Hemos decidido crear nuestra empresa de comida sana a domicilio como una Sociedad Limitada (S.L.) por varias razones que se ajustan bien a lo que necesitamos y buscamos. A continuación, les vamos a explicar porque tomamos esta decisión:
Lo más atractivo de la Sociedad Limitada es que la responsabilidad de los socios está limitada. Esto significa que, si algo sale mal con la empresa, solo perderemos lo que hayamos invertido, pero no nuestros bienes personales. En el negocio de la comida a domicilio, donde pueden surgir problemas con la salud, las normativas o incluso algunas quejas de clientes, esta responsabilidad nos da tranquilidad al momento de operar.
Para crear una S.L., solo necesitamos un capital mínimo de 1 €, lo cual es bastante accesible para una empresa que está comenzando. El hecho de que no vallamos a comprar un local ni hacer grandes inversiones al principio nos hace más factible. Lo que más nos interesa en esta etapa es mejorar nuestros productos y el servicio que ofrecemos, más que reunir una gran cantidad de dinero para el capital inicial. También hemos de comentar que antes debíamos aportar un capital equivalente a 3000€.
Una de las razones clave para elegir la Sociedad Limitada es que los socios tienen el control de la empresa. En una S.L., las participaciones sociales no se pueden vender libremente sin el consentimiento de los demás socios. Esto nos permite mantener el control sobre las decisiones importantes y evitar que alguien ajeno o un inversor externo tome el mando sin nuestra aprobación. Si hubiéramos elegido una Sociedad Anónima (S.A.), las acciones serían fácilmente transferibles, lo que podría haber puesto en riesgo nuestro control sobre la empresa.
Como S.L., nuestra empresa tributara mediante el Impuesto de Sociedades, con una tasa de alrededor del 25% máximo sobre los beneficios que generemos. Este tipo de tributación es bastante competitiva para una empresa pequeña o mediana como la nuestra. Además, la S.L. nos permite descontar algunos gastos relacionados con la actividad, lo que nos ayudará a optimizar nuestros impuestos en los primeros años,es decir, pagar el mínimo de impuestos posibles dentro de nuestra empresa. Si optásemos por ser un empresario individual tendríamos que tributar hasta un 47% de nuestros ingresos haciendo mucho menos elitista nuestro proceso, contando con una cantidad económica elevada para hacer de nuestra empresa una exitosa.