Ares se considera el dios olímpico de la guerra, aunque es más bien la personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto, confusión y horrores de las batallas, en contraposición a Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la guerra y protege a los hombres y sus habitaciones de sus estragos.
Se lo representa como hijo de Zeus y Hera. Su lugar de nacimiento y hogar estaba entre los bárbaros y belicosos tracios, donde mantenía sus relaciones con Afrodita. Fue Apolo el que sorprendió a ambos en el lecho y se lo contó a Hefestos, que ideó una trampa para atrapar a los amantes y mostrarlos ante el resto de los dioses (este episodio se ha desarrollado en el apartado dedicado a Hefestos).
Los griegos siempre desconfiaron de Ares, quizá porque a veces ayudaba a una parte y a veces a la otra, según le dictaban sus inclinaciones. Su mano destructiva se veía incluso tras los estragos de plagas y epidemias. Este carácter salvaje y sanguinario de Ares lo hacía ser odiado por otros dioses, incluidos sus propios padres. Aunque importante en la poesía, Ares fue raramente objeto de culto en la antigua Grecia, en comparación con otros dioses, salvo en Esparta, donde era apaciguado la víspera de la batalla, y en el mito fundacional de Tebas, apareciendo en pocos mitos más.
Se le reconoce por su armadura de bronce, con casco crestado, escudo y lanza, y tenía una cuadriga tirada por cuatro caballos o que respiraban fuego. Sus pájaros sagrados eran las lechuzas, los pájaros carpinteros y especialmente los buitres.
A veces va acompañado de sus hijos: Deimo (el temor), Fobo (el miedo) y Eris (la discordia). También eran hijas de Ares las Amazonas, mujeres dedicadas a la caza y la guerra que habitaban los bosques de la Tracia. En otras ocasiones se acompaña de un perro, un buitre o un gallo. Frecuentemente aparece junto a Afrodita, pues ambas figuras se asocian con los impulsos elementales del hombre como son la violencia y el amor, de cuya unión nace Harmonía. También se consideran hijos de ambos Eros y Anteros (el amor consentido).
Algunos de los mitos más famosos que en que participa el dios son:
La batalla de Heracles y Kyknos en la que el Ares intervino en apoyo de su hijo, Cicno (Kyknos), un hombre sanguinario y cruel, que residía en Macedonia. Quería construir un templo a su padre con los huesos de los peregrinos que viajaban a Delfos. Apolo pidió ayuda a Heracles. Kyknos le desafió a un combate singular, sin tener en cuenta las ocasiones en las que Heracles superó a su padre en combate. Cuando Ares se enteró intentó ayudar a su hijo. Sin embargo, Atenea le aconsejó que escuchara a las Parcas, que le dijeron que a Cicno le mataría Heracles. Ares fue de inmediato a ayudar a Cicno y estaba a punto de asestar un golpe al héroe, cuando Atenea apareció y paro el golpe de Ares. Heracles aprovechó la oportunidad para herir a Ares en el muslo, que se retiró al Olimpo, abandonando a su hijo. Heracles mató a Cicno, y el templo de huesos nunca se terminó. (Apolodoro 2.114).
Su relación adúltera con Afrodita que se ha tratado en el capitulo dedicado a Hefesto;
Cadmo, hijo de Agenor, rey de Tiro, fue informado por el oráculo de Delfos que debía seguir a una vaca hasta que se acostara y fundar allí una ciudad. El lugar era Tebas. Para sacrificar la vaca a Atenea, Cadmo fue a por agua, pero el manantial estaba custodiado por una serpiente, hija de Ares. Cadmo la mato, y le arrancó los dientes, que después de esparcirlos por el suelo, se convirtieron en los primeros habitantes de Tebas.
La Gigantomaquia, donde la figura de Ares aparece frecuentemente, y que se puede consultar en ese capítulo
El castigo de Ixion por intentar violar a Hera (tratado en el capítulo dedicado a esa diosa).
La guerra de Troya, apoyando a los troyanos, en la que fue herido por Diomedes con ayuda de Atenea.
En la época arcaica, la mayor parte de las representaciones muestran a Ares en plena batalla, muy frecuentemente contra Heracles, para defender a su hijo Kyknos, pero también en la Gigantomaquia, y más raramente en otras escenas del Olimpo, como las bodas de Tetis y Peleo, donde aparece emparejado con Afrodita. En la escena del nacimiento de Atenea aparece con frecuencia, se puede consultar su figura en el capítulo dedicado a la diosa.
Se representa como un hombre adulto, con barba, completamente armado, con casco de alta cresta que le cubre el rostro. Por su falta de atributos distintivos es difícil de identificar pues puede confundirse con cualquier otro guerrero, salvo que aparezca una inscripción con el nombre.
Vamos a ver en primer lugar algunos ejemplos de la representación de la lucha contra Heracles para defender a Kyknos.
Heracles, con la piel de león, túnica corta, ataca a Kyknos que ha caído. Detrás esta Ares. Ambos armados con lanzas, altos cascos, escudo y con el pelo largo. Detrás de Heracles está Atenea, con largas trenzas y armada. Ánfora. 510 a.C. Británico
Hércules se enfrenta a Kyknos, con su espada. Zeus de pie en el centro, levanta las manos para evitar que interfiera Ares y Atenea, que están a los lados en actitud guerrera. Ánfora, atribuido al Grupo de Leagros. 550 a 530 a. C. M. Británico.
Combate de Heracles y Kyknos: A la izquierda una figura barbada (Hermes?) corriendo y mirando hacia atrás. A continuación una cuadriga con un auriga, y Heracles con piel de león y un escudo, arroja una lanza. Detrás de los caballos una figura femenina alada (Iris?). Frente a la cuadriga están Atenea, con largas trenzas, casco y escudo; y Ares, con casco, túnica corta y escudo, atacándose con lanzas. Entre ellos se interpone Zeus, con barba, túnica larga y el fulmen en la mano. A la derecha hay una cuadriga en retirada, con Fobos (hijo de Ares, personifica el miedo y el horror), y Kyknos, que se vuelve para tirar su lanza. En la parte posterior una inscripción dice: Nikosthenes lo ha hecho. Crátera. 540-510 a.C. M. Británico.
Ares avanza para defender a su hijo Kyknos, que cae bajo la espada de Hércules. Museo de Arte de Worcester, Massachusetts, ánfora, Atribuido al Grupo de Leagros, 515 a 500 a. C.
Combate de Heracles y Kyknos: En el centro, Heracles (izq.), lanzándose sobre Kyknos. Entre ellos Zeus, separandoles. A los lados cuadrigas con cocheros vestidos de blanco, y junto a ellos, a un lado Ares y al otro Atenea. Ánfora. M. Británico. 540 a.C.
Combate entre Heracles y Kyknos, junto a Atenea y Ares. Pintor de Amasis Ánfora, 540 a.C. Louvre.
Hércules a punto de derribar a Kyknos, con su espada. Zeus en el centro, levanta la mano para evitar que interfiera Ares. Al lado de Ares, la madre de Kyknos, y junto a Heracles Atenea. Hydria, atribuido al Grupo de Leagros. 510 a 500 C. Museo de Arte de Toledo, Ohio.
Heracles combatiendo con Kyknos. A los lados de ambos están sus partidarios, junto a Heracles Atenea y Hermes, junto a Kyknos Ares y una figura no identificada. Jarra. 570-560 B.C. The Getty Villa Malibu, California.
La figura de Ares aparece en otras representaciones, en le Olimpo, junto a los demás dioses. En algunos casos, el tema se trata en el capítulo pertinente, como en el caso de la Gigantomaquia o del Nacimiento de Atenea, aunque mostraremos algunas imágenes en este capítulo dedicado a Ares.
Ares (centro) con casco de visera y doble cresta, y el escudo, decorado con un centauro. Frente a él Poseidón, con barba, pelo largo, túnica, himatión y tridente. Hermes a la derecha, con barba, pelo largo, túnica corta, clámide y caduceo. Ánfora ática. 540 a.C. M. Británico.
En el Vaso François se representa a Atenea y Ares, éste último abatido por el regreso de Hefestos al Olimpo, reclamando a Afrodita. Su aspecto es similar que las las demás imágenes. Armado completamente, con el casco, la lanza y el escudo, fácilmente identificable por la inscripción. M. Arqueológico, Florencia, Vaso François, Pintor Kleitias, 570 a 560 a. C.
Dos escenas muy similares de la Gigantomaquia en las que participa Ares junto a otros dioses (aparecen más ejemplos en el capítulo dedicado a la Gigantomaquía):
Zeus en compañía de Ares conducen un carro, detrás del cual vemos a Atenea. Bajo los caballos está el gigante caído en el suelo. Ánfora, 540 a.C. M. Británico.
Hermes (o Fobos ?) y Ares sobre un carro arrollan a un Gigante (Enkelados?) caído. Detrás aparece Atenea, que combate a pie. Ánfora, 530 a.C. Antikensammlungen, Munich.
Otras dos de época Clásica, en la que vemos ya a un Ares menos temible, con el rostro descubierto.
Copa en la que se representa la Gigantomaquía. Ares y Dionisos en lucha contra los gigantes. Kylix.480 a. C Biblioteca Nacional de Francia.
En esta ánfora se desarrolla el tema de la Gigantomaquía. Ares aparece en un carro tirado por cuatro caballos, a la izq. arriba, junto a Arfodita. Sobre un caballo cabalga Eros. 410 - 400 a.-C. Louvre
A medida que nos acercamos a la época clásica las escenas en las que aparece Ares son más variadas, y no siempre representan un combate, pues empieza a representar el ideal de belleza masculina, además de ser la personificación de la guerra. Aunque va armado, el casco que lleva no le tapa el rostro, y su figura resulta menos temible.
En estas dos representaciones del Olimpo puede que se muestra a la pareja de Ares y Afrodita como una pareja legítima, de la que nació Armonía, según Hesíodo, en contra de lo que dice Homero, que fue un amor adúltero.
Escena de un banquete en el Olimpo: a la izquierda Ares, en actitud de reposo, con la lanza apoyada en el suelo, único elemento de su armadura. A los pies de su cama se encuentra Afrodita. El otro grupo está formado por Dionisio, con el Tirso y la copa, y Ariadna. Kylix, 430 a. C. M. Británico.
Otra escena en la que puede aparecer Ares es la apoteosis de Heracles. Un ejemplo lo vemos en este Kylix arcaico.
Apoteosis de Hércules. El héroe es presentado ante Zeus y Hera (a la izquierda y sentados) por Hermes y Atenea. Detrás caminan Artemis y Ares con casco de cresta alta, quitón corto, sobre el que se lleva una piel, un cinturón para la espada y kibisis (saco) colgando de la espalda, y endromos. Kylix. 570 aC. Museo Británico.
Para otras representaciones de Ares en el Olimpo, remito al capitulo dedicado a Los Olímpicos
Cuatro episodios en los que aparece Ares: el combate de Ares y Hefaistos, el castigo de Ixión, Cadmo mata a la serpiente de Ares, y la creación de Pandora.
Los dioses acuden atraídos por el sonido de la cítara de Apolo. El dios, representado como un joven de largos cabellos, sostiene una cítara. A su alrededor se han reunido su madre Leto, y junto a ella Ares. Tras él su hermana Ártemis. Ares viste como guerrero, casco corintio alzado idealmente sobre el rostro, que ya no aparece tapado, gran escudo redondo, con un gallo negro pintado, grebas para proteger las piernas y clámide corta. Los tres dioses con las cabezas inclinadas ante el son de la música, siguen el ritmo chasqueando los dedos. 510 a.C. M. Arq. Nac. Madrid.
(Izq) Combate entre Ares (dcha) y Hefaistos (izq) en presencia de Hera, sentada en el Trono, con el cetro. Hefaistos aparece como Daidalos y Ares como Enyalios. El episodio se relaciona con la rivalidad entre ambos por Afrodita. Crátera-360 a.C. Pintor de Varrese. M. Británico
(Abajo) El castigo de Ixión. A la izquierda Hera en un trono. Ante ella Ares (izq.) y Hermes (dcha) cogen por los brazos a Ixión. Ares, que tiene el pelo largo y barba, una coraza sobre una túnica corta, y un lanza. A la derecha Atenea, sosteniendo la rueda alada de cuatro radios. 470-60 a. C. Museo Británico.
(Dcha) Cadmo mata a la serpiente de Ares: Atenea a la izquierda, y Cadmo a su lado, con una Hidria (jarra de agua) frente a la serpiente. Ares se encuentra en el extremo derecho. La mujer sentada puede ser una personificación de Tebas. Cratera, 450 a.C. Metropolitan N.Y
La creación de Pandora, de frente, en el centro, rígida y sin vida. A su lado, a la izquierda, Atenea, con la lanza apoyada en su hombro, ofrece a Pandora una corona de flores. A continuación Poseidón, con el tridente, y Zeus, en el trono, con el fulmen. A la derecha de Pandora Ares con casco, coraza, túnica, grebas y escudo, mira hacia atrás a Hermes, que corre mirando hacia atrás sosteniendo su caduceo. Crátera. 460 a.C. M. Británico.
En la escultura clásica Ares, como el resto de los dioses, encarna el ideal de belleza, y por lo tanto sus atributos pasan a segundo plano, para centrase en la representación del cuerpo. Aparece como un hombre joven, fuerte, hermoso, prototipo del ideal masculino, frecuentemente desnudo pero con alguna de las armas que le identifican, con el cabello corto y sin barba. El Ares Ludovisi, copia romana de un original griego del siglo IV, o el Ares Borguese, encarnan a la perfección este ideal. Esta imagen del dios pasará al helenismo y será la imagen que copien los romanos para representar a Marte, la versión romana del dios de la guerra.
En el Tesoro de los Sifnios, todavía del periodo arcaico, vemos a Ares a la izquierda, como una figura de un guerrero, con el escudo y la coraza. Este fragmento del friso representa al grupo de dioses a favor de los troyanos: Ares, Afrodita, Artemisa, Apolo y Zeus. 525 a.C. Santuario de Delfos. Museo.
En el Friso de las Panateneas Fidias representa a Ares como un bello joven, con una lanza (perdida) como único atributo. Asamblea de los dioses: Hermes, Dionisio, Deméter, Ares. Fidias, 447 a.C. M. Británico.
Ares Borguese. Con casco y lanza (perdida). Copia romana del siglo I-II, de un original griego del siglo IV. Louvre.
Ares Ludovisi (dcha), imagen que muestra al amante antes que al guerrero, con la espada en la mano, pero el escudo y el casco a los pies, junto a Eros, sentado en actitud relajada, con mirada soñadora. Esta imagen es difundida por la cultura romana. Copia romana del siglo I-II d. C. de un original griego del siglo IV a.C. de Lisipo. Palacio Altemps. Roma.
Ares muy joven, desnudo, con casco, lanza y una serpiente en el brazo, y gesto airado. Original griego en bronce. siglo IV. Museo de Gaziantep, Turquía
Dos placas votivas que nos muestran dos modelos iconográficos distintos de Ares:
Ares se despide de Afrodita. La imagen de Ares como hombre adulto y barbado, vestido y armado no desaparece. Aquí se muestra como el esposo que hace un sacrificio antes de partir a la guerra. 420 a.C. M. Arq. De Venecia.
En este otro ejemplo del museo del Louvre, muy similar, vemos a Ares y Afrodita ante un fiel. En este caso la imagen de Ares es la característica de la época clásica, sin barba, joven y hermosos. Los dos modelos conviven.
Ares es retomado por los romanos como Marte, y va a convertirse en uno de los dioses más venerados, lo que no es sorprendente en un pueblo que exalta las virtudes militares. Se le considera padre de Rómulo y Remo, los fundadores de la ciudad, y pareja legítima de Venus, madre de Eneas y del pueblo romano, representando ambos a los padres y protectores de Roma, de tal forma que el adulterio narrado por Homero pasa a segundo plano.
Se dedicaron a Marte numerosos templos y altares para el sacrificio, como el de Domicio Enobarbo de la imagen inferior . Representa una ceremonia romana, a la izquierda el censo para el reclutamiento de soldados, que se celebraba en Roma cada cinco años, y en el centro y la derecha un sacrificio en honor de Marte: un toro, un carnero y un cerdo son conducidos al altar ("suovétaurile" en latín). Marte, con casco y coraza, preside la procesión de sacerdotes. Es el bajorrelieve más antiguo conocido donde se describe la realidad política y religiosa de Roma con gran detalle, dando inicio a la tradición de relieve histórico.
Relieve de Domicio Enobardo. Siglo II a. C. Louvre.
Uno de los más importantes templos dedicados a Marte estaba en el foro de Roma (Mars Ultor o vengador), erigido por Octavio Augusto en el siglo I, después de derrotar a los asesinos de Julio Cesar en la Batalla de Filipos, en el año 42 a.C. La imagen del dios, como Mars Ultor, es la de un general romano, de más edad, con barba y cabello rizados, casco corintio y aspecto feroz, muy diferente de las representaciones en que aparece como pareja de Venus. Nos han llegado numerosas copias de este modelo iconográfico.
Mars Ultor, siglo II d.C. El dios de pie con la pierna izquierda adelantada, con sandalias, grebas, coraza y un casco alto, manto sobre un brazo y el otro levantado, tal vez sosteniendo una lanza. Colección particular.
Mars Ultor, figura de bronce procedente de un larario. Siglo II. Siglo II d. C. Paul Getty Museum.
Marte. La misma imagen en el Bajo Imperio, con rasgos menos realistas, pero igual modelo iconográfico. Siglo IV. Museo de Yorkshire. York.
De la época de los Antonios nos han llegado dos representaciones de la pareja de Venus y Marte, con el rostro de los emperadores del momento, identificándose con los dioses progenitores, protectores de los romanos y sus familias, siguiendo la tradición que hemos visto en las villas romanas pompeyanas: el amor de Venus desarma a Marte, lo que trae la paz y la prosperidad a Roma, y de su unión nace Harmonía.
Estos emperadores fueron los primeros en ser deificados en vida, lo que favoreció su representación con la imagen de los dioses más venerados por los romanos. Mediante la propaganda Imperial se fomentaba la identificación entre el nuevo estado imperial y el culto religioso tradicional. Estas imágenes se situaban en el interior de los templos, pero también decoraban las villas o los espacios públicos.
El emperador Adriano y su esposa Sabina, como Marte y Venus. La cabeza de Sabina fue sustituida posteriormente. Siglo II. Louvre.
Marte (copia) en la villa Adriana, Tívoli, del original que se guarda en el museo. Copia romana de un original griego del siglo II a. C.
Los etruscos representaron a su dios de la guerra, Laran, como el Ares griego arcaico. Vemos varios ejemplos de figuras en bronce:
Representación etrusca del dios Marte, conocido por ellos como Laran, muy similar a las griegas arcaicas. Siglos VI-V a.C. Museo Arqueológico de Florencia
Marte de Todi. Representación de Laran, obra etrusca del siglo V a. C. Museo Gregoriano Etruscano. Vaticano
En muchos frescos de las casas privadas vemos un mismo tema, Marte y Venus, en escenas llenas de intima sensualidad, lo que hace pensar que debía ser un tema frecuente en las villas, tal vez como alegoría del amor de los propietarios de la casa, aunque no puede olvidarse que Venus era la patrona de Pompeya. Los dioses aparecen más o menos vestidos, en un gesto amoroso, con parte de las armas en el suelo, indicando que el dios ha cambiado la guerra por el amor, y Eros y Anteros, sus hijos, cerca, lo que ya ocurría en algunas representaciones griegas. Su aspecto es muy similar al de las esculturas griegas del clasicismo tardío y del Helenismo, joven, bello, con el cabello corto, sin barba, semidesnudo, pero con alguna de sus armas:
Venus y Marte abrazados en el lecho, y en el suelo un perro, símbolo del hogar y la fidelidad. Marte aparece desnudo pero con la espada en la mano. Casa del Citarista. Pompeya. Siglo I
Los dioses con sus hijos, Eros (alado) y Fobo (?), que juegan con loas armas de Marte. Casa de Venus y Marte. Pompeya. Siglo I. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
En esta pequeña terracota, la iconografía de ambos es similar, aunque en este caso están rodeados por una tela que forma un dosel sobre sus cabezas. 31-14 a.C. Metropólitan N.Y.
Venus sentada, y tras ella, Marte con casco y coraza, y la lanza en la mano. Eros revolotea junto a ellos. Casa del Amore Punito. Pompeya. Siglo I. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
Matrimonio de Venus, sentada, y Marte, tras ella, con sus armas, rodeados por eros y algunos amigos o criados, en un ambiente muy familiar. Casa de Marco Lucrecio Frontone. Pompeya. Siglo I
Venus y Marte, semidesnudos y en el lecho. Una imagen más sensual que la anterior. Pompeya. S I. Gabinete secreto. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
En otras villas de Pompeya encontramos frescos de Venus y Marte, tratados como si fueran esculturas, en las que el dios aparece en la misma posición que hemos visto en escultura exenta, heredera de la tradición griega, de pie, desnudo, con capa, lanza, escudo y yelmo.
Por lo que respecta al mosaico, la temática es más variada, representándose algunos mitos en los que el dios participa, tanto de origen griego como romano, pero también aparece en escenas junto a Venus, como pareja benefactora, o bien en representación del martes, entre los días de la semana. En todos los casos la iconografía es muy similar, un hombre joven, semidesnudo, con un yelmo y las armas en la mano, ocasionalmente barbado.
La muerte de Adonis atacado por un jabalí enviado por Marte o por Artemisa, según las fuentes. A la izquierda Marte, con casco, coraza, lanza y escudo, y a su lado Afrodita. A los pies de Adonis, que lucha con el jabalí, una lanza rota, símbolo de su muerte. Mosaico de "Villa romana de Materno" S.IV d.C , parque arqueológico de Carranque, Toledo
Rea Silvia y Marte, cuya figura aparece muy incompleta, aunque se aprecia la capa y el escudo. Rea Silvia fue la madre de Rómulo y Remo, pues aunque era una de las vestales, fue violada por Marte mientras dormía, escena que se representa, destacando más el papel de amante y progenitor de la estirpe romana que la de guerrero. Museo Arq. Tetuán.
Dos mosaicos que plasman las deidades que rigen los días de la semana: Apolo o el Sol (domingo), Diana o la Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Venus (viernes), y Saturno (sábado).
En este sarcófago aparecen en el centro Marte y Rea Silvia, dormida, y entre ellos el sueño, que vierte sobre ella el zumo del sueño. A la izquierda está Océano, sentado entre una pequeña barca y un tritón con una caracola. En el otro lado, a la derecha está Tellus, la tierra, con una cornucopia . Por encima aparece la diosa Vesta, en un trono sentada, y con la cabeza cubierta por un velo. Hay otras figuras como el sol en su carro, que aparece por la izquierda o un pequeño cupido que sostiene la lanza de Marte. El dios aparece semidesnudo y con sus armas. Siglo II-III. Palacio Mattei, Roma.
Marte, en el calendario, representa el martes en relación con los días de la semana, al mes de marzo en relación con los meses, a la poda de las cepas como actividad agrícola, y al signo piscis en astrología, así como al planeta Marte, que se relaciona con el planeta Venus.
Marte como Piscis, en la parte superior de la página. No lleva atributos que lo identifiquen, pero puede ser el dios Marte, cuyo nombre lleva el mes de marzo. Con su mano derecha muestra un diagrama circular con las horas de luz y la oscuridad en un día del mes. Abajo los dos peces de Piscis, el signo zodiacal del mes. Misal Stammheim, Hildesheim, 1170. Paul Getty Museum.
Los días de la semana y los signos del Zodiaco, representados por diferentes dioses y su símbolo astrológico. A la izquierda Saturno, el sábado, a continuación Júpiter, el jueves, Marte el martes, y Apolo o el sol para el domingo. Marte aparece desnudo, sin armas, con una bandera en la mano, y junto a los símbolos de Aries y Escorpio. Le Kalendrier des Bergiers-1493-VELINS 518-BNF
(Izq) Marte en el centro, y alrededor los 12 signos del zodiaco. Livre de Sidrac. Maître au menton fuyant. Siglo XIV. Biblioteca Nacional de Lion
Arriba, Marte, Saturno, Júpiter. Centro, Sol, sosteniendo dos antorchas encendidas. Abajo, Venus, Luna con luna creciente en la cabeza, Mercurio con alas creciendo . Ares y otros-Treatise on astronomy-XII-Ms Bodl 614-English.
Los planetas y los días de la semana. Sol (domingo) como un hombre con cetro, guantes y uvas; Venus (viernes) una mujer desnuda en el baño. Mercurio (miércoles) como un campesino, con un gallo y una azada ; Luna (lunes) como una mujer; Saturno (sábado) un campesino con una hoz y sombrero; Júpiter(jueves) ; Júpiter (?) Marte (martes) como un soldado, con espada y escudo. Hacia 1350. Maestro Ermengaud. Breviario de Amor. Ms 1351 f. 38v. Biblioteca municipal de Lyon.
El Marte medieval sigue siendo un símbolo de la guerra, y aparece en tal caso como un guerrero de la época, con armadura, con las armas en la mano. Vemos dos imágenes que muestran la Influencia de Ares sobre los hombres, en la guerra: Marte sentado en un arco iris, con la espada y el cetro en la mano, y corona, incita a los hombres a la guerra. Christine de Pisan, L'Epistre d'Othea.
Derecha: Christine de Pisan, L'Epistre d'Othea Auvernia 1450. Biblioteca Nacional de los Paises Bajos. La Haya. KB, 74 G 27
Izda: Maestro de L'Epistre d'Othea (Iluminador). 1407. -1407-FRANCAIS 606Fol 7v . BNF
Por ultimo puede aparecer como uno de los antiguos dioses paganos, en cuyo caso también se representa como un guerrero de la época, con armadura, y con corona o cetro, como un rey.
Los cinco dioses protectores de Atenas: Saturno, Neptuno, Pan, Mercurio, Marte. Vida y Martirio de San Denis. Yves de Saint Denis. 1317-FRANCAIS 2090-BNF
Sacerdote romano orando ante Marte (izq). Soldados bajo la estatua de Marte, y comerciantes bajo la de Mercurio (dcha). Agustín, La Ciudad de Dios 1475. Biblioteca Nacional de los Paises Bajos. La Haya. MMW, 10 A 11
Marte también aparece representado en relación con las Metamorfosis de Ovidio, y al Ovidio Moralizado, donde se narra el adulterio de Marte y Venus y su descubrimiento por Hefestos. Como se han tratado en el apartado precedente y no las voy a incluir en este capítulo. También en este caso, se le representa sobre el carro, con armadura
Adulterio de Marte y Venus-En el cielo Júpiter, en el centro Marte, con armadura, y Venus, desnuda, rodeada de palomas, junto a Cupido y las tres Gracias. Vulcano en una cueva. Geoffrey Chaucer-1450
Para las representaciones donde aparece Hefestos junto a Venus y Marte, remito a la parte del Renacimiento, del capitulo precedente dedicado a Hefestos, pero también encontramos representaciones donde aparecen Marte y Venus, solos o con algún otro personaje, como Eros, alegoría de la victoria del amor sobre la guerra. Son las representaciones más tempranas del dios, ya en el siglo XV, aunque se mantienen en el XVI y más adelante, en el Barroco. Marte, en su papel de amante, aparece semidesnudo y con las armas en el suelo, si es después del encuentro amoroso, o con la armadura si es antes, y se representa como un joven apuesto.
Venus y Marte. En este caso los amorcillos son sustituidos por pequeños faunos. Bottichelli. 1483. National Gallery, Londres.
Debajo la misma versión del tema, de 1490, de Piero di Cósimo, con amorcillos alandos, y junto a Venus un conejo, simbolo de la sexualidad, y dos paloma, símbolo del amor. Tal vez la mariposa en la pierna de venus alude a Anteros, mientras eros se recuesta a su lado. Staatliche Museen, Berlin
Mars and Venus. Barbari, Jacopo. 1509-16. National Gallery of Art, Washington
Venus y Marte. En este caso Marte aparece todavía con la armadura, mientras que Venus aparece desnuda. Veronés. Metropolitan.
Venus y Marte, con cupido y el caballo. Los tres personajes aparecen desnudos, y no vemos las armas. Solamente la presencia de Cupido permite adivinar la identidad de los amantes.1570. Galleria Sabauda, Turin
Giulio Romano representa a ambos amantes en el baño, algo bastantes excepcional, y sin referencias en las fuentes clásicas, y también representa a Marte persiguiendo a Adonis, tras haberle descubierto con Venus. En el primer caso el dios aparece desnudo, pero en el segundo completamente armado. Julio Romano. 1528. Sala di Psiche, Palazzo del Tè, Mantua
En esta obra de Tiziano, Marte aparece todavía con la armadura, aunque las armas están abandonadas junto a Venus, que se representa desnuda. Venus, Marte y Cupido. Tiziano. 1546. Kunsthistorisches Museum de Viena
En algunas ocasiones Venus es sustituida por Rea Silvia, siendo la iconografía muy similar. En el dibujo inferior vemos una representación muy similar a la del sarcófago del Palacio Mattei, apareciendo Apolo en su carro, arriba a la izq. el Tiber, el Sueño, y Venus sentada al fondo junto a Eros.
Rea Silvia y Marte. Giulio Bonasone. Metropolitan NY.
Por otra parte Marte sigue siendo símbolo de la guerra, y aparece, en tal caso, como un guerrero de la época, con armadura casco, espada o lanza, o bien puede aparecer desnudo, con alguna de sus armas. Es frecuente que aparezca como alegoría del poder, como propaganda política, en los frescos de los palacios de los gobernantes, en medallas o manuscritos :
Júpiter y Marte (dcha). En esta representación tan temprana Marte aparece vestido como un guerrero bárbaro, sobre un carro tirado por caballos alados, y un látigo en la mano. Bajo su nombre, Mars, aparece un perro en fiera actitud. A su lado Júpiter, vestido como un romano, con el fulmen en la mano. Taddeo di Bartolo (1363-1422). Palacio Público de Siena.
Marte, como un soldado romano, entrega al rey Luis XII una esfera donde está pintado el universo. 1500. Canto en Honor de Luis XII, tras la conquista que hace este rey de Milán, contra Ludovico el Moro. Michel Nagonius. De Laudibus Galliae. 1495. Biblioteca Nacional de Francia.
Minerva protegiendo a la paz y la prosperidad de Marte, la guerra. Tintoretto. 1576-77. Palazzo Ducale, Venecia.
Neptuno y Marte, alegorías del ejercito y la flota. El Veronés. 1570. Palazzo Ducale, Venecia.
Marte vestido como un soldado romano. Triunfo de Marte, de Pinturicchio, en 1509, en el techo del Palacio Pandolfo Petrucci de Siena. La distribución general y la partición del techo parecen derivar de la de un techo abovedado y pintado en la Casa Dorada de Nerón en Roma. Muchas de las figuras individuales también parecen derivar de obras de arte antiguas, especialmente sarcófagos. -MET NY
En muchos sentidos el Barroco es una continuación del Renacimiento, y la mayor parte de las representaciones de Marte no hacen sino continuar las que aparecen en el en el siglo XV, es decir, aquellas en las que aparece como amante de Venus, o de otro personaje femenino, con un contenido más o menos erótico. En estos casos su iconografía se mantiene, vestido con su coraza o semidesnudo, con sus armas en la mano o en el suelo, a la moda de la época o a la moda antigua, es un joven fuerte y apuesto (para las representaciones donde aparece Hefestos junto a Venus y Marte, remito al capitulo precedente dedicado a Hefestos).
Pero ahora son muy frecuentes las representaciones de Marte como encarnación de la guerra, bien en un sentido positivo, aludiendo a las virtudes guerreras de algún alto personaje o un estado, o, más frecuentemente, encarnando la destrucción que trae la guerra frente a la cual otro personaje encarna el papel de pacificador. En estos casos Marte aparece como un fiero guerrero de aspecto brutal y gesto colérico.
Vamos a ver en primer lugar aquellas en las que Marte hace el papel de amante, y que, iconográficamente aportan pocas novedades: En el caso de Marte con Rea Silvia, aparece en unos casos lanzándose hacia la mujer, despierta,y en otros, sorprendiéndola mientras duerme, para violarla, como vimos en la tradición romana. Vemos ambos ejemplos:
Marte y Rea Silvia. Blanchard (1630). Galería de Arte de Nueva Gales del Sur.
Marte y Rea Silvia, Rubens. 1616. Viena, Liechtenstein Museum.
Representa una escena de la Ilíada de Homero, cuando Venus, herida, es rescatada por Marte. Venus se representa semiinconsciente, y Marte como un hombre apuesto, enérgico. Johan Sergel. 1770. Museo Nacional, Estocolmo
En esta representación vemos a Marte y Venus, desnudos, las armas en el suela, con las que juegan unos amorcillos, en la fragua de Vulcano, tal y como relata Ovidio, pero no aparece la figura de Vulcano.Marte y Venus. Carlo Saraceni, 1600. Museo Thyssen, Madrid
Marte, Venus y Cupido. Guercino. 1633. Pinacoteca Estense, Modena
Las obras en las que Marte encarna la figura de la guerra son muy numerosas en el Barroco, y después, en el Neoclasicismo. Entre ellas destacan las que pinto Rubens, gran defensor de la paz, en aras de la cual participo en diversas negociaciones entre España e Inglaterra. En sus obras Marte representa la guerra como destrucción que asola la civilización, aunque en algún caso alude al gobernante guerrero que defiende a su pueblo.
(Izda) Una victoria corona a Marte mientras aplasta a una figura masculina que puede representar la discordia. A la derecha dos figuras femeninas y un niño protegidos por Marte. Rubens 1615. Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde.
Rubens pintó el cuadro en Londres durante una misión de paz en nombre de España con Inglaterra. El cuadro representa a Minerva, diosa de la sabiduría y de las artes, en el acto de alejar a Marte, dios de la guerra, al que acompaña el horror. Bajo la protección de Minerva se encuentran la Paz y la Prosperidad, en forma de Ceres, diosa de la abundancia, mientras que los niños representan las generaciones futuras. Guerra y Paz. 1629. Rubens. National Gallery. Londres
Rubens describe el cuadro en una carta a Justus Sustermans, que acompañaba al propio lienzo: Un Marte feroz deja abierto el templo de Jano y amenaza con la espada a los pueblos, mientras Venus intenta retenerlo. Marte es arrastrado por la furia Alecto, con una antorcha, junto a la peste y el hambre, consecuencias de la guerra. En el suelo aparece lo que la guerra destruye: un laúd roto junto a una mujer, símbolo de la armonía, una madre con su hijo símbolo de la procreación y caridad, un arquitecto con sus instrumentos alude a la destrucción. Un libro pisoteado simboliza como la guerra pisa las letras; unas flechas desparramadas, el caduceo y la rama de olivo, símbolos de la paz, yacen por el suelo junto a una mujer vestida de negro y sin joyas; es la infeliz Europa, víctima de rapiñas, ultrajes y miserias. Rubens. 1637-8. Palacio Pitti de Florencia
Luca Giordano pintó a Rubens en el momento de pintar una de sus alegorías sobre la paz y la guerra. A la derecha Marte (la guerra), un ser bestial de aspecto feroz e irracional, es rechazado por Venus (la paz) que protege lo que la guerra destruye. Sobre el suelo los objetos que destruye la guerra: el poder político (el cetro y el orbe); la ciencia y el comercio (el astrolabio y la esfera); la literatura (un manuscrito); las artes (la máscara, la estatua, el laúd, la partitura, el compás) y la fama (corona de laurel). Detrás, los cañones esperan que el Furor, encadenado, se libere para iniciar la contienda. Rubens pintando la Alegoría de la Paz. 1660. Luca Giordano. M del Prado.
También Rubens representó el tema de Marte, desarmado por Venus, un tema clásico, de como el amor vence a la guerra. Todo tipo de armas en el suelo, mientras Venus, desnuda y con el prendedor bajo el pecho, es ayudada por varios amorcillos.
Marte regresa de la Guerra y es desarmado por Venus. Rubens y Brueghel el Viejo (?) Colección Particular.
En este caso Marte simboliza el aspecto positivo de la guerra, como defensora de la civilización (o del catolicismo en contra del protestantismo, y se representa como un joven apuesto. Marte rodeado de las artes liberales, vence a la ignorancia. Antoon Claeissens. 1605. Groeninge Museum, Brujas
En esta representación Marte alude a las futuras virtudes militares del príncipe recién nacido. Alegoría del nacimiento del infante don Fernando, hijo de Felipe II, representado en un niño rodeado de siete damas, las Virtudes teologales y las cardinales, delante de un lecho donde yace una dama, alusiva a su madre Ana de Austria. Sobre el lecho se asienta la Fama, tocando la trompeta y portando un rótulo con la leyenda celebris mundi veneris partus, “Se celebra en el mundo el parto de Venus”. A los lados, sobre nubes y acompañados de un águila, aparecen Lucina, la diosa romana de los partos, y Marte, el dios romano de la guerra. El infante murió en 1578. Michele Parraiso. M del Prado.
En algún caso la figura de Marte sirve para la ironía. Vemos estas tres obras, en las que, partiendo del Ares Ludovisi se va adoptando un tono progresivamente más mordaz. En la primera vemos a Enrique IV de Francia como Marte, que pone de relieve las virtudes militares del monarca. En la segunda Velázquez nos muestra un Marte burlado por Hefesto, con un aspecto que ya no tiene nada de heroico. La tercera obra es una nueva versión del retrato de Enrique IV, hecho en el siglo XVIII, en la que el rey ha perdido toda su apostura y muestra un aire burlón.
Enrique IV como Marte. A. Dubois. 1601? Museo Nacional del Castillo de Pau.
Una versión más moderna del Ares Ludovisi, en la que el dios, con mirada melancólica, semidesnudo, y con las armas en el suelo, aparece sentado en el lecho. Marte. 1638. Velázquez. M del Prado.
Enrique IV como Marte. LEPICIE Michel Nicolas Bernard. 1772. Museo Nacional del Castillo de Pau.
A finales del siglo XVIII, el Neoclasicismo mantienen el interés por los temas de la antigüedad clásica. Aunque el tono licencioso va desapareciendo, sustituido por otro más moralizante, todavía podemos encontrar ejemplos de los mismos temas que hemos visto hasta ahora en época moderna: Venus y Marte como amantes o Marte como encarnación de la guerra. Más excepcional es la representación de otros episodios de la vida de Marte, como los que vemos abajo:
En el siglo XVIII los parques de los palacios se pueblan de estatuas clásicas, entre las que no faltan las representaciones de Marte como dios de la guerra, pero en su aspecto más amable.
En esta ocasión, Ares hace pareja con Atenea, ambos dioses guerreros, pero en pocas ocasiones se les representa como pareja, al margen de algún episodio concreto, como el de la Guerra de Troya. Atenea y Ares. Schloss Schönbrunn. XVIII.
Marte. Renato Fremin. Jardines de La Granja de San Ildefonso
En el arte contemporáneo es muy excepcional la aparición de la figura de Marte, pero sus dos facetas, de amante y de guerrero, se conservan (las obras donde aparece Hefestos se han tratado en el capítulo anterior, pero la guerra, el dolor y la destrucción que conllevan, un tema muy frecuente en el arte del siglo XX, ya no aparece encarnada en la figura del dios griego, sino en imágenes de contenido más dramático, sin ninguna de las connotaciones de belleza o erotismo de la imagen clásica:
Marte rige el tiempo (solo aparece su cabeza). Viñeta de la revista alemana expresionista Der Bildermann que se publicaba durante la I Guerra Mundial y donde se criticaba la guerra. Max Slevogt. 1916. MOMA, N.Y.
Marte como policía neoyorkino, joven y fuerte, uniformado. Marte y la Bacante. John Sloan (Pennsylvania 1871-1951 Hanover, New Hampshire). Metropolitan.
Venus y Marte. 1989. David Storey , Museo de Artes Decorativas, Boston.