El consumo exagerado se traduce en un costo del orden de los 500 millones de dólares al año, con relación a enfermedades al hígado, algunos cánceres y, sobre todo, la violencia y los accidentes del tránsito.
"El consumo exagerado de alcohol es la causa más importante de carga de enfermedad", aseguró el ministro de Salud Jaime Mañalich, en el marco del Seminario Internacional sobre Políticas de Alcohol: perspectiva económica y gobierno local.
El jefe de cartera indicó que "la prevención en alcohol, sobre todo en un país que tiene una costumbre, como el nuestro, de consumo de alcohol, que produce en la forma que lo hace y exporta, es bastante difícil".
El titular de Salud explicó que el consumo exagerado "se traduce en un costo aproximado en dólares, según un estudio, del orden de los 500 millones de dólares al año, que los chilenos tienen que gastar en costos directos asociados al alcohol", refiriéndose a enfermedades al hígado, algunos cánceres "y sobre todo la violencia, los accidentes del tránsito vinculados al alcohol".
Alcoholismo en Chile
La frase que afirma que "el chileno es bueno para el trago", de eso no hay duda, es casi parte de nuestro folclore. Pero la ingesta excesiva acarrea un sinnúmero de eventos negativos para nuestra sociedad y, por ejemplo, es una de las causas principales de muerte y discapacidad. Otro de los puntos complejos relacionados con el alcohol es su temprana introducción en las costumbres de los jóvenes.
Según el VIII Estudio Nacional de Drogas en Escolares, realizados por el Consejo Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE), muestra que en Chile los adolescentes comienzan a beber entre los 13 y 14 años. Además, que cuatro de cada diez adolescentes entre 8º básico y 4to medio declaran haber consumido alcohol recientemente, y que 5 de 10 toman alcohol los fines de semana.
Otro dato, aún más preocupante demuestra que uno de cada tres adolescentes toma en exceso el sábado por la noche y no considera peligroso el consumo. Tanto hombres y mujeres beben en forma similar.
Aunque algunos logran divertirse "sanamente", otros simplemente caen en excesos y el alcohol, la violencia y las drogas se transforman en la tónica nocturna.
La situación preocupa al director del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV), Ignacio Naudon, quien aseguró a Cambio21 que en nuestro país existe una alta tasa de consumo de alcohol y que "según cifras del Conace, 400 mil niños de entre 9 y 15 años consumen licor en Chile".
"La edad promedio de inicio en el consumo de alcohol es a los 11 y 12 años, mientras que el número total de alcohólicos jóvenes es de casi 200 mil", explicó Naudon.
Hace un tiempo se comenzó a trabajar conjuntamente con el Conace para tratar el tema del exceso de alcohol en los jóvenes. De partida se planteó una política de no represión, es decir, generando campañas que hablen de la disminución del alcohol como "carretea sin reventarte", palabras que ellos sienten que los está ayudando en vez de atacarlo.
Naudon afirmó que para que se cree una conciencia no sólo la responsabilidad recae en el plan de gobierno sino que "también en los locatarios que deben asumir su rol de controladores; yo entiendo que ese sea su negocio, pero deben crear conciencia del mal que hace y ellos deben ayudar a crear hábitos de consumo del alcohol en jóvenes".
01/12/2010 |
FUENTE: http://www.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20101201/pags/20101201165544.html
Consumo de alcohol en la adolescencia
La ley establece una edad específica para poder comprar y/o consumir bebidas alcohólicas en casi todos los países en donde el consumo de alcohol ha sido legalizado. Esto se debe a que el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad tiene repercusiones en la salud y desarrollo de la persona. Los estudios revelan que el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad, los episodios recurrentes de consumo en la adolescencia y beber hasta embriagarse pueden afectar negativamente el desarrollo mental, los hábitos de estudio y el desarrollo de las habilidades necesarias para una correcta transición a la edad adulta.
Influencias
Los patrones de consumo de alcohol en menores de edad se deben a una variedad de factores: la familia, los amigos, los medios de comunicación, las normas culturales y la religión, así como las políticas gubernamentales. Por ejemplo, se ha comprobado que la promoción de bebidas alcohólicas en los medios publicitarios influye en la decisión que toman los adolescentes para beber, y existe evidencia que demuestra que esta publicidad aumenta las probabilidades de que los adolescentes y jóvenes comiencen a beber, o aumenten su consumo de alcohol.Las políticas gubernamentales pueden influir en estos patrones a través de diversas formas, inclusive mediante estrategias de fijación de precios, restringiendo el abastecimiento de bebidas alcohólicas y regulando de forma rigurosa la comercialización de bebidas alcohólicas.
Cabe destacar el papel que juegan las familias en el consumo de bebidas alcohólicas en los menores de edad. La composición familiar y los niveles de ingreso y de violencia son algunas áreas asociadas al consumo de alcohol y uso de sustancias en menores de edad.
Daños en los jóvenes
Los jóvenes se encuentran en constante riesgo debido a ciertos patrones de consumo debido a varios factores. Fisiológicamente, se encuentran todavía experimentando cambios en su desarrollo. El cerebro del adolescente se encuentra en un alto nivel de desarrollo. Este desarrollo establece las bases para las habilidades de la persona en su vida adulta, tales como la planeación, la integración de información, la resolución de problemas, el discernimiento y el razonamiento.1 Estos importantes cambios que están sucediendo son la razón de que el cerebro del adolescente sea más vulnerable a los efectos nocivos del alcohol en comparación con un cerebro adulto.
El alcohol y la educación
El alcohol perjudica las áreas del cerebro responsables del aprendizaje y la memoria, las habilidades verbales y la percepción visual-espacial. Por consiguiente, el consumo excesivo de alcohol afecta la creación de nuevos recuerdos, las habilidades de resolución de problemas, el pensamiento abstracto, la atención y la concentración. Los estudios sugieren que el consumo de alcohol en adolescentes afecta de forma negativa la función neurocognitiva, como la capacidad de estudiar y obtener buenos resultados en los exámenes.Debido a que la adolescencia es una etapa muy importante para el desarrollo cerebral, el consumo de alcohol puede tener efectos negativos a largo plazo en su vida adulta.
El alcohol y el comportamiento
Los jóvenes corren el riesgo de desarrollar conductas perjudiciales debido al alcohol que incluyen beber en exceso, problemas en sus relaciones, accidentes viales y relaciones sexuales de alto riesgo que han sido referidas por ellos mismos.6 Estas conductas tienen sus propias consecuencias `para la salud y seguridad de los jóvenes, que incluyen daños al desarrollo cerebral, riesgo de lesiones y muerte y un mayor riesgo de participar en actos de violencia y de contraer enfermedades contagiosas.
Recomendaciones a los padres
Los padres deben tener en cuenta lo siguiente:
o Mantenga y fomente una relación franca y de apertura con su hijo. Esto aumenta las posibilidades de que su hijo le hable sobre sus anhelos e inquietudes.
o Hable con su hijo sobre los riesgos del consumo de bebidas alcohólicas;
o Hágalo de forma positiva y amena;
o Establezca reglas claras en cuanto a la edad en la que se le permitirá beber (por ejemplo, la edad reglamentaria en su estado). Hable de estas cosas antes de que llegue a la adolescencia.
FUENTE: https://www.saberdealcohol.mx/content/consumo-de-alcohol-en-la-adolescencia
Chicos de 12 a 17 años
En la adolescencia, los chicos ya deberían conocer las consecuencias del consumir alcohol y su actitud e ideas sobre el consumo de sustancias. Por ello es importante que refuerce lo que ya les ha enseñado y se concentre en mantener una buena vía de comunicación entre ustedes.
Los adolescentes tienen más probabilidades de caer en comportamientos de riesgo, y su necesidad creciente de independencia puede hacer que quieran desafiar los deseos o instrucciones de sus padres. Pero si usted logra que su hijo adolescente se sienta aceptado y respetado como individuo, incrementará las posibilidades de que sea sincero con usted.
Los chicos quieren ser aceptados por sus compañeros, y necesitan un cierto grado de privacidad y confianza. Evite los sermones y las amenazas excesivas; en vez de eso, trate de poner más énfasis en su amor e interés por ellos. Aunque los adolescentes se molestan a veces con las preguntas y la preocupación de los padres, aún reconocen que es algo natural.
A pesar de que a los padres puede no gustarles pensar en ello, la verdad es que muchos niños y adolescentes prueban el alcohol mientras están en el colegio o en la universidad, mucho antes de tener una edad en la que sea legal beber alcohol. Las investigaciones han demostrado que cerca del 80% de los niños que van a la escuela secundaria han probado el alcohol.
Aunque experimentar con el alcohol puede ser algo habitual entre los niños, no es conveniente ni legal. Por ello es importante que hable con sus hijos sobre el consumo de alcohol cuando son pequeños y que siga hablando del tema a medida que crecen.
El alcohol interfiere con las percepciones de una persona de la realidad y con su capacidad de tomar decisiones acertadas. Esto puede ser especialmente peligroso en los niños y los adolescentes que tienen menos experiencia en la resolución de problemas y en la toma de decisiones.
Algunos efectos a corto plazo del consumo de alcohol incluyen:
alteraciones de la visión, el oído y la coordinación
percepciones y emociones modificadas
perturbación del discernimiento, que puede dar lugar a accidentes, a ahogarse y a comportamientos de riesgo, como tener sexo sin protección o consumir drogas
mal aliento
resacas
Los efectos a largo plazo incluyen:
cirrosis y cáncer de hígado
pérdida de apetito
deficiencia importante de vitaminas
problemas de estómago
lesiones cardíacas o del sistema nervioso central
pérdida de memoria
riesgo elevado de impotencia
riesgo elevado de sobredosis
Antes de que sus hijos tengan la posibilidad de beber el alcohol, usted puede contribuir para que cuando llegue el momento contesten con un "no."
La infancia es un momento para aprender y descubrir, por lo que es importante animar a los niños a hacer preguntas, incluso aquellas que pueden ser difíciles de responder. Si ahora puede mantener con sus hijos una conversación franca, honesta y apropiada para su edad, estará estableciendo las bases para que más adelante sus hijos se acerquen a usted cuando tengan que enfrentarse a otros temas o problemas.
Aunque a la edad de 3 o 4 años los niños no están preparados para entender los problemas relacionados con el alcohol y las drogas, están empezando a desarrollar las habilidades para tomar decisiones y resolver problemas que necesitarán más adelante. Puede ayudarles a desarrollar esas habilidades de maneras simples.
Por ejemplo, permita que sus hijos pequeños elijan su propia ropa y no se preocupe si escogen prendas que no pegan entre sí. Esto les ayudará a saber que usted cree que son capaces de tomar decisiones. Asígneles pequeñas tareas y hágales saber que su contribución es de gran ayuda.
Y sea un buen ejemplo del comportamiento que quiere que sus hijos tengan. Esto es especialmente importante en los años preescolares, cuando los niños tienden a imitar las acciones de los adultos como una forma de aprender. Así que si los padres son activos, se alimentan de manera sana y beben con responsabilidad, están enseñando a sus hijos lecciones importantes desde bien pronto.
A esta edad los niños aún piensan y aprenden principalmente a partir de la experiencia y no pueden comprender bien lo que sucederá en el futuro. Por ello, es conveniente que cuando hable con ellos sobre el alcohol, lo haga refiriéndose al presente y mencione las cosas que los niños pueden conocer y entender. Por ejemplo, si está viendo la televisión con su hijo, puede aprovechar para hablar de los mensajes que transmiten los anuncios. Hágale preguntas sobre la publicidad que aparezca y anime a sus hijos a hacer preguntas también.
A los niños les interesa saber cómo funcionan sus cuerpos, por eso es una buena idea hablar de mantenerse sano y evitar las sustancias que pueden dañar al cuerpo. Hábleles de cómo el alcohol puede perjudicar la capacidad de una persona para ver, oír y andar sin tropezar, de que altera los sentimientos de las personas y dificulta discernir cosas, como si la profundidad de un lugar para bañarse es excesiva o si un coche se está acercando demasiado. ¡Y provoca mal aliento y dolor de cabeza!
Los últimos años de la escuela primaria son un momento crucial en el que usted puede influir en las decisiones de su hijo sobre el consumo de alcohol. A esa edad a los niños suele encantarles aprender datos, sobre todo acerca de temas desconocidos, y están ansiosos por entender cómo funcionan las cosas y cuáles son fuentes de información a las que pueden acceder.
Por ello, éste es un buen momento para comentar abiertamente la información relacionada con el consumo de alcohol: sus efectos a corto y largo plazo y las consecuencias de éstos, sus efectos físicos y por qué es especialmente peligroso para los cuerpos que se están desarrollando.
A esta edad los niños pueden estar muy influenciados por sus amigos. Sus intereses pueden estar determinados por lo que piensan sus compañeros. Por ello, debería enseñar a sus hijos a decir "no" a la presión de los compañeros, y comente la importancia de pensar y actuar como un individuo.
Las charlas relacionadas con el alcohol y los amigos pueden tener lugar en la mesa a la hora de comer como parte de una conversación normal: "He leído algo sobre los niños que consumen alcohol. ¿Alguna vez has oído que los niños de tu escuela beban alcohol o consuman drogas?".
Enseñe a sus hijos distintas estrategias para responder cuando les ofrezcan alcohol:
Anímelos para que hagan preguntas. Si les ofrecen alguna bebida, deberían preguntar: "¿Qué es eso?" y "¿De dónde lo has sacado?".
Enséñeles a decir "no, gracias" cuando la bebida que les ofrezcan sea alcohólica.
Recuérdeles que deben irse cuando se encuentren en una situación en la que no se sientan bien. Asegúrese de que dispongan de dinero para el transporte o que puedan llamarle por teléfono a usted o a algún otro adulto responsable.
Enseñe a sus hijos a no subirse nunca en el coche de alguien que haya bebido. Algunos padres han observado que ofrecerse a ir a buscar a sus hijos cuando se encuentran en una situación en la que no se sienten bien —sin hacer preguntas— ayuda a que los chicos actúen con honestidad y a que pidan ayuda cuando la necesitan.
FUENTE:
Reconocer los signos
A pesar de sus esfuerzos, aún es posible que su hijo consuma o abuse del alcohol. ¿Cómo puede ayudarle? Estos son algunos de los signos de alarma:
o el olor a alcohol
o cambios repentinos en el estado de ánimo o la actitud
o cambios en la asistencia a la escuela o en las notas
o pérdida de interés en la escuela, los deportes y otras actividades
o problemas de disciplina en la escuela
o apartarse de la familia y los amigos
o secretismo
o relación con un nuevo grupo de amigos y resistencia a presentárselos
o desaparición de alcohol en su casa
o depresión y dificultades de desarrollo
Es importante no sacar conclusiones precipitadamente a partir de sólo uno o dos signos. La adolescencia es un momento de cambios: físicos, sociales, emocionales e intelectuales. Esto puede manifestarse como un comportamiento imprevisible y cambios del estado de ánimo, cuando los niños intentan hacer frente a todos estos cambios.
Si su hijo está consumiendo alcohol, generalmente observará un conjunto de signos: cambios en las amistades, el comportamiento, la manera de vestir, en la actitud, el estado de ánimo y las notas. Si aprecia diversos cambios, busque las explicaciones hablando con sus hijos, pero no desprecie la posibilidad de que exista alguna toxicomanía.
Consejos generales
Afortunadamente los padres pueden hacer mucho para evitar que sus hijos consuman alcohol:
o Sea un buen ejemplo a seguir. Tenga en cuenta de qué manera el consumo de alcohol o de medicamentos puede influir en sus hijos. En las fiestas y otros encuentros sociales ofrezca solamente bebidas no alcohólicas para demostrar a sus hijos que no necesita beber para divertirse.
o Aprenda usted mismo sobre las consecuencias de beber alcohol para ser un maestro mejor. Lea y guarde toda la información que pueda compartir con sus hijos y otros padres.
o Intente ser consciente de cómo puede ayudar a desarrollar la autoestima de su hijo. Por ejemplo, es más probable que los niños se sientan bien con ellos mismos si usted destaca sus puntos fuertes y refuerza de manera positiva sus comportamientos saludables.
o Enseñe a sus hijos a manejar el estrés de maneras sanas, como, por ejemplo, pidiendo ayuda a un adulto de confianza o realizando una actividad que les guste.
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