Taller de escritura

         Un cuento

Terminamos este recorrido por el arte del relato con la lectura de tres cuentos, uno del siglo XIX (Vanka, de Chejov) y dos del XX (Es que somos muy pobres, de Juan Rulfo, y La fiesta ajena, de Liliana Heker), que aprovecharemos para trabajar la escritura de vuestro propio cuento. 


Vanka, de Antón Chejov (Rusia, 1860-Alemania, 1904)


Anton Chéjov fue un escritor ruso, médico de profesión, que destacó como dramaturgo y autor de relatos. Sus obras teatrales (Tío Vania, El jardín de los cerezos o La Gaviota) se siguen representando en todo el mundo, pero es sobre todo valorado por sus relatos cortos, siendo considerado hoy uno de los más grandes cuentistas de la literatura de todos los tiempos.

Vanka fue publicado por primera vez el 25 de diciembre de 1886 en un periódico ruso. El protagonista de este cuento es un niño de nueve años, huérfano de madre y padre, que vive en Moscú como aprendiz de zapatero y se siente muy solo y falto de cariño. Así que decide escribir una carta a su abuelo en la noche de Navidad, mientras todos han ido a misa, para pedirle que venga a por él y se lo lleve de vuelta a la aldea en donde, un día, vivió con él y con sus padres. 


Es que somos muy pobres, de Juan Rulfo (México 1917-1986)


Juan Rulfo es uno de los grandes escritores latinoamericanos del siglo XX. Narrador, guionista y fotógrafo, su talento fue reconocido por tan solo dos obras: Pedro Páramo (1955), considerada una de las mejores novelas de toda la literatura y que abre camino a las experimentaciones narrativas posteriores, y la colección de cuentos El llano en llamas, de la que hemos tomado el relato que vais a leer a continuación.

Toda la obra de Juan Rulfo está dedicada a hablar sobre los pobres, pero este es el único cuento que, desde su título, deja patente esa intención. El relato se desarrolla en un ambiente rural y de pobreza. El narrador es un niño, hijo pequeño de una familia muy humilde, que reflexiona sobre la desastrosa situación que están viviendo debido a una terrible inundación y se preocupa, especialmente, por las consecuencias que esta tendrá en el futuro de su hermana Tacha.


La fiesta ajena, de Liliana Heker (Argentina, 1943)


Liliana Heker es una reconocida escritora argentina, que publicó con veintitrés años su primer libro de cuentos, Los que vieron la zarza, y que ha escrito además de cuentos varios ensayos y novelas, entre ellas la controvertida El fin de la historia, que tiene como trasfondo la dictadura militar argentina. 

El relato que vais a leer presenta uno de los temas más habituales en los cuentos de Liliana Heker: la infancia y la visión distorsionada que los niños tienen del mundo de los adultos. En el cuento, Rosaura, hija de una sirvienta, es invitada al cumpleaños de Luciana, la hija de la señora de la casa donde trabaja la madre. A pesar de lo mucho que se divierte y del éxito que tiene en la fiesta, el final del cuento resulta demoledor. 

Taller de escritura

Una vez leídos en clase los tres cuentos, iremos comparando algunos aspectos - título, protagonista, lugar en el que se desarrolla la historia, punto de vista del narrador, formas del discurso (narración, descripción y diálogo) y desenlace- como paso previo a la redacción de vuestro propio cuento. 

Al hilo de vuestro coloquio sobre los cuentos tendréis que ir dando vueltas a estas cuestiones: ¿Qué quiero contar? ¿Quién o quiénes serán los protagonistas? ¿Qué les sucederá? ¿Dónde y cuándo transcurre la historia? ¿Cómo lo quiero contar? ¿Quién lo narra? Etc. Veamos más detenidamente cuatro aspectos fundamentales en un texto narrativo, reflejados en esta tabla que puede ayudaros a tomar apuntes de lo que se habla en clase. 

Aspectos que considerar para la escritura del cuento

PROTAGONISTA

Aunque los protagonistas de los tres cuentos que comentamos son claramente muy diferentes, tienen bastantes cosas en común. Enumeradlas entre todos. Después anotad individualmente aspectos que se hayan dicho de estos protagonistas que queráis tener en cuenta para el vuestro: podéis tomar nota de su carácter, alguna situación, el ambiente familiar, el entorno…, o bien, podéis optar para crear un protagonista muy diferente y una situación totalmente opuesta, ambiente , etc. 

ESPACIO 

Imaginad una historia que se enmarque en una narración realista, es decir, contad algo que conozcáis o algo que pudiera ocurrir perfectamente en vuestro entorno -pueblo o barrio, familia, centro escolar, grupo de amigos, etc.-. Esta fue la opción eligieron Chejov, Hecker y Rulfo para mostrar la situación de los grupos más desfavorecidos en sus respectivos países. 

Planteaos también ¿Qué puedo describir? Deteneos a describir un lugar, un personaje, una habitación, un paisaje, etc. Fijaos en estos ejemplos:

«Moscú es una ciudad muy grande. Hay muchos palacios, muchos caballos, pero ni una oveja. También hay perros, pero no son como los de la aldea: no muerden y casi no ladran. He visto en una tienda una caña de pescar con un anzuelo tan hermoso que se podrían pescar con ella los peces más grandes. Se venden también en las tiendas escopetas de primer orden, como la de tu señor. Deben costar muy caras, lo menos cien rublos cada una. En las carnicerías venden perdices, liebres, conejos, y no se sabe dónde los cazan".

"La mañana estaba llena de nublazones y parecía que había seguido lloviendo sin parar. Se notaba en que el ruido del río era más fuerte y se oía más cerca. Se olía, como se huele una quemazón, el olor a podrido del agua revuelta.

A la hora en que me fui a asomar, el río ya había perdido sus orillas". 

"La mañana de la fiesta descubrió que su madre le había almidonado el vestido de Navidad. Y a la tarde, después de que le lavó la cabeza, le enjuagó el pelo con vinagre de manzanas para que le quedara bien brillante. Antes de salir Rosaura se miró en el espejo, con el vestido blanco y el pelo brillándole, y se vio lindísima."

TIPO DE NARRADOR y PUNTO DE VISTA

Modelo 1: Narrador en primera persona.

ES QUE SOMOS MUY POBRES

Narrador en primera persona que cuenta lo que ve en su entorno y lo que le ocurre a otro personaje, en este caso a su hermana Tacha. Es decir, aunque forma parte de la historia es narrador más observador que protagonista.

«La apuración que tienen en mi casa es lo que pueda suceder el día de mañana, ahora que mi hermana Tacha se quedó sin nada. Porque mi papá con muchos trabajos había conseguido a la Serpentina, desde que era una vaquilla, para dársela a mi hermana, con el fin de que ella tuviera un capitalito y no se fuera a ir de piruja como lo hicieron mis otras dos hermanas, las más grandes.»

Modelo 2. Narración en tercera persona 

 LA FIESTA AJENA

Narración en tercera persona durante toda la historia, se trata de un narrador omnisciente.

«Ella iba casi todas las tardes a la casa de Luciana y preparaban juntas los deberes mientras su madre hacía la limpieza. Tomaban la leche en la cocina y se contaban secretos. A Rosaura le gustaba enormemente todo lo que había en esa casa. Y la gente también le gustaba.»

Modelo 3. Narrador que alterna primera y tercer persona 

VANKA  La historia se cuenta desde dos puntos de vista:

1.

El punto de vista de un narrador omnisciente en tercera persona que utiliza con frecuencia el estilo indirecto libre para que el lector conozca en profundidad los pensamientos del protagonista. 

«El tiempo sería soberbio. Habría una gran calma en la atmósfera, límpida y fresca. A pesar de la oscuridad de la noche, se vería toda la aldea con sus tejados blancos, el humo de las chimeneas, los árboles plateados por la escarcha, los montones de nieve. En el cielo, miles de estrellas parecerían hacerle alegres guiños a la Tierra. La Vía Láctea se distinguiría muy bien, como si, con motivo de la fiesta, la hubieran lavado y frotado con nieve… 

Vanka, imaginándose todo esto, suspiraba.

Tomó de nuevo la pluma y continuó escribiendo.»

2. 

El punto de vista del protagonista a través de una carta en primera persona. Fijaos en el ejemplo en el que se reconoce con facilidad la carta, pues siempre aparece entrecomillada. Si elegís este modelo, incorpora una carta y ponedla entre comillas. 

«Ayer me pegaron. El maestro me cogió por los pelos y me dio unos cuantos correazos por haberme dormido arrullando a su nene. El otro día la maestra me mandó destripar una sardina, y yo, en vez de empezar por la cabeza, empecé por la cola; entonces la maestra cogió la sardina y me dio en la cara con ella. Los otros aprendices, como son mayores que yo, me mortifican, me mandan por vodka a la taberna y me hacen robarle pepinos a la maestra, que, cuando se entera, me sacude el polvo. Casi siempre tengo hambre. Por la mañana me dan un mendrugo de pan; para comer, unas gachas de alforfón; para cenar, otro mendrugo de pan. Nunca me dan otra cosa, ni siquiera una taza de té. Duermo en el portal y paso mucho frío; además, tengo que arrullar al nene, que no me deja dormir con sus gritos…»

DIÁLOGO

¿Cómo introducir el diálogo en la narración? Podéis optar por un tipo de diálogo o combinar varios como ocurre en La fiesta ajena. Fijaos en los ejemplos:

Ejemplo 1. Diálogo en estilo directo

–No me gusta que vayas –le había dicho–. Es una fiesta de ricos.

–Los ricos también se van al cielo–dijo la chica, que aprendía religión en el colegio.

–Qué cielo ni cielo –dijo la madre–. Lo que pasa es que a usted, m'hijita, le gusta cagar más arriba del culo. 

Ejemplo 2. Otra forma de introducir diálogo en estilo directo

Era muy raro el mago: al mono lo llamaba socio. "A ver, socio, dé vuelta una carta", le decía. "No se me escape, socio, que estamos en horario de trabajo". 

Ejemplo 3. Diálogo en estilo indirecto

Pero en ese momento se acercó la señora Inés haciendo shh shh, y le dijo a Rosaura si no la podía ayudar a servir las salchichitas, ella que conocía la casa mejor que nadie. 


DESENLACE

¿Cómo finalizo la historia? Como habréis visto en los tres cuentos que estamos comentando, el desenlace puede dar un giro inesperado a la historia. 

Cuando estéis terminando vuestro relato, idead diferentes finales y elegid el que creáis que mejora vuestra historia. 

Quizá os puedan ayudar estos consejos que escribió Shirley Jackson en Notas para un escritor, en los que insiste, sobre todo, en unir el comienzo de la historia con el final.

Una técnica, por supuesto, puede ser comenzar y acabar con algo en lo esencial sea la misma imagen, de modo que una historia que empiece, por digamos, “Era un bonito día soleado” debería acabar con “Seguía cayendo un solode justicia en la calle vacía”. No es una mala política, aunque puede resultar restrictiva. No cabe duda de que la tensión firme de un buen cuento queda aun más tirante con una construcción así. Puedes ligar bien tu historia, sin embargo, con estrategias similares: ¿qué tal una historia que comience con una señora dando de comer a su gato y acabe con una familia sentada a la mesa para cenar? ¿O una historia que empiece con la heroína llorando y acabe con ella riendo? El principio y el final deben estar unidos, por supuesto; el final debe estar implícito en el principio, aunque hay historias que fracasaron porque al autor se le ocurrió una frase final maravillosa y luego intentó escribir una historia que encajara en ella. 

TÍTULO

¿Qué título pongo? Es una pregunta que seguramente os formuléis desde el momento en que os ponéis a escribir, pero a veces el título no surge hasta que el relato ya está terminado. 

Podéis optar por poner el del protagonista, como en Vanka, o un título que sea reflejo del algún aspecto del argumento del cuento como en La fiesta ajena o Es que somos muy pobres. 

También podéis decantaros por una frase o palabra importante, el nombre de un lugar, un título metafórico, el título de una canción... 

Y ya solo queda desearos ánimo ante la página en blanco. Ya veréis cómo a medida que vais escribiendo se os ocurren más ideas, más descripciones, más diálogos, más profundidad. Os aconsejamos que elaboréis varios borradores del cuento antes de darlo por acabado, pero veréis cómo el resultado final merece la pena.