Frankenstein o el moderno Prometeo

El 1 de enero de 1818, casi dos años después de la estancia en el lago Lemán, se publicó una modesta edición de la mítica novela en la que una precoz Mary W. Shelley plasmó los dilemas y avances de su época. Se hizo una tirada de 500 ejemplares sin firma. En 2013 salió a subasta por 477.422 euros un ejemplar de la primera edición dedicado a Lord Byron “por el autor”.

En la segunda edición de 1823 (de tirada similar a la anterior), la escritora se identifica. En apenas tres años se realizan 10 adaptaciones teatrales diferentes.

Victor Frankenstein

El Frankenstein de Mary Shelley es el creador, no el monstruo.

Victor Frankenstein es un estudiante universitario preocupado por conocer los secretos de la naturaleza. Lee con avidez los libros de grandes alquimistas como Alberto Magno o Paracelso. Observa con asombro los fenómenos naturales, incluidos los eléctricos, como la caída de los rayos que pueden partir un árbol en dos.

La muerte de su madre le lleva a estudiar los secretos de la vida y los medios para devolver esa vida, Esto le lleva a dar vida a un cuerpo formado por miembros de diversas personas muertas.

Esta criatura aprende a pensar y conversar con inteligencia, pero acaba reaccionando con violencia contra la sociedad que le rehuye por su feo aspecto.

Mary W. Shelley

Mary Wollstonecraft Shelley nació el 30 de agosto de 1797 en Londres. Su padre, el novelista y filósofo radical William Godwin (1756-1836), era partidario de abolir la propiedad y contrario a toda forma de gobierno. El primer anarquista. Godwin vivía con su segunda esposa, Mary Jane Clairmont, y cinco hijos de diferentes orígenes biológicos en lo que hoy sería una moderna familia reconstituida. Mary W. Shelley crece marcada por el pensamiento de su madre, la escritora y filósofa Mary Wollstonecraft (1759-1797), que la invita a formarse como una ciudadana concienciada antes que una esposa sumisa.

Mary Shelley escribió esta historia sobre la creación de la vida cuando tenía 18 años. Había asistido a un experimento público de galvanismo, lo que la hizo soñar con la posibilidad de retornar a la vida a alguna persona cercana.

Recientemente se había casado con Percy Bysshe Shelley, que había abandonado a su esposa e hijos por ella. Marchan de Inglaterra para huir del escándalo y realizan un viaje en barco por el Rhin.

Se detuvieron en el castillo de Frankenstein, en el que había vivido Johan Conrad Dipple, alquimista del siglo XVII que había llegado a desenterrar cadáveres para realizar experimentos macabros. Este personaje también había creado el aceite Dipple.

En este viaje los Shelley también se detuvieron en un museo de autómatas mecánicos.

Acabaron en Suiza, en la residencia de Lord Byron, junto a una chimenea con vistas al lago Lemán, escribiendo historias de terror, como entretenimiento durante aquel frió invierno.