Ibiza, España | Marella
En los días previos al desfile, cuando la amiga de mama, o la que me vendió los tacos me preguntaba si estaba nerviosa, mi contestación siempre era un "no" simple y honesto. Pero al llegar a los camerinos, todo cambió. Tenía los pies hinchados y mi pelo ya estaba recuperando su honda natural a pesar de que me habían pasado el "blower". En ese momento, me di cuenta de que estaría desfilando delante de 450 personas.
El caos empezó cuando anunciaron que faltaban 10 minutos hasta el desfile. En ese momento, a Ivana Wu, la que iba a abrir, se le rompió el taco, las mamás me seguían poniendo más maquillaje y había ropa por todo el piso.
En eso todas bajamos y después de ver el desfile increíble de Ivana Wu y Bianca Dueñas los nervios de todos se apaciguaron, convirtiéndose en una emoción comunal de emoción y medio. Esta combinación de emociones por el desfile, y porque en ese momento, era demasiada obvio que éramos júniors, niños de 17 quienes estarían en la universidad el año siguiente, pero eso sería el año que viene y en este momento estábamos más unidos que nunca animándonos unos a los otros.