El portfolio educativo según Elena Barberá y Elena de Marín (2009), tiene su origen en los EEUU en los años ochenta, cuando debido a los problemas en los resultados de los aprendizajes de los alumnos, se procedió a recopilar evidencias de distinto tipo sobre cómo enseñaba el profesorado. En 1997 Bird llega a la conclusión de que, al igual que se hace en el mundo de la moda, sería bueno para el profesorado recoger sus producciones, recopilarlas y hacer una reflexión evaluadora sobre cómo enseñaba y evaluaba: así nació el portfolio educativo El portfolio digital es una herramienta que puede utilizarse tanto en contextos de una educación presencial como de una educación on-line. El portfolio digital tiene la ventaja de que deja constancia de múltiples prácticas y procesos de los que no quedaría constancia, cuando estamos hablando de una educación presencial.