Videos en docencia no presencial

El video, desde sus primeros formatos hasta su digitalización, han constituido una herramienta cada vez más ampliamente extendida en los ambientes educativos. Primero como recurso complementario en las actividades presenciales y ahora como herramienta principal o soporte de diversas experiencias de aprendizaje mediada por tecnologías.

Es importante no perder de vista las innovaciones que ofrece este formato para la docencia no presencial, incluso más allá de uso tradicional para videoclases.

Principales usos en docencia

  • Entrega de una lección o clase (videoclase).

  • Presentación de casos.

  • Simulación de eventos.

  • Demostración de procedimientos.

  • Grabación y divulgación de mesas de discusión y foros.

Ventajas

  • Si bien se recomienda moderar la longitud de los videos, en el caso de videos instruccionales (videoclases incluidas) la moderación en la cantidad de textos o diapositivas presentadas puede ser suplida con creces con el relato de o la docente.

  • El uso de plataformas ampliamente extendidas (Youtube, Vimeo, etc.) permite superar la necesidad de capacitar a las y los estudiantes.

  • Pueden ser valiosos recursos de profundización o problematización, especialmente cuando las y los estudiantes son desafiados a encontrar dichos recursos.

  • Permiten el acceso a experiencias (procedimientos, prácticas, problemas del contexto real, etc.).

Desventajas

  • Pueden ser recursos cuya elaboración puede resultar engorrosa, especialmente en las primeras experiencias.

  • La extensión del video puede afectar negativamente su aprovechamiento y uso por parte de las y los estudiantes.

  • El acceso a este tipo de recursos requiere de conexiones a internet relativamente estables y rápidas, además pueden implicar un alto uso de datos. Se deben considerar la conectividad de las y los estudiantes.

Recomendaciones

  • Puede acompañar una videoclase o un video instructivo de una pauta de observación breve, con preguntas orientadoras para la reflexión en torno a los temas principales de la lección o unidad. Puede servir también como insumo para la evaluación y la retroalimentación.

  • Modere los efectos visuales y animaciones. El exceso de estímulos visuales puede distraer la atención de los elementos principales.

  • Procure emplear estos recursos junto con alguna actividad o elaboración de algún producto básico que dé cuenta de la comprensión de los contenidos. Pueden corresponder a controles cortos o guías con preguntas para la observación del video.

  • Procure que el video empleado cumpla un objetivo definido. Por ejemplo, si quiere abordar la operación de algún proceso, puede resultar más efectivo en disponer en videos separados los contenidos acerca de los componentes o estructuras de dicho proceso, para en otro abordar su funcionamiento y relaciones; por ejemplo. Permite privilegiar procesos superiores (como el análisis o la evaluación) por sobre las consideradas más esenciales (identificación o reconocimiento, por ejemplo).

  • Modere la duración del video. Procure dosificar las videoclases extensas a videos de no más de 10 a 15 minutos, idealmente. Privilegie para ello hacer una buena inducción al nuevo conocimiento y a los recursos de profundización (lecturas, guías, etc.), por sobre la entrega de la totalidad de los contenidos mediante la videoclase.

  • Sea innovadora o innovador: Este recurso no se agota en la videoclase, sino que sirve también para disponer mesas redondas y foros de discusión para las y los estudiantes sobre algún tema o tópico especifico.

Herramientas y recursos