Resumen

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Resumen

El siguiente es un pequeño resumen o una definición amplia de la gárgola, para detalles de estos aspectos podemos acceder a los apartados correspondientes de la página.

Torre de la catedral de Oviedo, fuente ©Begoña Yáñez

Las gárgolas son elementos arquitectónicos que facilitan la expulsión del agua de los edificios para proteger su estructura, generalmente presentan formas escultóricas. El origen etimológico del término tiene mucha relación con el acto de expulsar agua, hacer gárgaras y la garganta. Aunque su uso más conocido y numeroso fue en el gótico, el origen de los desagües con formas decorativas procede de la tradición grecorromana e incluso de épocas anteriores. Las primeras gárgolas góticas que conocemos pertenecen a la catedral de Laon (año 1220), seguidas de las originales de Notre Dame de París.

Los materiales más comunes son piedra principalmente, metal, madera o terracota, y en la actualidad podemos encontrar gárgolas de resina. Su ubicación en el edificio es muy variada, aunque destaca su situación en las cornisas y en los contrafuertes. La función primaria de la gárgola es la de expulsar agua (gárgolas funcionales), aunque también podemos ver gárgolas que no cumplen esta función (gárgolas ornamentales; en vertical quimeras). Por lo general las gárgolas pueden presentar formas humanas, animales o fantásticas, pero también podemos encontrar gárgolas con formas geométricas, vegetales o con forma de objetos (por ejemplo de cañón). La gárgola es innovadora en su época debido a que podría considerarse un objeto de diseño, ya que responde a una doble función de adorno y utilidad, teniendo un equilibrio entre el cuidado de su forma y el cumplimiento de su función.

Claustro del monasterio de San Juan de los Reyes en Toledo, fuente ©Begoña Yáñez

El origen de las formas de las gárgolas se inspira en la literatura oral y escrita, destacando los Bestiarios, las historias de Santos, las historias épicas y caballerescas, y la tradición oral popular. Los monstruos en la Edad Media en formas escultóricas proceden también de una tradición que se remonta a muchos años atrás en la historia. Muchos de ellos responden a la tradición grecorromana, también al desconocimiento de tierras lejanas donde se ubicaban todos los monstruos y razas exóticas, y a la existencia de cuadernos de artista que se copiaban unos de otros, sin conocer el origen de los seres ni haberlos visto personalmente. La opinión de los estudiosos sobre el origen de las gárgolas es muy variada, al igual que ellas mismas, por lo general se les reconoce un carácter protector (apotropaico) seguido de su valor escultórico que aumenta el valor de la obra general y ayuda al adoctrinamiento. La interpretación de algunos símbolos nos ayudarán a comprender más sobre ellas.

Muchas de las opiniones que han llegado a nuestros días proceden de las leyendas, algunas de ellas antiguas y con contrastadas fuentes, pero la que más influye en su proyección en la cultura actual suele ser su interpretación frívola y la idea de que cobran vida o son una raza de animal fantástico. Estas ideas se han ido inventando a raíz del desconocimiento y la falta de información sobre ellas. Pero también podemos verlas en exposiciones y obras de arte, conservando una mirada más histórica y respetuosa.

Ábside de la catedral de Palencia, fuente ©Begoña Yáñez

La gárgola ciertamente goza de unos significados ocultos que le confieren ese misterio y esa actitud tan especial para protagonizar historias. Su posición de observadoras privilegiadas en las alturas y la multitud de aspectos que presentan las hacen difíciles de estudiar y definir, pero fáciles de apreciar. En los siguientes apartados de la página podrás profundizar más en cada uno de estos aspectos haciendo un recorrido por el ayer y el hoy de la gárgola, y por las actividades. O elegir tu propio recorrido con las pestañas de arriba o los enlaces de este texto.

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