs fumadorxs frecuentes pueden llegar a presentar episodios de ansiedad, pánico y paranoia. Esto dependerá siempre de la potencia y calidad de la marihuana que consuman. El cannabis afecta también a la coordinación, por lo que manejar vehículos bajo sus efectos puede poner en riesgo tu vida. Es importante evitar el consumo de marihuana si eres propensx a la esquizofrenia. Por eso te aconsejamos que si vas a fumar marihuana por primera vez, comiences con una dosis pequeña, de tal manera que puedas medir el efecto que tiene en vos.
Muchxs consumidorxs que han fumando marihuana diariamente durante un lapso mayor de dos años presentan un patrón crónico de fatiga, pereza, inestabilidad emocional, falta de energía, falta de motivación, disminución de la productividad y pérdida de la iniciativa. Sin embargo, es común encontrar casos de personas que la han fumado por muchos años y no presentan estos síntomas. Debido a que el CBD contrarresta los efectos del THC, formas de cannabis con altas concentraciones de CBD conllevan menos riesgos psicológicos. De hecho, se investiga la utilidad del CBD para el tratamiento de esquizofrenia pues hay muchas indicaciones que tiene características protectores contra la psicosis u otros síntomas de esquizofrenia.
El límite de marihuana que es posible consumir no ha sido estipulado. Nunca se han reportado casos de muerte por sobredosis. En caso de que consumas una cantidad muy alta de cannabis terminarás por sentir un letargo que terminará forzándote a tomar una siesta.
El potencial de dependencia de la marihuana es significativamente alto en cuanto a dependencia psicológica. El consumo reiterado genera hábitos y asociaciones condicionadas difíciles de romper. La marihuana no provoca dependencia física, por lo que su retiro no produce ningún síndrome de abstinencia orgánica. Sin embargo, al abandonar el consumo algunos usuarios presentan síntomas de orden psicológico como ansiedad, tensión o irritabilidad que desaparecen al cabo de unas semanas.
Si consumes marihuana con mucha frecuencia, te recomendamos que intentes regular tus dosificaciones de forma que te permita ser funcional según tu estilo de vida. Recuerda que es importante no permitir que ninguna sustancia te domine: Siempre debes tener vos el control de lo que consumes, y no que lo que consumes tenga control sobre vos.
Debido a que los cannabinoides sintéticos son ‘research chemicals’ nuevos no existe mucha información sobre su toxicidad o sus efectos a largo plazo. Pues comparten características con el THC y no con el CBD, es probable que los riesgos son al menos comparables con el THC (o con el cannabis con poco CBD) y quizás más altos. Por lo tanto te aconsejamos que los uses con cuidado y moderación.
Si bien los cannabinoides son sustancias que a corto plazo tiene poca peligrosidad, es bien sabido que a largo plazo puede tornarse en un problema para la persona usuaria. A continuación daremos algunos consejos para reducir el riesgo al consumir esta sustancia.
Procura no utilizar pipas cortas y “hitters”, pues el humo producido por estos utensilios es mucho más caliente y provoca mayor daño. Si puedes, utiliza vaporizadores para reducir el daño.
Una pipa de agua filtra el humo del cannabis. Sin embargo, el agua filtra los cannabinoides en una medida más grande que otras sustancias en el humo, tales como productos de combustión; ya que estas últimas son más dañinas, una pipa de agua hace que fumas relativamente más sustancias dañinas y menos cannabinoides por toque, así que fumar de esta forma puede llegar a ser más dañino que fumar un porro.
Si es tu primera vez, fuma solo un poco. No le des más de 3 o 4 "jalones", así sabrás qué tipo de efectos tiene sobre vos y puedes evitar una mala experiencia.
No fumes todo el “puro” . La última parte del cigarrillo, que conocemos como "tocola" o "las tres", siempre es la que quema a más altas temperaturas, causando mayor daño pulmonar.
Usa papel lo más fino posible y en poca cantidad para armar los puros, mejor si son de cañamo. Cuanta menos combustión aspires, mejor para tus pulmones.
Mantén un buen nivel de hidratación. El cannabis deshidrata las vías respiratorias. Bebiendo agua ocasionalmente reduces el daño a la garganta y la incomodidad de una boca reseca.
Quita las ramas y semillas. Su temperatura de combustión es más alta y ocasiona mayor irritación y daño pulmonar.
Evita las situaciones incómodas. Bajo los efectos de la marihuana es común encontrarse en estados de mayor receptividad, por lo que es mejor mantenerse en un entorno que te resulte cómodo y conocido.
No fumes antes de dormir. Las ondas cerebrales se alteran al fumar marihuana, tu cuerpo y tu mente no descansan de la misma manera bajo sus efectos.
Si fumas, NO MANEJES. Tampoco fumes en la vía pública. El cannabis altera la coordinación, consumirla y manejar puede causar un accidente u ocasionar problemas con la ley.
Si puedes elegir entre un tipo de cannabis que contiene mucho CBD o poco CBD, es mejor usar el con mucho CBD pues el CBD tiene características protectores contra ciertos problemas mentales provocados por el THC.
Debido a la popularidad del cannabis (es decir, los cannabinoides) y al relativo control que se puede tener sobre sus efectos, es muy común que las personas que usan drogas utilicen el cannabis en diversas combinaciones con otras sustancias. A continuación mencionaremos algunos de los efectos que surgen de estas mezclas.
Alcohol: Si se te pasa la mano en cualquiera de ambos, puedes experimentar un estado muy poco placentero. Aumenta la posibilidad de lipotimia (bajada drástica de presión) conocida como "EMPALIDAR", especialmente cuando la marihuana es consumida luego de una ingesta previa de licor. Apenas la línea en el consumo de alcohol es rebasada, es posible que el vómito se presente con mayor facilidad, acompañado de la sensación conocida como “la cama voladora, helicóptero”, caracterizada por mareos que se hacen más intensos al cerrar los ojos generando que busques "anclarte a la cama", Que puede terminar en desmayos. Recuerda que si vas a combinar ambas sustancias reduces el riesgo de descompensación al consumir la marihuana previo al alcohol.
LSD: La marihuana puede aumentar los efectos del LSD. Aunque esta mezcla no representa un riesgo alto, es importante mantenerla en dosis bajas para evitar ataques de pánico o ansiedad.
MDMA y anfetaminas: No se genera una reacción tóxica o excesivamente peligrosa. Hay diferencias entre los efectos del MDMA y las demás anfetaminas pero en términos generales, el cannabis reducirá un poco los efectos estimulantes y en el caso del MDMA aumentará la sensación corporal y la percepción de bienestar. Puede llegar a ser difícil de controlar el cuerpo y el placer, por lo que no se deben intentar tareas que requieran coordinación fina, mantener conversaciones serias o conducir. Moverse por la calle puede resultar muy peligrosas dependiendo de las dosis consumidas. NO CONDUCIR
Cocaína: La cocaína puede levantar el efecto eufórico del cannabis, contrarrestando el aletargamiento y volviéndolo más ligero y fresco. Sin embargo el bajón de la cocaína se incrementa y el daño a las vías respiratorias es mayor. Además, la alteración psicológica que se presenta con la cocaína se puede agudizar con el cannabis, provocando un brote psicótico o comportamientos erráticos.
Heroína y opiáceos: Por lo general los consumidores de heroína pueden utilizar el cannabis para sobrellevar los primeros síntomas de abstinencia. El cannabis suele fumarse con opiáceos para aumentar los efectos de relajación. Los opiáceos son sumamente adictivos.
Tabaco: Es muy común, sobre todo en países occidentales en donde la marihuana suele ser más potente, combinar el tabaco con cannabis. Recuerda que ambos son muy dañinos para los pulmones y el tabaco es sumamente adictivo.
Benzodiacepinas: Suele presentarse como una mezcla muy atractiva ya que se genera un estado de sopor muy placentero en dosis pequeñas. Esto no le quita el impacto orgánico que tienen las pastillas por sí solas y hay que recordar que los sedantes como las benzodiacepinas (Clonazepam-Rivotril, Diazepam-Valium) deprimen el sistema nervioso central y por lo tanto pueden llevar a la pérdida de conciencia o a alteraciones fuertes de la mente con dosis ligeramente mayores (por ejemplo, media pastilla extra).
Los endocannabinoides son agonistas de los receptores cannabinoides CB1 y/o CB2(excluso la OAE que actúa como un antagonista del receptor cannabinoide CB1). En los axones de células nerviosas se encuentra presente el receptor cannabinoide CB1, mientras que el receptor cannabinoide CB2 se encuentra presente particularmente en células inmunes. La activación del receptor cannabinoide CB1 inhibe la liberación de neurotransmisores por el axón. Este sistema endocannabinoide funciona como un mecanismo de retroalimentación que controla la actividad de las neuronas y entonces juega un papel importante en el desarrollo del cerebro y en la homeostasis (el equilibrio) de la actividad cerebral. La activación del receptor cannabinoide CB2 inhibe la célula inmune y entonces la respuesta inmunológica. El principal endocannabinoide que actúa sobre este receptor es el 2-AG, el cual entonces tiene efectos antiinflamatorios. Sin embargo, el 2-AG tiene una afinidad con el receptor cannabinoide CB1 también que es comparable con su afinidad con el receptor cannabinoide CB2.
El THC es el mayor fitocannabinoide psicoactivo en el cannabis y tiene, como el 2-AG, afinidad agonista con tanto el receptor cannabinoide CB1 y el receptor cannabinoide CB2. Otros fitocannabinoides con efectos agonistas en los receptores cannabinoides CB1 y/o CB2 son el CBN y tal vez el CBC. El CBD casi no tiene afinidad con los receptores cannabinoides CB1 y CB2, pero indirectamente antagoniza el efecto de los agonistas de este receptor. En la práctica entonces contrarresta los efectos del THC y clínicamente probablemente tiene utilidad en el tratamiento para esquizofrenia. El THCV actúa como antagonista del receptor cannabinoide CB1 y como agonista del receptor cannabinoide CB2. Entonces parece tener efectos comparables con los efectos de la OAE. Los otros fitocannabinoides probablemente no tienen efectos en el cuerpo humano o sólo tienen efectos muy leves.
Los cannabinoides sintéticos pueden estar desarrollados para fines médicos pero también para fines recreativos. Los cannabinoides sintéticos son usados debido a sus propiedades agonistas del receptor cannabinoide CB1 pues el receptor cannabinoide CB2no está asociado con efectos psicológicos. Algunos cannabinoides sintéticos tienen una potencia comparable a la potencia del THC y otros tienen una potencia más alta. El cannabinoide sintético que probablemente es el más potente es el HU-210, el cual es entre 100 y 800 veces más potente que el THC.
Los agonistas del receptor cannabinoide CB1 provocan efectos recreativos o, más bien, los exocannabinoides con actividad agonista a través del receptor cannabinoide CB1. Cuando los exocannabinoides son fumados los efectos comienzan de 5 a 10 minutos después de inhalarse y desaparecen aproximadamente entre una y dos horas después. La duración de los efectos puede diferir entre varios tipos de cannabinoides sintéticos, pero generalmente son comparables con la duración de los efectos del cannabis. Los efectos de los exocannabinoides dependen de muchos factores que van desde el tipo de persona que la utiliza y la frecuencia con que la consume, hasta la misma potencia de la planta o del cannabinoide y el entorno en que se administra.