Las amistades peligrosas

Choderlos de Laclos

En el siglo XVIII, el de la Ilustración, se puso de moda la literatura epistolar. Epístola es sinónimo de carta, por lo que una novela epistolar es aquella integrada por las cartas que se intercambian distintas personas y que nos permite contrastar diferentes puntos de vista con respecto a unos mismos hechos. Este perspectivismo es propio del Siglo de las Luces, y a menudo se orientó a contrastar la opinión que sobre la historia y las costumbres de un país tienen quienes han nacido en él y quienes llegan de fuera.

Pero Las amistades peligrosas, la única novela que publicara su autor, Choderlos de Laclos, se inscribe en otra corriente: la de las memorias de un libertino -¿os suena Casanova?- que va consignando sus conquistas amorosas y sus "hazañas" sexuales.

Los dos principales protagonistas de nuestra novela son dos personajes que podemos calificar de libertinos en el sentido que se le daba a esta palabra en la época: El Vizonde de Valmont y la Marquesa de Merteuil viven su vida amorosa y sexual al margen de las convenciones de la época. Fueron amantes en el pasado y mantienen su amistad en el momento en que se abre la novela. Otro antiguo amante de Merteuil está a punto de casarse con una cándida joven de 15 años. La Marquesa, despechada contra su examante, pretende que el vizconde seduzca a la joven Cecilia antes de que la boda se lleve a cabo. Pero Valmont está en ese momento empeñado en otra conquista mucho más difícil: la encantadora Presidenta de Tourvel, mujer casada y muy religiosa.

La trama avanza a partir de las cartas que unos personajes y otros se van intercambiando. Y si su lectura resulta fascinante es porque no solo conocemos de primera mano las diferentes percepciones, emociones y propósitos de cada uno de los personajes, sino porque, en un alarde de estilo admirable, el autor consigue que cada personaje hable y escriba de manera diferente en función de su edad, carácter, estatus, etc., y que además un mismo personaje lo haga también de manera bien diversa en función del destinatario de sus palabras y su propósito comunicativo. Así, Valmont será alternativamente desvergonzado, frío, irónico, tierno, altanero o humilde en función de lo que persiga en cada momento.

Os invitamos -pero esto es voluntario- a leer algunas de las primeras cartas de la novela, donde se dibuja ya el doble hilo argumental de la misma. Tras el visionado de la película podréis comparar un inicio y otro y deteneros en las cuestiones que proponemos para el coloquio.

Tráiler de la película

Cuestiones para el coloquio 

1. Recordad la escena inicial en la que Madame de Merteuil se está acicalando para brillar en la sociedad . El director de la película parece querer mostrar una salida a escena.  ¿Cuál creéis que es el escenario teatral al que va salir? ¿Y quién sería entonces el público? 

2. Una de las cosas que nos fascinan -y nos irritan- de Valmont es su capacidad de manipulación de las mujeres. Lo que es aún más asombroso es que en la novela original la mayor parte de sus palabras no se pronuncian en diálogos cara a cara sino que se recogen por escrito en cartas que llegarán en breve a manos de sus destinatarias. No olvidemos que la película es una adaptación de una novela epistolar por lo que, de hecho, quedan en ella restos de las cartas que sostienen la narración en el libro original. ¿Recordáis momentos de la película en que vemos a los personajes escribiendo o recibiendo cartas, guardándolas, entregándolas? ¿Cuáles han llamado más vuestra atención?

3. Tras su primera entrevista con el vizconde de Valmont, la marquesa de Merteuil acude a su cita con el amante de turno. Este la espera impaciente y le dice: “¿Dónde estábais? El tiempo carece de lógica cuando no estoy con vos. Una hora es como un siglo.” ¿Recordáis las palabras con que contesta Merteuil? “Ya os dije que nos llevaríamos mucho mejor si hicierais un decidido esfuerzo por  no hablar como en las novelas.” Comentadlas y ponedlas en relación con la construcción del personaje de Merteuil.

4. Valmont, por su parte, acabará haciéndose cargo del ruego que le ha hecho Merteuil y forzará a la joven Cecilia de Volanges, por más que luego se nos muestre como un juego amoroso libremente compartido por ambos. Comentad esta trama secundaria de la novela, la relativa a Cecilia. 

5. La marquesa de Merteuil es un personaje de una dureza extraordinaria. En esta conversación con Valmont le explica cómo ha llegado a convertirse en lo que es. ¿Cuál de sus afirmaciones llama más vuestra atención?

- A veces me pregunto cómo habéis conseguido convertiros en vos misma.

- No he tenido otra opción: soy mujer. Las mujeres estamos obligadas a ser más hábiles que los hombres, que podéis destrozar nuestra reputación y nuestra vida con solo unas cuantas palabras. Por eso he tenido que inventarme no solo a mí misma, sino formas de escapar que nadie había imaginado. Y si lo he conseguido es porque siempre he sabido que había nacido para dominar a vuestro sexo y vengar el mío.   

- Sí, pero yo os he preguntado cómo.

- Cuando me presentaron en sociedad yo tenía 15 años, y ya sabía qué papel estaba condenada a representar. Guardar silencio y observar me dio la oportunidad perfecta para observar y escuchar. Escuchar no lo que me decía la gente, que naturalmente carecía de interés, sino precisamente aquello que querían ocultar. Practiqué la indiferencia, y aprendía a sonreir mientras bajo la mesa me clavaba el tenedor en el dorso de la mano. Me convertí en una virtuosa del engaño. No buscaba el placer, sino el conocimiento. Consulté a los más estrictos moralistas para dominar las apariencias; a filósofos, para saber qué pensar; y a novelistas, para saber hasta dónde podía llegar. Y al final lo destilé todo en un principio asombrosamente simple: vencer o morir. 

6. Poned en relación ese diálogo con esa declaración de guerra final. ¿De qué tipo es el vínculo que une a los personajes de Valmont y Merteuil? ¿Cuáles son los sentimientos de cada uno de ellos hacia el otro?

7. ¿Es creíble el final de Valmont? ¿Su enamoramiento de la presidenta Tourvel ha sido sincero? 

8. Volvamos sobre una escena previa: la conversación entre la Presidenta Tourvel y la tía de Valmont. ¿Qué pensáis de lo que dice la anciana tía?

- Tengo que irme de esta casa. Estoy desesperadamente enamorada. Irme es lo último que deseo hacer, pero prefiero morir a vivir con remordimiento.

- Mi querida niña, nada de esto me causa sorpresa. Lo único que me sorprende es lo poco que cambia el mundo.

- ¿Qué debo hacer? ¿Qué me aconsejáis?

- ¿Aún creéis que los hombres aman como nosotras? No. Los hombres disfrutan con la felicidad que sienten. Nosotras, solo con la que damos. Ellos son incapaces de entregarse exclusivamente a una persona. Esperar que nos haga felices el amor es causa segura de sufrimiento.

9. Llegamos ya final de la película. De Merteuil, Valmont y la Presidenta Tourvel ya hemos hablado. Pero, ¿qué ha sido de Cecilia de Volanges y el joven Danceny? Quizá os resulte curioso saber que el final de la novela es diferente al de la película. 

Taller de escritura

Hemos aludido líneas arriba a la conversación entre Madame de Tourvel y la señora Rosemonde. Dicha conversación tiene en la novela un formato epistolar. Reproducimos aquí parte de la carta escrita por Madame de Tourvel para que seáis vosotros quienes, de manera individual, y respetando el estilo de la novela, la continuéis.