1. Elevar la calidad de la formación, desarrollando valores, actitudes, habitos y habilidades intelectuales mediante atención personalizada.
2. Revitalizar la relación profesor - estudiante, donde mediante el conocimiento del último se generen actividades que incidan en su formación integral.
4. Crear un clima de confianza en los participantes que permita lograr los objetivos educativos.
5. Permitir que las Instituciones de Educación Superior cumplan con su misión y objetivos (ANUIES, 2011).