Se presenta una reflexión rigurosa sobre las innovaciones y desafíos de la comunicación digital, así como de las profundas transformaciones de los ecosistemas comunicativos en este “tercer entorno” que implica –pero cambia– el segundo entorno social (polis) y el primer entorno natural (physis). El capítulo se centra en las prácticas de los últimos años. Cabe recordar que el término post-truth se utilizó por primera vez en 1992 y alcanzó su momento culminante en 2016, cuando el diccionario Oxford lo consagró como palabra del año tras la victoria de Trump y del Brexit, procesos en los que fueron determinantes la desinformación, las fake news y la aceleración (y manipulación) de la comunicación en red.

Tras una aproximación de las neurociencias en las que se constata la importancia de los sesgos mentales (cognitivo y de confirmación), así como el predominio de lo emocional (e incluso visceral) sobre lo racional en el impulso de las falsas noticias, se analizan algunas iniciativas internacionales de verificación de la información, así como otras actuaciones para superar la infodemia. Las conclusiones, necesariamente abiertas, ofrecen una evaluación del momento actual, algunas alternativas o antídotos contra las fake news y la “posverdad”, y la hipótesis de que de la capacidad social para superar estas mentiras y engaños –como señala Umberto Eco– depende en gran medida nuestro futuro.