La Nueva Escuela Mexicana (NEM), propuesta por el gobierno de México a partir de las reformas educativas de 2019, establece un modelo pedagógico que busca articular los ejes fundamentales de la educación con una visión integral. Los Ejes Articuladores son principios transversales que orientan la educación hacia una formación humanística, inclusiva y crítica. Estos ejes permiten generar una coherencia entre las distintas áreas del conocimiento y fomentar una ciudadanía crítica, responsable y comprometida con su entorno.
La inclusión es uno de los ejes fundamentales de la NEM, orientada a garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico, género, capacidad o discapacidad, tengan acceso a una educación de calidad. Este principio parte del reconocimiento de la diversidad como una riqueza que debe ser aprovechada en el aula, promoviendo políticas y prácticas que aseguren la equidad.
Según Murillo y Hernández-Castilla (2020), la inclusión educativa implica transformar las estructuras, políticas y prácticas escolares para garantizar la plena participación de todos los estudiantes. La NEM establece que las escuelas deben implementar estrategias que eliminen las barreras al aprendizaje y fomenten un sentido de pertenencia.
El pensamiento crítico en la NEM se refiere a la capacidad del estudiante para analizar, cuestionar y reflexionar sobre la información que recibe. Este eje busca formar ciudadanos capaces de tomar decisiones informadas y éticas, a la vez que puedan identificar problemáticas sociales y proponer soluciones creativas.
De acuerdo con Paul y Elder (2018), el pensamiento crítico se desarrolla cuando los estudiantes son capaces de evaluar argumentos y evidencias con criterio propio, sin aceptar información de manera pasiva. La NEM integra este enfoque a través de metodologías activas que fomentan el análisis y la reflexión crítica en el proceso de aprendizaje.
La interculturalidad es un eje clave en la NEM que reconoce la pluralidad cultural de México. Este enfoque promueve el respeto y la valoración de las diversas culturas, lenguas y cosmovisiones presentes en el país, especialmente las de los pueblos indígenas. El objetivo es construir una convivencia armónica basada en el reconocimiento de la diversidad.
Dietz (2020) subraya la importancia de la interculturalidad crítica como un enfoque que no solo reconoce la diversidad, sino que busca transformar las relaciones de poder que históricamente han marginado a ciertos grupos culturales. En este sentido, la NEM promueve la integración de los saberes indígenas y comunitarios en el currículum.
Este eje fomenta la adopción de hábitos de vida saludable, promoviendo una cultura del bienestar físico, mental y emocional. La NEM incluye contenidos curriculares relacionados con la alimentación sana, la actividad física y el autocuidado, para formar estudiantes que puedan cuidar de su salud de manera integral.
Pérez-González y Colom (2017) señalan que la educación en habilidades socioemocionales es esencial para el desarrollo integral del estudiante, ya que le permite enfrentar los desafíos de la vida de manera equilibrada. En este contexto, la NEM promueve el autocuidado y el bienestar emocional como pilares de la educación.
La igualdad de género es uno de los principios rectores de la NEM, cuyo propósito es eliminar las barreras estructurales y culturales que perpetúan la discriminación y la violencia de género. Se busca crear un entorno escolar en el que tanto niñas como niños, mujeres y hombres, tengan las mismas oportunidades de desarrollo personal, académico y profesional.
Los objetivos incluyen:
Sensibilización y educación: Enseñar sobre los derechos de las niñas, los niños y adolescentes, promoviendo un entendimiento crítico sobre los estereotipos de género y las desigualdades.
Acciones afirmativas: Integrar políticas de prevención de la violencia y la discriminación en el entorno escolar.
Empoderamiento femenino: Fomentar el liderazgo de las niñas y mujeres en las actividades escolares y comunitarias.
Transversalidad del enfoque de género: Incorporar la perspectiva de género en todas las materias, para promover una educación que favorezca la igualdad de oportunidades.
Busca integrar la formación artística como un componente clave en la educación de los estudiantes. La NEM reconoce que las artes son esenciales para el desarrollo integral, pues promueven la creatividad, la sensibilidad y el pensamiento crítico.
Objetivos principales:
Desarrollo de habilidades creativas: Fomentar la expresión individual y colectiva a través de la pintura, música, danza, teatro, literatura y otras formas de arte.
Apreciación cultural: Enseñar a los estudiantes a valorar las diversas expresiones culturales y artísticas que existen en su entorno y en el mundo.
Bienestar emocional: Las experiencias artísticas permiten a los alumnos expresar emociones, lo que contribuye a su bienestar psicoemocional.
Interdisciplinariedad: Conectar las artes con otras áreas del conocimiento para promover aprendizajes más significativos y completos.
Este eje se enfoca en la apropiación cultural a través del desarrollo de competencias en lectura y escritura, como herramientas clave para que los estudiantes conozcan y se apropien de su herencia cultural, así como para fomentar la convivencia con otras culturas.
Algunos de los enfoques clave son:
Diversidad cultural: Promover el conocimiento y el respeto de las diversas culturas a través de la lectura de textos que aborden tradiciones, lenguas indígenas, historias locales y universales.
Lectura crítica: Desarrollar en los estudiantes la capacidad de analizar y reflexionar sobre los textos, ayudándoles a construir una identidad cultural propia y una mejor comprensión del mundo.
Producción escrita: Fomentar que los estudiantes produzcan sus propios textos, reflejando su cultura y experiencias, lo que contribuye a la apropiación cultural y al desarrollo de habilidades comunicativas.
Incorporación de la literatura indígena y popular: Valorar la diversidad lingüística y cultural de México a través de la lectura y escritura en diferentes lenguas, con énfasis en las culturas originarias.
Los Ejes Articuladores de la Nueva Escuela Mexicana proponen un enfoque integral, inclusivo y crítico de la educación, enfocado en formar ciudadanos responsables y conscientes de su papel en la sociedad. Cada uno de estos ejes aporta al desarrollo de competencias clave en los estudiantes, como el pensamiento crítico, el respeto a la diversidad, el compromiso social y el cuidado del entorno. Al analizar estos ejes, queda claro que la NEM busca una educación transformadora que no solo capacite a los estudiantes en lo académico, sino que los prepare para enfrentar los retos del mundo actual.
La Nueva Escuela Mexicana (NEM), propuesta por el gobierno de México a partir de las reformas educativas de 2019, establece un modelo pedagógico que busca articular los ejes fundamentales de la educación con una visión integral. Los Ejes Articuladores son principios transversales que orientan la educación hacia una formación humanística, inclusiva y crítica. Estos ejes permiten generar una coherencia entre las distintas áreas del conocimiento y fomentar una ciudadanía crítica, responsable y comprometida con su entorno.
La inclusión es uno de los ejes fundamentales de la NEM, orientada a garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su contexto socioeconómico, género, capacidad o discapacidad, tengan acceso a una educación de calidad. Este principio parte del reconocimiento de la diversidad como una riqueza que debe ser aprovechada en el aula, promoviendo políticas y prácticas que aseguren la equidad.
Según Murillo y Hernández-Castilla (2020), la inclusión educativa implica transformar las estructuras, políticas y prácticas escolares para garantizar la plena participación de todos los estudiantes. La NEM establece que las escuelas deben implementar estrategias que eliminen las barreras al aprendizaje y fomenten un sentido de pertenencia.
El pensamiento crítico en la NEM se refiere a la capacidad del estudiante para analizar, cuestionar y reflexionar sobre la información que recibe. Este eje busca formar ciudadanos capaces de tomar decisiones informadas y éticas, a la vez que puedan identificar problemáticas sociales y proponer soluciones creativas.
De acuerdo con Paul y Elder (2018), el pensamiento crítico se desarrolla cuando los estudiantes son capaces de evaluar argumentos y evidencias con criterio propio, sin aceptar información de manera pasiva. La NEM integra este enfoque a través de metodologías activas que fomentan el análisis y la reflexión crítica en el proceso de aprendizaje.
La interculturalidad es un eje clave en la NEM que reconoce la pluralidad cultural de México. Este enfoque promueve el respeto y la valoración de las diversas culturas, lenguas y cosmovisiones presentes en el país, especialmente las de los pueblos indígenas. El objetivo es construir una convivencia armónica basada en el reconocimiento de la diversidad.
Dietz (2020) subraya la importancia de la interculturalidad crítica como un enfoque que no solo reconoce la diversidad, sino que busca transformar las relaciones de poder que históricamente han marginado a ciertos grupos culturales. En este sentido, la NEM promueve la integración de los saberes indígenas y comunitarios en el currículum.
Este eje fomenta la adopción de hábitos de vida saludable, promoviendo una cultura del bienestar físico, mental y emocional. La NEM incluye contenidos curriculares relacionados con la alimentación sana, la actividad física y el autocuidado, para formar estudiantes que puedan cuidar de su salud de manera integral.
Pérez-González y Colom (2017) señalan que la educación en habilidades socioemocionales es esencial para el desarrollo integral del estudiante, ya que le permite enfrentar los desafíos de la vida de manera equilibrada. En este contexto, la NEM promueve el autocuidado y el bienestar emocional como pilares de la educación.
La igualdad de género es uno de los principios rectores de la NEM, cuyo propósito es eliminar las barreras estructurales y culturales que perpetúan la discriminación y la violencia de género. Se busca crear un entorno escolar en el que tanto niñas como niños, mujeres y hombres, tengan las mismas oportunidades de desarrollo personal, académico y profesional.
Los objetivos incluyen:
Sensibilización y educación: Enseñar sobre los derechos de las niñas, los niños y adolescentes, promoviendo un entendimiento crítico sobre los estereotipos de género y las desigualdades.
Acciones afirmativas: Integrar políticas de prevención de la violencia y la discriminación en el entorno escolar.
Empoderamiento femenino: Fomentar el liderazgo de las niñas y mujeres en las actividades escolares y comunitarias.
Transversalidad del enfoque de género: Incorporar la perspectiva de género en todas las materias, para promover una educación que favorezca la igualdad de oportunidades.
Busca integrar la formación artística como un componente clave en la educación de los estudiantes. La NEM reconoce que las artes son esenciales para el desarrollo integral, pues promueven la creatividad, la sensibilidad y el pensamiento crítico.
Objetivos principales:
Desarrollo de habilidades creativas: Fomentar la expresión individual y colectiva a través de la pintura, música, danza, teatro, literatura y otras formas de arte.
Apreciación cultural: Enseñar a los estudiantes a valorar las diversas expresiones culturales y artísticas que existen en su entorno y en el mundo.
Bienestar emocional: Las experiencias artísticas permiten a los alumnos expresar emociones, lo que contribuye a su bienestar psicoemocional.
Interdisciplinariedad: Conectar las artes con otras áreas del conocimiento para promover aprendizajes más significativos y completos.
Este eje se enfoca en la apropiación cultural a través del desarrollo de competencias en lectura y escritura, como herramientas clave para que los estudiantes conozcan y se apropien de su herencia cultural, así como para fomentar la convivencia con otras culturas.
Algunos de los enfoques clave son:
Diversidad cultural: Promover el conocimiento y el respeto de las diversas culturas a través de la lectura de textos que aborden tradiciones, lenguas indígenas, historias locales y universales.
Lectura crítica: Desarrollar en los estudiantes la capacidad de analizar y reflexionar sobre los textos, ayudándoles a construir una identidad cultural propia y una mejor comprensión del mundo.
Producción escrita: Fomentar que los estudiantes produzcan sus propios textos, reflejando su cultura y experiencias, lo que contribuye a la apropiación cultural y al desarrollo de habilidades comunicativas.
Incorporación de la literatura indígena y popular: Valorar la diversidad lingüística y cultural de México a través de la lectura y escritura en diferentes lenguas, con énfasis en las culturas originarias.
Los Ejes Articuladores de la Nueva Escuela Mexicana proponen un enfoque integral, inclusivo y crítico de la educación, enfocado en formar ciudadanos responsables y conscientes de su papel en la sociedad. Cada uno de estos ejes aporta al desarrollo de competencias clave en los estudiantes, como el pensamiento crítico, el respeto a la diversidad, el compromiso social y el cuidado del entorno. Al analizar estos ejes, queda claro que la NEM busca una educación transformadora que no solo capacite a los estudiantes en lo académico, sino que los prepare para enfrentar los retos del mundo actual.