Un estudiante que regresa

Nicolás Barreras

No es fácil entrar a una nueva escuela en 9no grado; menos aún si esa escuela es el Colegio San Ignacio de Loyola, una escuela jesuita conocida por ser conservadora y retante. El sistema de evaluación no se parece mucho al que yo estaba acostumbrado en Saint John's School. Me chocaba mucho ver que parecía que a algunos maestros no les importaba si un estudiante salía bien o mal en sus clases. Esa experiencia me afectó tanto que me bloqueé en San Ignacio. Simplemente añoraba regresar a mi escuela anterior, Saint John 's School. Para mí, era una experiencia extraña y confusa, porque tenía muy buenos amigos, pero no me sentía feliz con el sistema académico.



Diariamente pensaba en Saint John 's. Extrañaba mis amistades, los maestros, y su forma de dar clase, pero sobre todo, extrañaba la felicidad que sentía al entrar a Saint John' s. La posibilidad de volver fue lo que me motivó a estudiar y subir las notas con la meta de volver a mi alma mater. Para mí, Saint John 's no solamente es una escuela: es como un hogar donde conviven estudiantes de distintas nacionalidades y donde no me siento bloqueado. Me gusta que haya todo tipo de estudiantes de todas partes del mundo y que se respete la diversidad de género y de religión..

No todo fue negativo en San Ignacio. Allí maduré, y aprendí cosas sobre mí que siento que me van a ayudar por el resto de mi vida. Por ejemplo, en Saint John 's, yo vivía en una burbuja que me protegía del mundo exterior, pero en San Ignacio, todo eso cambió. Me di cuenta de que tenía que salir de esa burbuja y que tenía que echar para adelante por mí mismo. También aprendí a valorar lo que tenía y a apreciar las vivencias en SJS desde otra perspectiva. Confirmé, por mí mismo, la verdad que encierra el refrán: "Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo pierde".

Llegar de nuevo a Saint John 's ha sido una experiencia muy positiva y saludable para mí. Siento que al volver a mi antigua escuela estoy más enfocado y me puedo concentrar en mis estudios. Nuevamente me doy cuenta de que estoy aprendiendo en el salón de clase. Me encanta la calidad humana de mis maestros y cómo me han tratado durante este año. También estoy muy contento con mis notas, algo que en San Ignacio me frustraba. En conclusión, son dos escuelas muy buenas pero diferentes. Yo prefiero a Saint John 's y estoy muy agradecido de que me hayan admitido de nuevo.