¡Rebajas de verano! Libro "Periquitos y sus mutaciones"
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Tanto si tienes un aviario de periquitos como de agapornis, cuidar las condiciones climáticas es esencial para garantiza su salud y bienestar. En este artículo te explicamos qué temperatura, humedad, ventilación y luz son las más adecuadas, y cómo adaptarlas según el tipo de aviario que tengas.
Para las especies que criamos en nuestro aviario, Periquitos y Agapornis, el rango de temperatura idónea oscila entre 15ºC y 25ºC. Aunque son especies resistentes, los extremos térmicos pueden debilitarlos y causar problemas serios.
En invierno, las temperaturas por debajo de 10ºC pueden provocar enfermedades respiratorias o letargo, generando que consuman mucha grasa corporal para mantener la temperatura.
Para prevenir estas situaciones es importante aislar bien el aviario. Veamos de que modo dependiendo si es interior o exterior:
Los aviarios ubicados en espacios cerrados suelen ser más fáciles de aislar, ya que cuentan con paredes y techo que protegen naturalmente de las inclemencias del tiempo. No obstante, esto no significa que podamos descuidar el aislamiento.
Es importante revisar que no haya filtraciones de aire frío, especialmente cerca de ventanas, rejillas de ventilación o puertas. Las corrientes de aire directas, aunque sean mínimas, pueden afectar gravemente la salud de las aves.
Los aviarios al aire libre requieren un aislamiento más cuidadoso, ya que están totalmente expuestos a los cambios climáticos. Para proteger a nuestras aves del frío, la humedad y el viento, es muy recomendable instalar paneles, lonas gruesas o estructuras móviles que cubran las zonas más vulnerables durante los meses fríos.
Estos elementos deben ser resistentes, pero también prácticos, para poder retirarlos o abrirlos en días soleados o cuando la temperatura lo permita.
En nuestro caso, para nuestras instalaciones exteriores, utilizamos paneles traslúcidos de policarbonato, un material que ofrece una doble ventaja: actúa como buen aislante térmico y permite el paso de la luz solar, lo cual ayuda a caldear el interior de forma natural durante el día. Esta entrada de luz también contribuye al bienestar general de las aves, manteniendo su ritmo biológico.
Aun así, siempre dejamos algún lateral abierto, aunque esté parcialmente protegido, para favorecer la ventilación y evitar la acumulación de humedad. Más adelante en este artículo explicaremos en detalle por qué una buena ventilación es tan importante incluso en invierno, y cómo encontrar el equilibrio entre aislamiento y renovación del aire.
Te dejamos en este enlace los paneles traslúcidos de policarbonato que nosotros utilizamos:
En verano, las temperaturas por encima de 35ºC pueden provocar golpes de calor o deshidratación, generando graves problemas a nuestros ejemplares, llegando en casos extremos al fallecimiento por estas causas. Para prevenir estas situaciones es importante, según el tipo de aviario que tengamos, tomar medidas:
En los aviarios situados dentro de un espacio cerrado la sombra suele estar garantizada por la propia estructura del edificio. Sin embargo, es importante observar si alguna jaula o voladera está cerca de una ventana o entrada de luz directa, ya que esto puede generar un exceso de temperatura localizado.
Para evitarlo, conviene asegurarse de que todas las aves tengan acceso a zonas de sombra en todo momento. Podemos instalar cortinas, estores o persianas para bloquear el sol directo durante las horas más calurosas del día.
Además de la sombra, hay otros factores clave:
Ventilación adecuada: Aunque estén en interiores, los aviarios necesitan una buena circulación del aire para evitar la acumulación de calor y humedad. Se pueden usar ventiladores suaves o abrir ventanas estratégicamente, siempre evitando las corrientes directas sobre las aves.
Hidratación constante: Es esencial ofrecer agua fresca y limpia durante todo el día. Además de los bebederos, se recomienda proporcionar bañeras donde puedan refrescarse.
Alimentación hidratante: Como extra, podemos complementar su dieta con alimentos ricos en agua, como manzana, pepino, sandía o melón. Puedes ver un listado completo de alimentos en nuestra guía.
En los aviarios al aire libre, la exposición al sol y al calor es mayor, por lo que debemos ser especialmente cuidadosos en verano. Estas son las medidas más recomendadas:
Sombra eficaz: Ubicar las instalaciones donde puedan disponer de sombra natural ofrecida por los árboles y si no es posible, instalar toldos, mallas de sombreo o lonas impermeables para crear zonas protegidas del sol. Asegúrate de que la sombra cubra una buena parte del aviario durante las horas de mayor calor.
Ventilación cruzada: Favorecer la circulación del aire sin crear corrientes bruscas. Un buen diseño del aviario o la instalación de paneles móviles puede ayudar a controlar el flujo de aire.
Agua fresca siempre disponible: Igual que en el aviario interior, el acceso constante a agua limpia para beber y para bañarse es indispensable.
Alimentos ricos en agua: Ofrecer frutas y verduras frescas (adecuadas a su dieta) como complemento para ayudar a mantener la hidratación natural de las aves. Puedes ver un listado completo de alimentos en nuestra guía.
Refrescar el ambiente: Pulverizar el entorno con agua puede ayudar a bajar la temperatura. Esto se puede hacer:
Manual, con un pulverizador de mano (evitando mojar directamente a las aves si no lo toleran).
Automático, mediante un sistema de difusores programados, que humedecen el aire de forma controlada y segura.
Adoptar estas medidas no solo ayuda a prevenir golpes de calor, sino que también mejora el bienestar general de las aves durante los días más exigentes del verano. Recordemos que una pequeña acción preventiva puede marcar la diferencia en su salud y comportamiento.
En cualquier época del año, hay que evitar siempre los cambios bruscos de temperatura. En invierno hay aviarios que cuentan con sistema de calefacción, para mantener una temperatura más constante. En estos casos debemos asegurarnos que funciona correctamente para evitar cambios bruscos de temperatura.
En verano, se puede utilizar ventilador o aire acondicionado para refrigerar el aviario, pero es importante orientar el aire de forma indirecta, que no incida directamente sobre las aves.
La humedad relativa idónea debe comprenderse entre 55% y 65%. Niveles muy bajos de humedad puede afectar negativamente en temporada de cría, dificultando la eclosión de los huevos y en temporada de muda, pues necesitan humedad para ablandar los cañones de las plumas. Mientras que una humedad demasiado alta puede causar problemas de hongos y bacterias, causando graves complicaciones en los ejemplares.
Para ayudar a controlar la humedad en el aviario podemos disponer de los siguientes elementos:
Higrómetro digital: dispositivo que nos proporciona información sobre la humedad relativa del ambiente. Existen en el mercado varios formatos, pero por lo general estos dispositivos muestran tanto la humedad como la temperatura de donde están ubicados.
Te dejamos aquí el enlace de la estación meteorológica que tenemos nosotros en el aviario, que proporciona información de temperatura y humedad tanto del interior como del exterior:
Humidificador: si el ambiente es seco, es recomendable disponer de este tipo de aparato para aumentar la humedad del ambiente. También podemos colocar bandejas de agua por la instalación, para que con la evaporación aumente la humedad.
Deshumidificador: si por el contrario, el ambiente es extremadamente húmedo, hay que considerar usar este tipo de aparato para ayudar a bajar el exceso de humedad. En estos casos, a veces, solo la ventilación no es suficiente.
Te dejamos aquí el enlace del que tenemos nosotros en nuestro aviario, ya que en invierno es un recurso que solemos emplear los días lluviosos para evitar que se concentre la humedad en las instalaciones interiores :
Una buena ventilación es clave para mantener la salud de nuestras aves durante todo el año. No solo ayuda a renovar el aire, sino que también elimina polvo, humedad y partículas en suspensión, que pueden afectar las vías respiratorias. Además, una correcta circulación del aire contribuye a regular la temperatura y prevenir la proliferación de bacterias y hongos.
¡Pero atención! No se trata simplemente de abrir ventanas o dejar espacios abiertos: las corrientes de aire directas pueden ser peligrosas, especialmente si inciden sobre jaulas o posaderos, ya que pueden provocar resfriados, estrés térmico o problemas respiratorios.
Veamos cómo gestionar correctamente la ventilación según el tipo de aviario y la estación del año:
En espacios cerrados debemos encontrar el equilibrio entre ventilar correctamente y proteger a las aves de cambios bruscos.
Invierno: En los meses fríos, es recomendable ventilar durante las horas centrales del día, cuando la temperatura exterior es más suave. Puedes abrir ventanas para renovar el aire, pero siempre asegurándote de que el flujo no vaya directo hacia las jaulas o voladeras.
Si las ventanas están enfrentadas, evita abrir ambas al mismo tiempo si eso genera una corriente cruzada fuerte. Lo ideal es ventilar de forma controlada y breve.
Verano: Durante el calor intenso, la ventilación debe ser constante. Puedes mantener ventanas abiertas todo el día, e incluso por la noche si las temperaturas se mantienen altas. Esto ayuda a refrescar el ambiente y evitar el sobrecalentamiento del espacio.
Como vimos antes, el uso de ventiladores o aire acondicionado puede ser útil, siempre que el aire no incida directamente sobre las aves. Lo ideal es orientar el flujo hacia el techo o las paredes, para crear una circulación indirecta y segura.
En los aviarios al aire libre, el aire circula naturalmente, pero debemos gestionar su dirección, intensidad y exposición, tanto en invierno como en verano.
Invierno: Aunque el aislamiento es prioritario, es importante permitir cierta ventilación controlada para evitar la acumulación de humedad y mantener el aire renovado. Lo ideal es abrir parcialmente un lateral en las horas más templadas del día.
En nuestras instalaciones, por ejemplo, dejamos los paneles traseros cerrados para proteger de las fuertes rachas de viento predominantes, y abrimos zonas más protegidas cuando es necesario ventilar.
Verano: En esta época, se recomienda mantener el aviario lo más abierto posible para facilitar la entrada y salida de aire fresco. Aun así, es fundamental contar con zonas resguardadas de las corrientes más intensas, para que las aves puedan refugiarse si lo necesitan.
Puedes usar mallas, cortinas d sombreo o paneles móviles que permitan regular la exposición al viento según la hora del día.
¡Recuerda! Si vas a abrir ventanas o paneles al exterior, no olvides instalar mosquiteras o mallas de protección, especialmente en aviarios interiores. Esto evitará escapes accidentales y también protegerá de la entrada de insectos, roedores o depredadores.
Una ventilación adecuada, bien gestionada y adaptada a cada estación, es uno de los pilares fundamentales para asegurar un entorno saludable, seguro y confortable para tus aves. Tomarse el tiempo para ajustar estos detalles puede marcar una gran diferencia en su bienestar diario.
Tanto periquitos como agapornis necesitan luz natural, que les aporta vitamina D. Es importante que reciban luz natural de forma indirecta y, en algunos momentos del día, de forma directa para recibir un mayor beneficio. ¡Ojo en verano! No es recomendable exponer a los ejemplares al sol directo sin posibilidad de refugiarse en la sombra.
Ten en cuenta también, que los cristales de las ventanas no dejan pasar los rayos UVA, muy beneficiosos para las aves, por lo que la exposición a la luz solar debe ser sin ningún tipo de filtro.
Las horas de luz pueden variar según la temporada del año o en que momento se encuentren nuestros ejemplares.
Nos referimos a un estado de mantenimiento cuando queremos mantener a los ejemplares en un término neutro, sin estimular la actividad reproductiva controlando las horas de luz. Para estos casos, a parte de tener otros aspectos en cuenta, lo mejor es mantener el ritmo natural de las horas de luz disponibles. No es necesario aumentar ni reducir. De esta manera, tanto periquitos como agapornis mantienen su ritmo biológico natural.
Durante este período es recomendable que dispongan entre 12 y 14 horas de luz al día. Esto favorece su instinto reproductivo y una mejor atención hacia los pollitos.
Como la temporada de cría de estas especies suele abarcar parte del invierno, donde las horas de luz son más escasas, se puede complementar con luz artificial de espectro completo.
Te dejamos en este enlace la lámpara que utilizamos nosotros para estos casos:
Este período suele comprenderse en los meses de verano, cuando más horas de luz natural hay. Es importante saber que el período de muda es una etapa “estresante” para las aves, ya que tienen que hacer un proceso físico complejo de cambiar todas las plumas de su cuerpo.
Si notamos en algún individuo cierta complejidad en esta etapa, lo mejor es mantenerlo en una zona más tranquila, con menos luz.
Teniendo todos estos aspectos en cuenta, es responsabilidad del criador estar pendiente del comportamiento de sus aves. Si se erizan, jadean o se muestran inactivas, puede ser una señal de que algo no está bien y debemos corregir.
Mantener un clima estable y adecuado en nuestro aviario debe ser una prioridad, para procurar el bienestar, prevenir enfermedades y poder desarrollar un ritmo biológico adecuado.