Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena

En la segunda mitad del siglo XVIII el paso de Despeñaperros y las tierras altas del Reino de Jaén eran una zona despoblada y morada de malhechores y bandoleros que atacaban las diligencias a su paso por el Camino Real. Por ello, Carlos III decidió que la solución sería poblar y poner en cultivo estas tierras, tarea que encargó al limeño Pablo de Olavide. La actuación repobladora se centró en los «grandes desiertos» que recorría el Camino Real de Andalucía: el desierto de Sierra Morena o de la Peñuela, en el Reino de Jaén, y los desiertos de La Parrilla, entre Córdoba y Écija, y de la Monclova, entre Écija y Carmona. Se crearon una serie de asentamientos construidos con criterios racionalistas y regidos por fueros especiales que los liberaban de las restricciones jurisdiccionales del Antiguo Régimen, y al conjunto se le dió el rango de Intendencia. En estos asentamientos se acogió a unos seis mil colonos venidos de diversos rincones de Europa Central, entre los que se repartieron las tierras. Dichos asentamientos fueron: La Concepción de Almuradiel, Almuradiel, Arquillos, Aldeaquemada, Montizón, Las Correderas, Santa Elena, La Carolina (donde se estableció la sede de la Intendencia), Guarromán, La Real Carlota, San Sebastián de los Ballesteros, Fuente Palmera, La Luisiana y aldeas menores. Actualmente estas poblaciones se encuentra repartidas entre las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Ciudad Real.

En los años 80 del pasado siglo surgió en estas localidades el interés por recuperar su común origen e historia, y comenzaron a organizarse una serie de congresos que fueron el germen de una institución, la Mancomunidad Cultural de las Nuevas Poblaciones de Andalucía y Sierra Morena, que agrupa a los 13 municipios surgidos de la Intendencia y que tiene como objetivo mantener viva su identidad. El 10 de Octubre de 1988, con ocasión del tercero de estos congresos, se hizo a José María Suárez Gallego, Cronista de Guarromán, el encargo de diseñar una bandera distintiva de la Mancomunidad, bandera que fue presentada públicamente el 8 de diciembre de 1990, con motivo del IV Congreso de Historiade las Nuevas Poblaciones. En el discurso pronunciado por su autor durante el acto de presentación la bandera era descrita con estas palabras:

La Bandera de la Mancomunidad Cultural de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía fundadas por el rey don Carlos III al amparo del Fuero de Población de 1767, está formada por tres franjas horizontales, siendo la central el doble de ancha que cada una de las otras dos. La franja superior es de color azul celeste; la central es de color blanco; y la inferior es de color verde. El color blanco de la franja central se ha tomado en recuerdo del pabellón real de Carlos III y por extensión de aquellos hombres de La Ilustración, del que es justo que se cite el nombre de D. Pablo de Olavide y Jáuregui impulsor de estas Nuevas Poblaciones, que soñaron para estas tierras una sociedad modelo donde el hombre alcanzara plenamente la felicidad. Tradicionalmente el color blanco se ha asociado al deseo de dialogar para la resolución de contenciosos entre los pueblos. El azul celeste se ha tomado del color tradicional de la imaginería de la Inmaculada Concepción, patrona de las Nuevas Poblaciones por deseo expreso de don Carlos III. Queremos también significaren este color la tradicional nobleza con que los hombres y mujeres de estas tierras han llenado sus vidas, siendo ellas el mejor ejemplo de la tenacidad demostrada a través de generaciones por transformar en lugares productivos, tanto en la superficie como en los pozos mineros, lo que recibieron como tierras incultas que hubo que ganarle, no sin esfuerzo, a la maleza de la sierra. Es el color azul celeste el que mejor representa los valores transcendentes de los pueblos. El color verde se ha tomado en recuerdo del pueblo andalusí, raiz cultural de Andalucía en cuyo seno se integraron las Nuevas Poblaciones en 1835 cuando fue derogado el Fuero de Población. Tradicionalmente se ha asociado el color verde a la cultura del Islam, de tan viva presencia en nuestro idioma y en nuestras costumbres. En el lenguaje de las banderas el color verde expresa la llamada a la asamblea. Es por ello por lo que los tres colores propuestos enarbolan el deseo de los habitantes de las Nuevas Poblaciones: "Convocamos a todos los pueblos a dialogar sobre temas transdentes para el hombre" La bandera lleva en su centro como emblema una encina, representación de la que fue plantada en Guarromán en 1988, y que simboliza la unidad de todas las Nuevas Poblaciones. En su raiz va escrito el anagrama coronado de Carlos III (una C en cuyo interior de ha colocado el ordinal romano III). Va rodeada de una cinta dorada donde se puede leer el lema: "NACIMOS CON EL FUERO PARA LA CONCORDIA DE LOS PUEBLOS. N.P. 1767 "

Esta bandera fue ondeada por primera vez el 28 de febrero de 1991 en el balcón del Ayuntamiento de Guarromán, después de que su Corporación, reunida en sesión extraordinaria y solemne, la aprobara por unanimidad de todos los concejales. Desde entonces, preside los actos organizados por la Mancomunidad, y especialmente la entrega de los premios "Olavidia", concedidos por el Seminario de Historia y Cultura Tradicional "Margarita Folmerin", con sede en Guarromán.