Historia de España contada para escépticos

Desde la prehistoria hasta Podemos, el autor, Juan Eslava Galán, repasa la historia de nuestro país narrándola de una forma original y amena que enganchará a los lectores. Es esta una historia de España que, tal como nos cuenta el propio autor, no pretende ser veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es. No está hecha para halagar a reyes y gobernantes, ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay, ni a los filatélicos, ni a los sindicatos. Es esta una obra que consigue enseñar, informar y entretener a partes iguales, escrita con el inconfundible estilo divulgativo de Eslava Galán, donde el relato de los grandes acontecimientos se suma al de las anécdotas más curiosas y desconocidas de los protagonistas de nuestra historia. Por todo, una obra que no hay que perderse. El resultado es, como dice su buen amigo Arturo Pérez-Reverte: «Una mezcla de sabia erudición, arte narrativo e ironía inteligente que suele producir mezclas explosivas.»

Del libro dice su autor:

"No pretendo escribir la historia que escribiría el pueblo, ya que el pueblo es ágrafo por naturaleza, sino más bien una Historia de España contada para escépticos que no creen en la historia de España. No voy a decir que es veraz, justa y desapasionada, porque ninguna historia lo es, pero por lo menos no miente ni tergiversa a sabiendas, que ya es bastante en los tiempos que corren. Además, he procurado harcerla amena y documentada (pero el escéptico sabe que los documentos también se manipulan en el instante mismo en que nacen), y si el lector aprende algo de ella me daré por bien pagado. No está hecha para halagar a reyes y gobernantes (de los que el autor hablará mucho dejándose ganar por el novelista que también es), ni pretende halagar a los banqueros, ni a la Conferencia Episcopal, ni al colectivo gay, ni a los filatélicos, ni a los sindicatos. El autor ni siquiera aspira a merecer la aprobación indulgente de los críticos, ni a servir a una determinada escuela histórica, ni a probar tesis ninguna. A lo mejor por eso se deja llevar por su curiosidad e indaga en la vida de los poderosos en lugar de dedicar el mayor espacio a divagaciones socioeconómicas, más a la moda. No por gusto, ciertamente, sino porque está convencido de que una de las miserias determinantes de nuestra historia es que el errático y a menudo patético rumbo de España ha sido determinado frecuentemente por gobernantes incompetentes y tarados."