10 buenas prácticas
para la docencia mediada por tecnologías

La docencia mediada por tecnologías plantea numerosos desafíos que demandan una nueva visión y concepción de la docencia superior, centrada en el logro de los desempeños, resultados de aprendizaje y perfiles de egreso que compromete cada curso, asignatura o actividad curricular.

Más que trasladar las prácticas del aula real a los espacios digitales, debemos repensar a la luz de la evidencia cómo abordar las nuevas e innovadas maneras de formar propias de una sociedad digital y del conocimiento.

En esta página podrás encontrar algunas buenas prácticas orientadoras para mejorar y adaptar nuestra docencia a los desafíos que enfrentamos.

1) ESTAR PRESENTE EN EL CURSO

Estar presente en el aula real es diametralmente distinto a estar presente en un entrono de formación marcado por la mediación de tecnologías y recursos digitales. A diferencia de un curso presencial, uno remoto, híbrido o semipresencial demanda un diseño pedagógico y un despliegue didáctico que nos permita como docentes hacer sentir a nuestras y nuestros estudiantes que de una u otra manera estamos ahí, guiando y facilitando su aprendizaje.

Una de las aproximaciones teóricas y conceptuales más estudiadas en este sentido corresponde al marco de comunidades de Indagación, el cual nos invita a reflexionar en tres grandes ámbitos en los cuales podemos marcar nuestra presencia y labor docente en el proceso: presencia docente, cognitiva y social.

Presencia docente:
Diseño y estrategia detrás de la experiencia

Este concepto hace referencia, fundamentalmente, al diseño y despliegue didáctico que disponemos como docentes a nuestras y nuestros estudiantes para que desarrollen sus potencialidades y logren los aprendizajes esperados de las sesiones, unidades, actividades y finalmente del curso o asignatura; como así el acompañamiento que brindamos en esta labor.

Comprende el diseño de los recursos de enseñanza y aprendizaje, la selección del contenido de acuerdo a su pertinencia, relevancia y complejidad, entre otros factores, junto con todas las acciones preparatorias para las actividades –sincrónicas o asincrónicas– con nuestras y nuestros estudiantes.

Asimismo, dicho diseño, establecido en virtud de los resultados de aprendizaje de nuestra asignatura, contempla las acciones de facilitación, retroalimentación y guía que ofrecemos en base a nuestra experiencia docente y profesional.

Presencia cognitiva:
Desafíos intelectuales pertinentes

Además del diseño que dará forma a la experiencia de formación y que determinará en gran medida la batería de recursos y actividades que movilizaremos en nuestra docencia, debemos tener claridad respecto al desafío intelectual que esto supone.

Para ello, los Resultados de Aprendizaje de nuestros programas de asignatura son un elemento orientador, que nos ayudará a establecer cuáles serán ls procesos intelectuales con los que desafiaremos a las y los estudiantes.

De acuerdo a ello, podremos tener claridad si, por ejemplo, la actividad una clase o unidad apuntará a procesos simples como la retención de información, clasificación o comprensión de conceptos y tópicos; u hacia otros más complejos, también llamados superiores, como el análisis, la evaluación y creación de recursos de aprendizaje.

Una buena forma de tener claridad respecto a este ámbito es basarse en una taxonomía de actividades cognitivas, dentro de las cuales una de las más exploradas es la denominada Taxonomía de Bloom modificada.

Presencia social:
Importancia de la interacción y la cooperación

La presencia social se refiere a la interacción entre estudiantes y de éstos con sus mentores y constituye un desafío mayor y permanente en la docencia mediada por tecnologías, especialmente por el hecho que no podemos catalizar o dirigir las interacciones como lo haríamos en el aula.

Por ello,. nuestras actividades y discusiones en el aula virtual y en los otros espacios deben contemplar oportunidades para el trabajo colaborativo y la reflexión crítica y respetuosa; relevando y valorando los saberes y experiencias previas de nuestros estudiantes y su contexto regional y local.

El llamado es a pensar en actividades que no sólo impliquen el intercambio de información o tareas entre estudiantes, sino que promuevan una reflexión y cooperación significativa.

2) UNA COMUNIDAD PARA EL APRENDIZAJE

Establecer una comunidad de aprendizaje en nuestro curso mediado por tecnologías es un aspecto fundamental. Así como la presencia social es uno de los principales componentes o dimensiones de una experiencia formativa mediada por TIC, el sentido de comunidad hace referencia a la importancia cardinal que tienen las interacciones que se establecen entre los diversos agentes de las actividades, especialmente entre estudiantes.

Comunidad interactiva y participativa

Como se mencionó anteriormente, a diferencia de lo que ocurre en el aula real, en los espacios virtuales no podemos facilitar, moderar y guiar las interacciones entre las y los estudiantes directamente, sino que debemos apoyarnos en un diseño de actividades que las promueva. El establecimiento de una comunidad de aprendizaje en cursos mediados por tecnologías es u trabajo arduo, sostenido y que paulatinamente muestra sus frutos y que se manifiesta, entre otras cosas, por un aumento progresivo del tiempo destinado a la interacción y reflexión de las y los estudiantes, especialmente en tareas colectivas y que se proyecten a lo largo del curso como, por ejemplo, el abordaje de algún proyecto o desafío pertinente en el marco de un trabajo en equipo.

Para facilitar la incorporación de esta dimensión en nuestra docencia, podemos considerar en el diseño de nuestras actividades los tipos de interacciones que serían deseables de producirse y promoverse. Estas son esencialmente tres: la interacción estudiantes-estudiantes, docente-estudiantes y estudiante-recursos de aprendizaje y enseñanza, donde en un momento inicial de nuestro curso puede haber un claro predominio de las interacciones docente-estudiantes y de éstos con los materiales y recursos. Es importante tener presente que dicho predominio es natural, aunque no es deseable que se proyecte en el curso, sino que, por el contrario, las interacciones entre las y los estudiantes ocupen progresivamente mayor tiempo y/o protagonismo conforme avanza nuestro curso.


Recomendaciones

  • Mantener regularidad en los anuncios a las y los estudiantes respecto a la marcha del curso. Actualmente es posible programar el envío de correos en la plataforma Ucampus, por lo que podemos gestionar y programar avisos, recordatorios u tras informaciones que nos ayudarán a estar presentes durante la semana y el semestre a pesar de la distancia.

  • Aprovechar la introducción al nuevo contenido o conocimiento mediante recursos atractivos, precisos, manejables, tales como cápsulas de video, podcast, guías, etc.

  • Dirigir el abordaje de dudas y consultas de las y los estudiantes en espacios abiertos a la participación de los demás, tales como foros de discusión, comentarios en el blog de la plataforma u otros, siempre que no implique una pérdida de la confidencialidad en al relación docente-estudiante. Así, por ejemplo, una o un docente debiera canalizar todas las interacciones con las y los estudiantes mediante la plataforma Ucampus, en lugar de gestionarlas mediante su correo personal uno a uno, salvo que el tema que se aborde amerite confidencialidad. Esto permitirá a los demás estudiantes aprovechar las dudas y reflexiones de sus pares e incluso aportar a ellas.

3) EXPECTATIVAS CLARAS

Es importante establecer y aclarar los requisitos, exigencias y otros aspectos relevantes para el éxito y aprobación de nuestros cursos con nuestras y nuestros estudiantes, los tiempos y vías de comunicación junto con los desempeños que esperamos lograr y que evaluaremos durante el semestre. Esto permitirá diminuir la incertidumbre y la ansiedad, especialmente en el contexto de emergencia en el que se produce la docencia remota en nuestra Universidad.

Estructura del curso

Dar claridad respecto a los aspectos estructurales del curso –tales como fechas, plazos, evaluaciones y normas de buena convivencia, entre otros– , como así acerca de los desafíos que enfrentarán nuestras y nuestros estudiantes para el logro y evaluación de los resultados de aprendizaje comprometidos en nuestro programa semestral es un aspecto fundamental para apostar por una marcha fluida del curso.

Asimismo, debe existir claridad sobre el espacio virtual en el cual se sucederán los distintos procesos y actividades. En nuestro caso, la plataforma Ucampus es dicho espacio por excelencia, junto con las aplicaciones y herramientas tecnológicas complementarias, tales como Zoom, Menti, Socrative, etc.

Dinámicas de comunicación y participación

También es fundamental promover una comunicación respetuosa bajo parámetros bien establecidos, sobre todo respecto a los canales de comunicación, horarios y plazos de respuesta.

Esto permitirá prevenir que las y los estudiantes demanden comunicación con el o la docente bajo una –irreal– disponibilidad 24/7 o bien que las comunicaciones uno a uno mediante correos electrónicos o mensajería instantánea se transformen en la tónica de nuestras interacciones con las y los estudiantes.

Asimismo, es recomendable comunicar un posible horario o momentos de consultas y consejería para el abordaje de aquellos temas que requieran confidencialidad.

Evaluaciones transparentes

La evaluación es una dimensión fundamental de todo proceso de enseñanza y aprendizaje y, como tal, la claridad y transparencia respecto a ellas es un factor clave para una correcta marcha del curso.

Es deseable que las y los estudiantes conozcan al inicio del curso las evaluaciones y sus tipos, metodologías o modalidades para que puedan darle un sentido más profundo a las diversas actividades y desafíos que se encontrarán en el curso.

Cargas de trabajo definidas

No hay que olvidar que a cada de las asignaturas de nuestra Universidad le corresponde una determinada cantidad de créditos (SCT-Chile), y que hace referencia a la carga horaria de trabajo que supone el curso, distribuyéndose en trabajo presencial/sincrónico y trabajo autónomo/asincrónico.

Es importante considerar este parámetro para no solapar los tiempos presupuestados para cada asignatura, especialmente respecto al resguardo de la carga de trabajo autónomo de las y los estudiantes. No debemos olvidar calcular o presupuestar de forma realista el tiempo que deberán dedicar las y los estudiantes a sus actividades en el marco de una asignatura, tales como el tiempo presupuestado para la lectura de un documento, la visualización de un video o la realización de alguna acción o actividad.

4) DESAFÍOS INDIVIDUALES Y COLECTIVOS

Las comunidades de aprendizaje tienen mayores oportunidades de desarrollarse y consolidarse cuando involucran una diversidad de actividades, en las cuales la interacción entre estudiantes es fundamental, especialmente cuando gran parte de nuestras y nuestros estudiantes no conocen el campus o no han interactuado cara a cara con sus pares. Las actividades en parejas, grupos pequeños y grupos numerosos deben tener cabida a lo largo de nuestro curso.

Las actividades y desafíos de aprendizaje pueden contribuir de mejor manera a nuestra comunidad de aprendizaje y al logro de los desempeños esperados cuando nuestras y nuestros estudiantes se enfrentan al nuevo conocimiento. La evidencia sugiere un efecto positivo en el desarrollo de aprendizajes y habilidades cuando quienes aprenden pueden hacerlo mediante la inmersión en actividades diversas y colectivas, tales como lluvia de ideas, discusiones sobre temas de actualidad que sean relevantes para el curso, abordaje de casos u otros escenarios más complejos. El trabajo en equipo se puede llevar a cabo mediante diversas técnicas y metodologías docentes, y ha mostrado ser particularmente eficaz en el abordaje de reflexiones y desafíos más complejos, como el abordaje de casos reales, simulaciones y otros, especialmente cuando se enfrentan a estas experiencias por primera vez en nuestras asignaturas.

Progresividad y gradualidad

Al inicio del curso es posible que nuestras y nuestros estudiantes se inclinen por el estudio y la actividad individual, o se muestren abiertos a participar en actividades en parejas o grupos pequeños, para que a medida que avanzamos en el semestre y en la complejidad de los contenidos y desafíos podamos aprovechar el desarrollo de sus capacidades de trabajo en equipo para que puedan participar en grupos más numerosos.

Es relevante concebir y ejecutar aquellas actividades colectivas teniendo presente la gradualidad y progresividad necesaria, especialmente cuando nos enfrentamos a un aula –real o virtual– en la que la mayorías de las y los estudiantes han desarrollado la mayoría, sino todas sus actividades formativas universitarias en un régimen no presencial. Por lo anterior, dichas actividades deben ser estructuradas y aportar la información necesaria para que las y los estudiantes inicien un trabajo productivo de forma guiada y fluida.

Actividades individuales

Las actividades individuales, tales como la resolución de guías, la búsqueda de información u otras son efectivas para la promoción de la creación y la reflexión personal.

Al inicio de un curso, es posible combinar paulatinamente las actividades perosnales con actividades en grupos pequeños de manera progresiva.

Grupos pequeños

Las actividades de grupos pequeños (3 a 4 personas) son oportunidades valiosas para el desarrollo y ejercicio de habilidades, conocimientos y actitudes que dicen relación con el intercambio de ideas y la promoción del pensamiento crítico e innovador.

Estas actividades son especialmente fructíferas para el abordaje de proyectos, resolución de problemas y análisis de casos, entre otras.

Grupos numerosos

Actividades como presentaciones, clases magistrales o visitas de expertos y expertas, así como la planificación y diseño de proyectos, conferencias virtuales, lluvia de ideas u otras que involucren grupos o audiencias numerosas son efectivas para abordar desafíos colectivos de mayor complejidad o alcance que aquellos diseñados para grupos menos numerosos.

Es importante tener en cuenta que para que un equipo numeroso sea productivo, es deseable que las y los estudiantes hayan contado con oportunidades para ejercitar sus capacidades de trabajo grupal, como así es recomendable reservarlos para el abordaje de aquellos contenidos más complejos o donde la reflexión profunda y discutida sea fundamental.

5) SINCRONÍA V/S ASINCRONÍA

Una de las preocupaciones principales para la docencia mediada por tecnologías es el balance apropiado entre los espacios y actividades sincrónicos (realizadas con las y los estudiantes en tiempo real) y los asincrónicos (realizadas offline o mediante interacciones no inmediatas). Es deseable alcanzar un balance dinámico de acuerdo a las actividades y desafíos de enseñanza, aprendizaje y evaluación que contemple nuestro curso.

Sincronía: un recurso precioso

Si en la docencia habitual el centro de gravedad del desarrollo de nuestro curso está en lo que hacemos en el aula, interactuando en vivo y en directo con nuestras y nuestros estudiantes, el éxito de un curso mediado por tecnologías demanda un abordaje reflexivo que busque el adecuado balance entre lo que se hace en los tiempos sincrónicos –que corresponde al tiempo en el cual las y los estudiantes pueden desarrollar actividades colaborativas bajo la dirección del o la docente– y lo que las y los estudiantes realizan como trabajo autónomo, ya sea individual o colectivo.

Para que dicho balance sea productivo, es necesario aprovechar el tiempo de trabajo sincrónico en aquellas actividades y desafíos críticos para el logro de aprendizajes y desempeños esperados, procurando incorporar actividades colectivas y diversas, que permitan a las y los estudiantes desarrollar y demostrar sus aprendizajes, más allá de evaluaciones estandarizadas y asincrónicas.

Por ello, resulta relevante redestinar el tiempo en el aula virtual a actividades que supongan un desafío cognitivo que supere a la retención, gestión y comprensión del contenido; y lleve a las y los estudiantes a aprovechar el tiermpo de trabako colectivo end esafíos mayores, tales como el análisis, la evaluación o la creación de recursos de aprendizaje y evaluación.


Asincronía como sustrato necesario

Los espacios de aprendizaje mediados por tecnologías se caracterizan por concentrar las actividades o desafíos cognitivos esenciales (recordar, comprender, analizar) en el tiempo de trabajo autónomo de las y los estudiantes y como oportunidad de inmersión en el conocimiento nuevo para luego desarrollar sus aprendizajes, dudas, problemas conceptuales y necesidad de ejemplos en las actividades sincrónicas, junto con participar de actividades que los lleven a desempeños cada vez más complejos.

De esta manera, el tiempo asincrónico no es un tiempo de menor relevancia o valor para nuestro curso. Por el contrario: las actividades y desafíos asincrónicos constituyen el sustrato sobre el cual se desarrollarán las actividades sincrónicas, permitiendo a la sy los estudiantes adquirir los conocimientos básicos para que puedan participar de las actividades colectivas y sincrónicas, bajo la guía del o la docente.

6) EVALUAR LA MARCHA DEL CURSO

Si bien la Universidad cuenta con procesos periódicos de evaluación de la docencia, es relevante que podamos censar continua y oportunamente cómo va la marcha de nuestro curso, especialmente desde la perspectiva de las y los estudiantes. Aspectos como la facilidad de uso de las plataformas digitales, observaciones sobre las metodologías u otros aspectos de la docencia impartida nos permitirá tomar las medidas necesarias para adaptar el rumbo a tiempo.

La retroalimentación temprana por parte de las y los estudiantes es un recurso valioso para nosotros y nosotras como docentes. En el marco de un contexto marcado por la complejidad derivada de la emergencia sanitaria y las limitaciones de desplazamiento y reunión, la conservación de nuestra adaptabilidad es un factor clave. Para ello podemos solicitar una breve retroalimentación, ya sea de manera informal –en el desarrollo de una clase o actividad– o de manera formal –mediante el servicio de votaciones de Ucampus o un formulario electrónico– para conocer aquellos aspectos que a nuestros y nuestras estudiantes les están resultando provechosos y cuales sería necesario repensar o adaptar.

7) PROMOCIÓN DE LA DISCUSIÓN Y REFLEXIÓN

A diferencia de las actividades presenciales, la formación mediada por tecnologías debe abordar el desafío de promover discusiones y reflexiones significativas a pesar de la menor o nula interacción cara a cara entre estudiantes y entre estudiantes y sus docentes. Es por ello que es deseable que las actividades contemplen y promuevan discusiones y reflexiones relevantes, a partir de temas de interés o de la contingencia, del desarrollo de la disciplina u otros que podamos tener a mano para facilitar la comunicación.

Propósitos de aprendizaje

Las actividades centradas en la reflexión y discusión –guiada por el o la docente–, ya sean estas sincrónicas o asincrónicas, han mostrado ser especialmente efectivas para el abordaje de los siguientes propósitos de aprendizaje, entre otros:


  • Incentivar el pensamiento crítico y creativo.

  • Refuerzo del dominio de acciones ene l marco de procedimientos o procesos.

  • Fomentar el sentido de comunidad y la participación para que las y los estudiantes se conozcan personal e intelectualmente.

  • Explorar el manejo de conceptos y saberes que han desarrollado las y los estudiantes.

  • Guiar a las y los estudiantes hacia reflexiones y formas de pensar estructuradas.

Recomendaciones

  • Aproveche el foro de su asignatura en Ucampus como un espacio de preguntas y respuestas abiertas y atingente a los aprendizajes esperados en el curso.

  • Tener preparada algunas preguntas de respuesta abierta que desafíen a las y los estudiantes a aplicar y demostrar el dominio que tienen de los conocimientos de nuestra asignatura.

  • Aplicar el método socrático para preguntar y desarrollar la reflexión. Se pueden usar preguntas como "¿por qué es esa una buena respuesta? ¿en qué se basa su razonamiento? ¿existe alguna alternativa a la solución propuesta?", etc. La idea es nutrir y dirigir la discusión y la reflexión mediante preguntas invitantes en un diálogo respetuoso.

8) DIVERSIDAD DE RECURSOS

En cursos desarrollados en modalidades remotas, semipresenciales o híbridas los recursos de enseñanza, aprendizaje e incluso de evaluación están basados en plataformas y recursos digitales que, entre otras cosas, se caracterizan por facilitar el aprendizaje ubicuo, es decir desde cualquier lugar, mediante diversos dispositivos y con accesibilidad permanente. Esto no sólo supone innovar en los recursos a usar y/o elaborar; sino que supone también considerar las nuevas formas de comunicación que implica el mundo digital.

Uso innovador de recursos

A diferencia de lo que ocurre en la docencia presencial basada en actividades en el campus, la totalidad de dichos recursos están en soporte digital.

Esto ofrece la oportunidad para nuestra docencia de explotar de forma innovadora recursos de los que ya disponíamos, dando lugar, por ejemplo, a pruebas digitales, guías interactivas o experiencias de respuesta inmediata.

Es fundamental que dichos recursos se condigan con el diseño pedagógico que disponemos, como así que permitan ejercitar y desarrollar los saberes y desempeños que pretendemos lograr y evaluar en nuestros y nuestras estudiantes.

Oportunidad para la motivación

Una ventaja importante que supone el uso de recursos digitales para la enseñanza, aprendizaje y evaluación es que nos presenta oportunidades de abordar conceptos clave o problemáticos mediante recursos de acceso abierto, tales como videos de Youtube, charlas TED u otras.

Esto, además se suponer una importante innovación en sí misma, permite ofrecer una mejor contextualización y presentación del quehacer profesional, cómo se relaciona con el desarrollo de la disciplina y, más importante, cómo se puede vincular con la experiencia de las y los estudiantes y su entorno regional.

9) PERSONALIZACIÓN Y PERTINENCIA

Como parte del diseño pedagógico que las y los docentes disponemos para las experiencias formativas, es fundamental que consideremos como recurso transversal la vinculación del saber disciplinar que abordamos con la experiencia vital de las y los estudiantes, nuestra propia experiencia profesional, como así con temas de actualidad o de relevancia que puedan nutrir y facilitar la apropiación y construcción de conocimiento.

Trayectos de aprendizaje no lineales

La docencia mediada por tecnología también desafía la linealidad o unidireccionalidad con la cual acostumbramos a diseñar y realizar nuestra docencia, donde a veces nos es difícil romper la inercia de prácticas como el abordaje de conceptos por separado o en pequeños núcleos definidos en una secuencia rígida.

En contraposición, nuestro diseño docente debe contemplar la recursividad en el tratamiento y abordaje de los saberes y contenidos, promoviendo que las y los estudiantes no deban asimilar porciones de contenido que no se relacionan con los demás, sino que propendan a la interrelación de lo que aprenden durante el semestre. Esto permitirá desarrollar un dominio de mayor experticia en las y los estudiantes, pudiendo redundar en un abordaje más sofisticado y complejo de sus tareas, evaluaciones, proyectos, etc.

En una docencia no lineal, las y los docentes exponemos conceptos y los vinculamos enredes con otros conceptos, redes que son expandidas y profundizadas a lo largo del curso.

Recomendaciones

  • Una de las estrategias que nos permitirá dar mayor pertinencia a las discusiones y reflexiones de las y los estudiantes es hacer visible su pensamiento. Esto se puede lograr mediante la elaboración de mapas conceptuales, esquemas, mapas mentales o resúmenes, entre otros y cuya elaboración implique las tareas de crear, discutir, reflexionar, explicar, analizar, aplicar e investigar y nos permitirá identificar nudos conceptuales que abordar con mayor pertinencia.

  • El uso de herramientas como el foro de la plataforma Ucampus, documentos compartidos, pizarras digitales, aplicaciones para realizar esquemas o mapas mentales pueden ser aprovechadas para conocer mejor los mapas mentales y razonamientos que hay detrás de los aprendizajes.

  • Es importante aprovechar estas experiencias para que también las y los estudiantes puedan observar sus prácticas d estudio y aprendizaje, evaluarlas e identificar oportunidades de mejora bajo un enfoque centrado en la autonomía y la metacognición.

10) CULMINACIÓN SIGNIFICATIVA

Por lo general, las experiencias de cierre de semestre se centran en evaluaciones, elaboración de textos, presentaciones, cierre de proyectos y resúmenes, entre otros; los que nos pueden aportar información valiosa para visualizar aquellos aprendizajes o conceptos que puedan ser abordados con mayor debilidad o que representen confusión para las y los estudiantes. Esto nos brinda la oportunidad de realizar las últimas adaptaciones de nuestro curso, no olvidando que a esta altura ya apuntamos a entendimientos y saberes más complejos.

Recomendaciones

  • El fin de semestre es una buena oportunidad para reforzar aquellos saberes y habilidades para el aprendizaje autónomo, especialmente para enfrentar de mejor manera los procesos de evaluación y cierre que tienden a acumularse hacia el fin de cada asignatura. Entre estas habilidades están las de organización y gestión personal, de estudio más efectivo u otras que desde nuestra experiencia docente y profesional puedan colaborar con las y los estudiantes.

  • Asimismo, es una buena ocasión para el refuerzo de los conceptos fundamentales o que pudieren haber representado una mayor dificultad para las y los estudiantes.

  • A esta altura del semestre, es conveniente también que el predominio de nuestras interacciones o actividades sean sincrónicas, colectivas y que apunten ala reflexión más profunda que laque observamos al inicio de nuestra asignatura.

Bibliografía

  • Boettcher JV, Conrad R-M. The online teaching survival guide: simple and practical pedagogical tips. Second edition. San Francisco, CA: Jossey-Bass; 2016. p. 43-66.