SENTIDO DE LA VOCACIÓN
Por otro lado, en su sentido más restringido, la vocación puede ser entendida como las sucesivas opciones que desembocan en la elección profesional, en la forma en que el sujeto "ha de ganarse la vida", conforme a sus intereses, aptitudes y actitudes. Esta subpágina apunta a la Segunda acepción, la orientación vocacional-profesional.
La palabra "vocación", en su sentido más amplio alude a un "llamado a ser". En consecuencia, podemos decir que la persona humana está llamada a ser en sus distintas facetas, existiendo una vocación humana valórica, sexual, social, familiar, religiosa. Es decir, la vocación entendida como un llamado a ser una persona integral.
Ante la gran diversidad actual de opciones en la oferta educativa para el nivel superior, se observa que es cada vez más común que los jóvenes de hoy en día se enfrenten ante un estado total de indecisión que los lleva en muchas ocasiones a experimentar estados de ansiedad, estrés, pánico o por el contrario apatía e indiferencia ante el asunto.
Es por esto que se está dando un fenómeno importante de deserción escolar y cambios constantes de carrera, pues al pasar algunos semestres, es común en los jóvenes escucharles decir que se dieron cuenta de que lo que escogieron “no es lo que esperaban” o “me confundí, esto no es lo mío”, etc.
De ahí la importancia, y recalco, mucho más hoy en día, de una adecuada Orientación Vocacional, que permita el auto-conocimiento y auto-descubrimiento de las aptitudes, intereses y tipo de personalidad, de manera tal que al conocer todo esto, se pueda elegir una opción congruente con los 3 aspectos anteriores. Esa es la clave de una buena elección vocacional, que nos ayuda a cumplir nuestra “misión de vida” desarrollando el paquete de capacidades con las que nacimos y entonces es cuando “se es uno” con el camino que escogimos, “abrazamos ese camino” y nos sentimos felices.
Por otra parte, es importante señalar que el análisis de la personalidad y temperamento de la persona es un punto fundamental e indispensable trabajar para que ésta pueda perseverar en la opción elegida, pues de esta esfera emana la motivación, ya sea para el estudio, trabajo, etc., y vemos a ésta como algo previo que sustenta cualquier proceso de aprendizaje.
Además, algunas investigaciones demuestran que la inteligencia y las facultades especiales solo determinan de un 50-60% el éxito de los estudios. La otra mitad la determina el esfuerzo y las técnicas de estudio, así como la organización de nuestro tiempo y otros factores ambientales. Por lo tanto, es de suma importancia que empleemos nuestro tiempo provechosamente en técnicas que nos permitan mejorar sustancialmente nuestro rendimiento y eficiencia en los estudios, puesto que dichas técnicas convertidas en hábitos son la base o estructura externa que forma en cada uno de nosotros la estructura interna necesaria para echar a andar proyectos en un futuro, concluirlos y alcanzar nuestras metas.
La motivación y las técnicas de estudio, así como el apoyo para la creación de hábitos, pueden hacer que un estudiante supere año tras año y sin sentirse presionado sus estudios, y facilitar su trayectoria académica sin estar necesariamente dotado de cualidades mentales sobresalientes.