Entorno Macroeconómico
Se frena la actividad económica
La economía uruguaya creció 8,9% en 2008, acumulando seis años consecutivos de fuerte dinamismo. Sin embargo, el recrudecimiento de la crisis internacional en octubre del año pasado junto con factores domésticos como la sequía, tuvieron fuerte impacto en los niveles de actividad en los meses recientes. La caída de la demanda internacional afectó significativamente los niveles de comercio exterior de Uruguay a la vez que se produjo una marcada contracción de la demanda interna. En el primer trimestre de 2009 se produjo un retroceso de La actividad (IVF, gráfico 1), del orden del 2,9% en términos desestacionalizados respecto del cuarto trimestre de 2008, mientras que en este último ya se había comenzado a notar una marcada desaceleración al crecer solo un 0,8% respecto del trimestre previo.
La incertidumbre sobre la magnitud y duración de la recesión internacional sumada a mayores expectativas de devaluación reavivó los recuerdos de la crisis de 2002, produciendo una brusca caída de la confianza del consumidor. Las familias preventivamente elevaron sus tasas de ahorro, demorando la compra de bienes durables. Las ventas de automotores (ACAU), por ejemplo, cayeron 23% a/a en el primer semestre de 2009.
Las empresas se vieron afectadas simultáneamente por el colapso de los precios de exportación y el deterioro de la confianza doméstica ló que produjo un fuerte ajuste de inventarios, contrayéndose violentamente la producción industrial. Si bien este proceso se registró en la mayoría de los países de la región, en el caso de Uruguay, se vio agravado por la rápida devaluación del peso que impactó sobre la hoja de balance de las empresas con pasivos dolarizados.
Aparte del choque externo, la economía uruguaya también fue afecta da por un choque idiosincrático como fue la intensa sequía que asoló a la región hacia fines de 2008 y principios de 2009. La actividad agropecuaria se contrajo 1,8% a/a en 1T09 arrastrada por la menor
faena bovina y producción láctea. Este factor también incidió en la menor generación de energía hidráulica, debiendo abastecerse parte de la demanda interna con importaciones desde Brasil (Electricidad, Gas y Agua cayó 7% interanual). Los sectores más dinámicos fueron Transportes y Comunicaciones (por la telefonía celular) y Construcción por impacto de la obra pública.
La economía todavía registra signos recesivos en el segundo trimestre: el índice de producción industrial de abril-mayo, mostró una caída interanual del orden del 7,3% profundizando la caída respecto del primer trimestre (-3,5% interanual). Las importaciones continúan cayen-
do aunque parte de la contracción se explica por el descenso del precio del petróleo.
Sin embargo, los indicadores financieros como el riesgo país evidenciaron una clara mejora en el período a lo que se suma la recuperación de los precios internacionales de los granos. Las expectativas de lós consumidores también se muestran más favorables ante la
mejora en la situación internacional y la desaceleración de la inflación, ubicándose en junio un 17% por encima de los mínimos registrados em noviembre pasado. El moderado aumento del desempleo y el crecimiento de los salarios reales actuarían como soporte, permitiendo una
recuperación del consumo privado en el segundo semestre, con lo cual el año cerraría con una caída de sólo 1% este año, mientras que el consumo público tendría un aporte positivo al crecimiento.