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Ejemplar de Agapornis Fischer Opalino propio del aviario
Con la llegada de la temporada de cría, muchos criadores se preparan para ofrecer a sus parejas reproductoras las mejores condiciones posibles. Uno de los puntos a tener en cuenta, y que a menudo se pasa por alto, es el interior del nido.
Elegir correctamente los materiales puede marcar la diferencia entre una cría exitosa y una puesta problemática.
En este artículo nos vamos a centrar en el Agapornis Fischer, que es la especie que criamos y sobre la que tenemos experiencia para poder aportar nuestros conocimientos.
En el caso de los agapornis Fischer, el nido que recomendamos es el horizontal de madera, con unas medidas mínimas de 20x15x15 cm, aunque en nuestro aviario utilizamos nidos de 20x20x40 cm para ofrecer mayor comodidad. Este formato horizontal permite a la hembra construir una cámara de incubación cómoda y mantener mejor la temperatura y la humedad.
Los nidos verticales o de plástico también pueden usarse, pero nosotros les vemos algunos inconvenientes:
Nidos verticales: no permiten que la pareja construya una cámara de incubación separada.
Nidos de plástico: al no ser un material poroso como la madera, pueden acumular demasiada humedad. Si se usan, conviene asegurarse de que cuentan con una buena ventilación.
Los agapornis Fischer construyen su nido en el interior de las cavidades, en este caso, en el interior de la caja/nido de madera.
En la naturaleza utilizan hojas frescas o tiras de corteza, que transportan en el pico o entre las plumas del obispillo. En cautividad podemos imitar ese comportamiento ofreciéndoles los siguientes materiales:
Hojas de palmera, de maíz o caña: siempre limpias y sin tratamientos químicos, en la medida de lo posible frescas.
Paja o hierba: de buena calidad, lo más fresca posible para que sea maleable.
Virutas de madera natural: de buena calidad, que no sea aromática y evitando que tenga polvo (serrín).
Algunas hembras parejas prefieren hacerlo todo ellas mismas; otras agradecen encontrar una ligera capa de material en el fondo. Por eso, lo mejor es colocar una base fina de viruta en la base del nido y dejar el resto de materiales a disposición de la pareja fuera del nido, dispuesto en la jaula/voladera en ramilletes o suelto.
Entre la viruta que coloquemos en la base se puede incluir una proporción de tierra de diatomeas. Se trata de un producto natural, que no afecta a los animales vertebrados (como son las aves) pero que mantienen alejados a los insectos. Esto evita visitantes indeseados en el interior del nido, ya que al proporcionar materiales naturales para la construcción del nido, aunque tengamos cuidado de limpiarlo todo bien, puede quedar algún pequeño insecto oculto.
En el mercado puedes encontrar diferentes fabricantes y formatos de tierra de diatoméas, pero aquí te dejamos un ejemplo.
Conviene no utilizar los siguientes materiales, aunque puedan parecer útiles y fáciles de conseguir:
Algodón o fibras sintéticas: pueden enredarse en las patas y los dedos, causando graves problemas.
Papel triturado de periódico o de cocina: se humedece fácilmente y puede generar la proliferación de hongos con mayor rápidez.
Serrín: puede ser irritante para las vías respiratorias, tanto para adultos como para polluelos.
Materiales naturales sin limpiar, ya que podrían contener pesticidas o insectos indeseados.
Vídeo de ejemplares del aviario
Una vez nuestros agapornis muestran comportamientos de pareja y las condiciones climáticas son apropiadas, es un buen momento para colocar el nido y los materiales de nidificación.
Es preferible situar el nido en una zona elevada, donde la pareja pueda tomar la posición como segura y fácil de proteger. Los materiales los ofreceremos poco a poco. Si se colocan todos a la vez los desperdiciarán o se ensuciarán rápidamente.
Los agapornis Fischer prefieren los materiales frescos, así que lo mejor es ir colocando pequeñas proporciones de material a lo largo de los días. Puedes ofrecerlos en la base de la jaula o voladera, o dispuestos colgados en ramilletes. En poco tiempo, si la pareja está dispuesta a criar, observarás que empiezan a introducirlos en el interior del nido y a darles forma.
Los agapornis Fischer realizan una estructura interior en forma de cúpula, creando una cámara de incubación separada de la entrada del nido. Esto facilita a la hembra mantener la temperatura y la humedad, y al macho estar en el interior del nido protegiendo a la hembra y su descendencia sin molestar en las tareas de incubación.
En el siguiente carrusel de fotos os dejamos ejemplos de nidos, de parejas diferentes de agapornis Fischer, donde se les ha aportado hojas de palmera como material de nidificación.
En todos podemos observar como crean una cámara aislada de la entrada del nido, generando así la zona de incubación. Algunas hembras dejan la base descubierta y otras mantienen algo de material, esta elaboración ya es preferencia de la hembra. En algunos ejemplos podemos ver también la forma de cúpula.
También hay dos ejemplos de fotos donde se puede observar como quedan las entradas de los nidos cuando los están completos de material. Este material sobrante puede retirarlo la pareja con el paso de los días.
Conforme vayamos proporcionando material de nidificación a nuestra pareja es importante ir retirando el material seco que no hayan introducido en el nido.
Durante la incubación y cría de los polluelos, no conviene intervenir en la estructura del nido. Algunas hembras, que han trabajado laboriosamente en la construcción de su nido, pueden sentir rechazo si lo ven manipulado.
¡Atención! No hay que confundir la manipulación de la estructura del nido con la revisión de los huevos y los polluelos. Es importante mantener una revisión de la puesta para controlar que todo vaya bien y no surja ningún inconveniente. También la revisión de los polluelos es importante, para anillarlos en el momento oportuno y controlar que se desarrollen con normalidad.
Entre las diferentes puestas que haga nuestra pareja (nunca recomendado más de 3 puestas seguidas) tenemos dos opciones:
Limpiar el nido entre cada puesta: más higiénico, aunque la pareja debe volver a empezar de cero la construcción del nido, lo que le lleva más tiempo y puede afectar a su ciclo reproductor.
Renovación parcial: se trata de proporcionar nuevo material a la pareja para que reconstruyan el nido sobre el ya existente. Es menos higiénico, pero más natural para las hembras, ya que muchas a lo largo de la cría suelen limpiar parte del nido por sí mismas. Al aportar nuevo material, la hembra aísla la suciedad de la nidada anterior de la nueva puesta. Por nuestra parte, entre una capa y otra, podemos añadir más viruta y una proporción de tierra de diatomeas.
Al finalizar la temporada de cría, sí es importante limpiar y desinfectar los nidos. En nuestro aviario utilizamos lejía disuelta en agua, pulverizamos y dejamos a remojo. Posteriormente enjuagamos bien con agua y dejamos secar completamente. Un ambiente limpio reduce el riesgo de enfermedades.
Nido de Agapornis Fischer propio del aviario
Nidos del aviario
Preparar bien el interior del nido es una tarea sencilla pero fundamental para garantizar el éxito de la cría. Proporcionar materiales naturales, mantener la higiene y respetar los ritmos de la pareja permitirá que tus agapornis construyan su nido de forma instintiva, cómoda y segura.