Ronald Theodoro Duarte Herrera
Siempre he insistido en afirmar que Marruecos representa el viaje más cercano a un destino lejano. A un solo paso aguarda una de las experiencias más exóticas e inolvidables que nos podamos imaginar. Y es que al otro lado del estrecho de Gibraltar surge una colección de medinas convertidas en auténticos laberintos en los que perderse a otro tiempo, de suntuosos palacios que parecen haber salido de las páginas de las mil y una noches, así como paisajes que se pierden más allá de la cordillera del Atlas para transformarse en palmerales y vastos desiertos con dunas perfectas sobre las que contemplar en silencio cómo se pone el sol. Con plazas que no se apagan un solo minuto y olas golpeando un fortín de casas blancas que huelen a pescado a la brasa. Con playas de postal que abrazan la mejor luz de África y escaleras de barro por una kasbah de película.
La mayoría de viajeros que van por primera vez a Marruecos, tienen su primera toma de contacto en Marrakech. En nuestro caso cumplimos la tradición y la visitamos durante el viaje que hicimos a Marrakech y Essaouira en 5 días.
Esta ciudad fascinante y a veces agotadora, en la que es una obligación alojarse en un riad en la medina y tomar un té al atardecer mientras observas la vida y los cambios de la Plaza Jamaa el Fna, es todo un símbolo del país, además de una visita imprescindible.
Hay otras muchas cosas que ver y qué hacer en Marrakech, ciudad de palacios, mercados, jardines, mezquitas y medersas, aunque lo mejor es perderse sin rumbo por sus laberínticas calles y encontrar la verdadera esencia de la ciudad.
En Ouarzazate, la puerta al gran desierto del Sahara, se encuentra el Ksar de Ait Ben Haddou, uno de los lugares que ver en Marruecos más imprescindibles. Ait Ben Haddou es un maravilloso pueblo de arcilla y adobe, detenido en el tiempo en una zona árida y rocosa, que estamos seguros, te sorprenderá.
Nosotros lo visitamos en la ruta de las kasbahs que hicimos durante 4 días en coche de alquiler y, tenemos que reconocer, fue una de las guindas del viaje.
Además, como anécdota, te diremos que este Ksar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, ha sido escenario de famosas películas como Lawrence de Arabia y Gladiator.
Pasar la noche en una jaima bajo una noche estrellada en medio del desierto del Sahara, es una de las mejores excursiones desde Marrakech que puedes hacer.
Hay que tener en cuenta que hay dos zonas principales del desierto del Sahara que se pueden visitar fácilmente desde Marrakech: Zagora y Merzouga. El desierto de Zagora se encuentra a unas 7 horas de Marrakech, cruzando el maravilloso Valle del Draa y aunque sus dunas no son tan espectaculares como las de Merzouga, si no dispones de muchos días, es la opción perfecta para vivir la experiencia de pasar una noche en el desierto.
La otra opción sería Merzouga, uno de los desiertos más bonitos del mundo, en el que un mar de dunas perfectas son las protagonistas del paisaje en el que podrás pasar una de las mejores noches de tu vida bajo las estrellas.
Fez, con una medina del siglo VIII declarada Patrimonio de la Humanidad y considerada la más grande del mundo, es una de las ciudades que visitar en Marruecos más imprescindibles. A diferencia de la popular Marrakech Fez te permite disfrutar de sus laberínticas calles, visitar sus escuelas coránicas y comprar en sus zocos, con más tranquilidad, algo que tenemos que confesar, se agradece y mucho.
El lugar más destacado de la medina amurallada es la Curtiduría Chouwara, un espectáculo de olores y colores, entre otras muchas cosas que ver y qué hacer en Fez.
Y después de recorrer la ciudad, como no podía ser de otra forma, no podemos olvidarnos de la gastronomía y más en un lugar como Marruecos, así que te recomendamos subir a alguna de sus terrazas, con vistas a la medina, mientras devoramos el mejor cuscús y tajine de la ciudad.
1 de Muharram, año nuevo musulmán. En realidad este día no tiene mucho trasfondo religioso, pero muchos musulmanes aprovechan la fecha para recordar la vida del profeta Mahoma y la Hégira o emigración que hizo a Medina.
Se celebra el 14 de agosto. Fiesta que conmemora la Revolución de Marruecos en la cual Mohammed V y su pueblo se unieron en la lucha por la independencia.
En Marruecos la festividad más importante o simbólica, este momento es el 30 de julio. Es una celebración nacional que conmemora la entronización del soberano reinante, Mohamed VI. La Fiesta del Trono se celebra con fastuosidad en el Palacio Real y gira en torno a la familia real marroquí.
En el valle Ameln, que se celebra los últimos días del mes de febrero, con cantos, bailes y danzas típicas.