Los estudios sobre “convergencia periodística” han tendido a enfatizar históricamente las dimensiones culturales de este fenómeno múltiple frente a su variable tecnológica, considerada como facilitadora de cambios en el proceso creativo y de distribución y, por consiguiente, en las redacciones. Transcurrida más de una década desde la efervescencia investigadora hacia la convergencia en el ámbito de la comunicación social, este capítulo focaliza su interés en la resignificación de su idea o concepto ante un escenario que comienza ya a caracterizarse como “periodismo hi-tech”. De hecho, la búsqueda de nuevos caminos para el periodismo y los medios en nuestros días parte, en buena medida, de esta convergencia de medios renovada que se sustenta sobre las tecnologías de última generación. Más allá de constituir una variable que puede favorecer la mejora del ejercicio de la profesión, resulta interesante advertir que la tecnología pasa a convertirse en un actante capaz de contribuir al propio desarrollo del periodismo. La actividad informativa se sitúa así en un escenario híbrido de viejos y nuevos medios que mantiene como objetivos el rigor, la veracidad y la calidad pese a las periódicas crisis económicas, y gracias a un entramado tecnológico que, de la mano de la implicación y participación de la ciudadanía, impulsa renovados procesos comunicativos en red.