Sinclair
“SINCLAIR”
(Historia en la Madurez de Hermann Sinclair)
basado en personajes de H. Hesse
escrito por:
Sierra Nevada de Santa Marta
Diciembre 2006
I Parte El Hospital
II Parte Eliza
III Parte Un Parche
IV Parte La Sanación
VI y ultima Parte Reencuentro
I parte . . . ( EL HOSPITAL )
Para el día que la convalecencia en el Hospital termina para Sinclair, la guerra ya había llegado a su fin... los resultados que esta dejó, no le interesaban a Sinclair -“guerra es guerra”, pensaba, y los intereses por los que ella dio origen, le tenían sin cuidado.
Los casi tres años que estuvo en el Hospital, le sirvieron para recapacitar con detenimiento sobre su crecimiento interno. Ahora el recuerdo del que fue su amigo, hermano y Maestro, estaba relegado a un pasado en su juventud... Sinclair había madurado al pasar por entre sus heridas físicas, alimentadas estas por un año de dosis entre “Sister Morphine”, hasta que ellas alcanzaron un grado de sanidad que el mismo no habría podido lograr, sino hubiera sido por ciertos encuentros que tubo con individuos que conoció en el Hospital... el primero que me llaga a la memoria es MAX, un teniente que trajeron al Hospital el mismo día q Sinclair ingreso; pero lo vino a conocer al año, pues al comienzo de su recuperación, tubo que vivir día a día la pesadilla de estar bajo los efectos de la morfina, o morfi, como él le decía, para no sentir los profundos dolores físicos que su cuerpo experimentaba.
Sinclair había crecido entre creencias morales, diversificadas estas entre un dios bueno y el dios de las Tentaciones... y le habían mantenido alejado de encontrar el camino que le ayudara a salir rápido de las dificultades físicas que de momento se presentaban en varias partes del cuerpo.
Un día cualquiera, mientras estaba entre ejercicios matutinos de Terapia a sus extremidades inferiores, habían traído un paciente en camilla, y estando los dos el uno enseguida del otro, mirándolo Sinclair dentro los ojos, sintió que el azul de ellos le hablaban, ya que de su boca no salían palabras... recuerdo que Max, en el desorbite de sus pupilas, le gritaba como desesperadamente, que había un camino que Sinclair debía encontrar rápidamente para salir de la crisis... Sinclair le habló, con un poco de dulzura y tristeza, al ver las condiciones desastrosas, aparentemente en q se encontraba el enfermo que estaba enseguida de él... pensó que la pesadilla de su vida, era nada comparada con la de este pobre cristiano... le dice que su nombre es Sinclair, que tendrá, tal vez, que vivir el resto de su existencia dentro una silla de ruedas y tomar, para colmo de males, fuertes dosis de Morfina para sobre vivir... que sus deseos de continuar viviendo, se mermaban día a día, que una forma de encontrar salida rápida a su dilema sería encontrando la forma de aplicarse él mismo una alta dosis del medicamento que lo mantenía invalido y sin dolores en el cuerpo, al tiempo que por dentro, lo jalaba a un mundo tenebroso de sueños y pesadillas interminables que lo despertaban varias veces en la noche, entre una garganta abrumada en gritos ensordecedores.
Max le comunico, que ya sabía su nombre, que no importaba que su mirar le recordara a su mejor amigo de infancia y juventud, que el camino hacia quitarse la vida uno mismo, podría ir en contra vía con el espíritu, pues lo mandaría a un lugar gris, bizarro y sin Dios, totalmente opuesto a los deseos del Creador cuando le regalo vida dentro el vientre de la madre... que él puede llegar a conocer gente en el Hospital, que le pueden aportar cantidad de información indispensable para encontrar un camino hacia la sanación alternativa y así evitar la Morfina; pero tendrá que conocer primero que todo, la fuente que genera vida, porque de nada vale encontrar caminos sobre las sendas de la Sabiduría y el Conocimiento, si no se tiene el agua de la fuente de vida; que la fuente tiene que encontrarle él mismo, y para llegar a ella, tiene que subir miles de escalones, algunos de ellos en un mismo día, pero todos y cada uno tan difícil, que es imposible escalar hacia la fuente sin un guía, y que ese guía tenda que encontrarlo también por si mismo y la única herramienta que esta disponible, es aquel libro que encuentra dentro de cada cajón de cada nochero que descansa enseguida de cada cama hospitalaria... Max cerro sus ojos, aquel esfuerzo realizado para poder llevar a Sinclair un mensaje de esperanza a través de su única forma de comunicarse posible, le había agotado totalmente, y su espíritu estaba cansado...
II parte... ( ELIZA )
Al otro día de la terapia, muy temprano, cuando Sinclair abre sus ojos almendrados Sinclair, y lo que primero ve, fue una enfermera silenciosa que se movía por todo el cuarto haciendo quehaceres, tal vez era la misma que venia a diario, no sabia... abre las cortinas y deja entrar luz natural a la pieza, se acerca a Sinclair y le quita la cobija lentamente, mientras este la mira atónito, ella no se percata de la sorpresa que se crea en Sinclair, y continua en su rutinar, muy suavemente levanta a Sinclair haciéndolo por los brazos, lo baja lentamente hasta sentarlo en la silla de ruedas, tiene una manera muy dulce de hacer todo que Sinclair nota pero no es capaz de decir nada aun... lo lleva hacia el baño, lo desnuda y comienza con su limpieza personal... por primera vez después de tanto tempo, se acababa de dar cuenta Sinclair en quien le hacia la limpieza del cuerpo, y por primera vez, sintió él vergüenza al ver como ella con toda suavidad le bañaba el cuerpo, hasta en sus partes intimas adormecidas... le cambiaba el pañal, le aceitaba y cuidaba del cabello, le afeitaba y hasta le lavaba los dientes.
Ella pertenecía a una orden de misioneros que iban al Hospital todos los días, todas las mañanas... Sinclair saliendo de su vergüenza, mientras ella rutinariamente como a diario durante todo el ultimo año, le afeitaba en silencio... como detrás de un vació mudo, le alcanza a salir un inseguro “hola” a Sinclair, el aire se torna frágil y ella medio aterrada un poco, retrocede levemente de su rutinar, hasta que se detiene; y observando a Sinclair como si el enfermo se acabara de despertar de un Estado de Coma, le responde, -“Buenos días Señor Sinclair , espero se encuentre Ud. bien.”
- “Sí, bien gracias”... un poco de silencio pesado y continua: ¿Te molestaría si pregunto tu nombre?”
- “Para nada Señor Sinclair, me llamo Eliza”
- “¿Le molestaría si continuo hablándole Eliza?”
- “No Señor Sinclair “
- “¿Me podrías llamar Hermann si queres?”... ella no dijo nada, y luego de otro silencio, Sinclair continuo... “Eliza, dicen que existe un libro que contiene Sabiduría entre los nocheros de los Hospitales, ¿lo has notado?”
- “Si”... iba a decir otra vez Sr. Sinclair , pero se detuvo y tampoco le pudo decir inmediatamente Hermann, y continuo... “¿Porque le interesa leer de este libro?”
- ... no respondió él apropiadamente, había algo en esos ojos grandes de ella que le absorbían y solo le alcanzo a decir... “Sí, Eliza¿?”
- ella un poco turbada, continuo en monologo para disimular lo que estaba sucediendo entre ellos en silencio... “Si desea, nosotros por las tardes nos sentamos en el salón de reuniones arriba en el ultimo piso a leer un poco, y yo le podría llevar conmigo...”
- “Gracias, Eliza”
pensó pasar el resto de la mañana mirando por la ventana, hasta que le turbo la idea de escribir cartas... a Eva, a sus padres, que a lo mejor ni saben de su estado, el conflicto aún continuaba, y a lo mejor pensaran ellos que esta aún en el frente luchando por los ideales de una estúpida guerra más...
se deslizo por entre corredores hospitalarios en la silla de ruedas hasta el Centro de Distracciones. Era la primera vez que venia, no sabia aun el que le había despertado del letargo de las pesadillas y la búsqueda del suicidio, hoy se había levantado con otra visión, con otro calor en su interior... pudo ver que alrededor de una mesa, estaban otros como él, que jugaban algún juego de mesa mientras fumaban y fumaban... paso de largo y los miro desde lejos, le levantaron una mano como saludándole, el respondió pero siguió su camino hasta la caseta donde se encontraba una enfermera; al llegar a ella, le pidió conseguir papel y algo conq escribir una carta... ella después de mirarlo un segundo de más, saca de la parte interior del mesón varias hojas de papel lineada y un lápiz... en el viaje de regreso a su cuarto, Sinclair volvió a mirar hacía la mesa donde había visto los que fumaban y jugaban, pero se habían ido... hacia un corredor opuesto que lleva al jardín, diviso sus siluetas que jugaban ajenas en perfecta danza entre luces y sombras, se quedo unos segundos detenido como absorbiendo el momento... cuando llego a su cuarto se apresuro entusiasmado a escribir sobre las hojas, pensó que tenía cantidad de momentos para compartir a su familia y a Eva... pero las emociones no se convirtieron en letras tan fácilmente, se detuvo en sus pensares un segundo y viendo que estos se iban de él, encontró que a Eva no le deseaba ya escribir, ya no sentía por ella aquella gran atracción, era como cuando el joven Siddhartha descubre después de que su amigo Govinda lo deja, que de allí en adelante se deberá formara él un totalmente nuevo sendero hacia el infinito horizonte al q miraba absorto y triste... pero debía enfrentarlo.
Para salir de aquel ensimismamiento que le podría dejar fantasmoricos residuos explosivos en su alterado estado mental, ahora ocupado en quehaceres de sanación corporal interior, tareas a las que su mente y espíritu querían dedicarle de ahora en adelante mucho tiempo... decide Sinclair en forma sana y como recurso para conservar su sanidad mental existencial, escribirle a sus padres... y aunque le era bastante incomodo para sus manos la acción de escribir, trata y comienza así:
Queridos mamá y papá y hermanas:
Desde aquel día en q me alistaron al ejercito, fui enviado al frente
y allá las acciones ocupadas en su mayoría a la sobre vivencia
me mantenían impedido en enviarles una carta,
para Sinclair un momento, pensó que quería evitar contarles sobre su estado y los pormenores de este... siguió cavilando, hasta que continua:
pero hoy me han dejado más tiempo las ocupaciones
habiendo sido trasladado a otro lugar más retirado del frente de acción,
les cuento q estoy bien y los recuerdo mucho,
pienso q en poco tiempo podré compartir con todos Uds. muchas más Navidades.
Los ama, hermano e hijo;
Hermann
La época de Navidad estaba cerca, y todo el alboroto alegre que conlleva ésta se comenzaba a derramar por entre el hospital también, se sentía... a mediados de la tarde, llega Eliza para recogerlo y llevarle al salón del ultimo piso como le había prometido... entra con una sonrisa y brillo navideño en su cara... rostro cachetón y sonrosado por el frío de la calle, y saluda a Sinclair :
- “Hola Hermann, ¿cómo estas?“
- “Hola Eliza, te esperaba, estoy mejor... gracias”
Sinclair no hablo nada sobre la carta, no es que no quisiera, si no que simplemente, este tipo de cosas no le pasaba ni siquiera por el pensamiento.
Se encaminaron por entre la plataforma inclinada para sillas de ruedas del Hospital, subían lentamente y en silencio hacia el otro piso... los pensamientos de Sinclair se iban de un lado de la carta que escribió, a sus recuerdos de infancia cuando jugaba con sus hermanas... no quería recordar a Kromer ni cualquier otra pesadilla de entonces...
el salón era amplio, había un hombre en el oratorio, las monjas sentadas al frente daban la impresión de estar enclaustrado en un monasterio, en la parte de atrás algunas enfermeras y algunos pacientes... se sentaron en la ultima banca a pedido de Sinclair, Eliza, junto a él, y comenzó el orador diciendo:
“Hoy estamos viviendo tiempos de dificultad, nuestra juventud es masacrada de bando y bando en una guerra que en términos generales, se acopla más a intereses individualistas de una elite manipuladora de información incapaz de encontrar medios justos para la distribución de los beneficios económicos que genera el País... mentiras disfrazadas que nos han llevado a librar una guerra de conveniencias ideológicas, entre paréntesis... puesto q los otros manipulan nuestra juventud con cuentos de grandeza para q sean carne de cañón en defender sus producciones millonarias que les mantiene el negocio de las armas a otros en países lejanos que están interesados en la muerte. Abajo se encuentran cientos de nuestros mejores hombres, heridos en combate... mientras que corre más sangre sobre la tierra... y muchos de ellos corren suertes inciertas de recuperación... algunos, dentro de su desesperación mental, desean cruzar los extremos de sus existencias, apagando luces de esperanza q aún conservan... ora lenta y cruelmente, ora en halos de inmediata determinación desesperada, como ocurrió esta madrugada...”
Sinclair voltea a mirar a Eliza al mismo tiempo que ella, lo que le dijo su mirada le dejo un frío por dentro momentáneo... pero el orador continuo distrayéndole...
“es prudente y urgente de parte nuestra, el llevarles un mensaje inmediato de esperanza a nuestros hermanos heridos pa...”
volvía Sinclair a distraerse entre sus pensamientos que iban y venían velozmente como buscando escapes por donde salir... pero sabía que tenía q escuchar al orador, para comprender ciertas cosas q le eran inexistentes en su pensar... y trataba de concentrarse, mientras la vos venia otra vez de afuera...
“ ...probablemente muchos no deseen escuchar palabras de aliento hasta que hallan tocado un fondo, el paso antes de la fosa... “
allí fue donde Sinclair vio que él había estado, cuando conoce a Max, y le regalan ese mensaje de esperanza para salir de un torbellino oscuro con simplemente escucharlo, hacia un espacio dentro su interior más propenso a una evolución positiva, como si hubiera emergido de dentro la tierra hacia un campo exterior a caminar y caminar, como buscando respuestas y atravesando lugares distintos a los que encontraba en el túnel vacío y oscuro donde vivía y moría... había salido desde un paso antes de su fosa, pensó Sinclair...
“...acordaos de no hostigar con mucha palabrería ni fanatismos emocionales innecesarios al prójimo, no se trata de llevar a nadie al cielo, pero tampoco de dejarles solos cuando andan buscando de una salida a ese torbellino de soledad, oscuridad, frío interno y odio propio donde se encuentran muchos... les voy a leer un segmento de algo que dice el Señor...”
la atención de Sinclair la reflejaba en sus ojos totalmente desorbitados, él sabía lo que el orador estaba diciendo, había experimentado el torbellino de la autodestrucción, él había escuchado a Max y había podido comenzar a fabricarse una esperanza, sabía que tenía que poner mucho de sí mismo, para poder accionar entre las respuestas encontradas... pero volvió y se silencio cuando el orador comenzó a leer...
“En Hebreos desde 10:16, leemos... { este es el pacto que haré con ellos después de aquel tiempo dice el Señor, pondré leyes en su corazón y las escribiré en su mente... nunca más me acordare de sus pecados y maldades... }... –para luego añadir de sí mismo... el que es, ya esta, y los que no son, no son... el que ha de venir, vendrá“.
Terminando de hablar el orador, Eliza me mira a los ojos, su mirar difunde voces de aliento, su boca permanecía en silencio... yo la miro y veo en ella una especie de camino del que Max me había hablado, Eliza levanto su voz un poco y me dijo como en susurros:
- “Es de Max que hablaban...”
- “ ¿Que queres decirme Eliza?”
- “Que Max fue encontrado sin vida esta madrugada por sobre dosis de Morfina en su sangre”
Sinclair se quedó un momento sin aire, no sabía q decir, no entendía muchas cosas... si Max le había contado todo aquello ese día, porque él se había quitado la vida así no mas, sin una lucha... no entendía, seria que la lucha había sido tan tremenda, que no pudo al fin y se tiro por el acantilado... seria que fue un cruce de información de espíritus, de intercambio de vidas y palabras, donde yo tome su vida, mientras el tomaba el cáliz de una muerte... será que de todos modos uno de los dos debía de partir... ¿?
Su pensamiento iba desde el día anterior en que había conocido a Max, del estado en que estaba yo en mi vida aquel día, aquella mañana... lo que el orador acababa de decirnos... trataba Sinclair de coordinar ideas y pensamientos cortos, hasta que no aguantando más la tensión, grita ensordecedoramente un... “¡No puede ser!”...
Ese “no puede ser”, significaba no solo que veía como en un espejo reflejado en otras personas su propia existencia... la conversación del locutor al frente, Max q había salido de la nada a impulsarlo hacia un existir, o a intercambiar con él la vida y la muerte, a sacrificarse por mí en la tierra mientras vivía... a dar su vida por un amigo, como decía en el libro... ¡guau!, es lo único que podía decir Sinclair eran demasiadas burbujas entre su abultada información cerebral que seguían penetrando a cada segundo que respiraba... la mirada de Max que le recordaba a su amigo de infancia, Eliza que le hablaba siempre como si le conociera de hace mil años... cuando escucho la voz de ella otra vez, ya estaban en su cuarto... sus pensamientos se diluían entre gotas ácidas que nadaban entre un mar de agua cristalina... iban y venían al danzar de una marea permanente... todavía no comprendía si todo esto era bueno para el o si se aproximaba una tormenta.
- “Si, Hermann, todo se da a tu rededor de una forma u otra... en el momento todo puede parecer espejos de muchas otras cosas, pero más adelante cuando estés sano completamente, podrás atraer lo que necesitas... con solo dejarlo meditando dentro de ti. Tu cuerpo es templo de Dios, y si Él allí hace su hogar, te suple todas tus necesidades, pero primero debes abrir las puertas de tu existencia interna y poco a poco ir limpiando tu casa para que sea digna...”
Hubo un silencio largo, Sinclair no puede absorber todo a la velocidad que suceda, y menos a la velocidad de las palabras que salían pesadamente de Eliza, estas parecían cruzar su mente como rayos de luz... no podía mirarla, escuchaba mientras su cabeza penetraba un piso de hospital que en realidad no veía, era invisible a lo visual, su pensamiento era de un piso surreal que como tablero de ajedrez en cuadritos blanco y negro, se extendían hacia un infinito alrededor, él en el centro del tablero plano, miraba como se desdoblaba su mente en átomos angústiales que salían a borbotones de la masa cerebral... los ojos abiertos que no veían nada, solo viajaba entre sus ideas, entre ese mundo nuevo que se iba formando rápidamente, al que debía de ajustarse rápidamente... entre todo aquello, alcanzo a susurrar mirándola, como buscando un punto de apoyo:
- “¿Lees mi mente Eliza?
- “Solo mirando tus ojos siento como tu corazón refleja lo que pasa por tu mente...”
- “¿Me sostienes un poco Eliza?, me siento pesado y creo que quiero dormir...”
III parte... ( UN PARCHE )
Sinclair siguió yendo a diario con Eliza al ultimo piso del Hospital, ya había pasado otro año; desde que le habían suspendido la Morfina, las terapias mejoraban las posibilidades de volver a la normalidad, y se veía a un Sinclair mucho mejor, pero él sentía q faltaba algo.
Una tarde mientras bajaba del segundo piso y pasando por el Centro de Distracciones, vio Sinclair que aquellos hombres que hace tiempo había saludado, estaban jugando a las cartas sobre una mesa del recinto... se quedó mirándoles desde la distancia, y en eso, uno de ellos voltea la mirada, y al verlo levanta su mano en señal de invitación, cuando los otros voltearon a mirar también, ya Sinclair atrapado por el momento, no le quedó más remedio q aceptar la invitación...
- “K tra”, dijo uno de ellos de una manera salvajemente rápida...
- “¿Como?”, replica Sinclair
el uno le dijo al q había hablado con Sinclair...
- “Parce, ek parla koiné kaliche”
se volteo este mismo y le dice a Sinclair
- “¿Queres jugar con nosotros?”
Los hombres hablaban una jerga callejera vieja q llamaban “Caliche”... uno era SID; flaco, largo, pelo negro, ojos miel, piel blanca... CAMENZID; grueso, fuerte, rojizo, ojos negros, pelo ensortijado, y los tres hermanos ANGELMERA, que no hablaban nada de castellano, solo esa jerga vulgar y callejera de los caliches.
Se sentaron todos a jugar otra nueva mano, jugaban distintos estilos de juego... comenzaron con Poker destapado, Poker sangriento, normal, etc., pero todos y cada uno con un mundo de reglas diferentes que lo hacían más ágil y flexible para jugar y pasar un buen rato... luego cambiaron al naipe español, comenzaron por el Tute y todo juego imaginario que se podía jugar con este tipo de naipe... pasaban al domino que jugaban hasta con dos y tres dominós al mismo tiempo... y así pasaban las horas, solo jugaban, fumaban y a veces decían algo.
Sid y Camenzid solo llevaban un año y ya pronto podrían irse; los hermanos Angelmera talvez durarían otro año más. Así pasaron varios meses, en los q Sinclair alternaba sus días entre la terapia, lecturas del libro y los juegos con “El Parche”, como ellos le llamaban. Una tarde decide Sinclair traer el tema de las enfermedades de guerra a la mesa, ya que casi nunca hablaba temas complicados por el idioma que ellos hablaban, todo era diferente aunque fuera una derivación del Castellano... pero con el paso de los meses Sinclair preguntándoles poco a poco por sus significados, pudo aprender a defenderse en caliche... voy a pasar algunos de sus diálogos al castellano plano para que entendamos su contenido:
- “Para sanarse el cuerpo uno mismo, hubo alguien que sanaba enfermos que dijo antes de dejar la tierra... { cuando me vaya podrán hacer estas cosas, y más, si tienen la Fe del tamaño de un grano de mostaza }, pero la gente no ve, ni oye, porq sus oídos y sus ojos fueron cerrados por ellos mismos, al seguir sendas mundanas que alimenta sus egos”, dijo Camenzid...
- “En el principio el Creador le dio el aliento de vida a Adán, lo soplo a su forma de barro húmedo... ese aliento de vida esta aun en el aire q respiramos, los cuatro vientos lo llevan y lo traen de un lado a otro”, añadió Sid...
- “Si el tal es pillador lo grava”, dijo uno de los hermanos Ángelmera, y volvió Camenzid a corroborar...
- “El aire que respiramos tiene vida... con un poco de conocimiento de la anatomía humana, uno se puede ayudar a sanar más rápidamente, mediante ejercicios de respiración dirigidos...”, Sid continuaba:
- “No es fácil, porque no es solo el acto físico automático del respirar, se necesita tener una Fe grande, que sepa uno que entra sanación al cuerpo y que el aire lo provee una fuente que es eterna que lo llena de ingredientes positivos que uno debe ganarse... es todo un proceso en solitario, donde uno va soltando capas negativas que se le pegan del mundo que la sociedad inventa... absorber interiormente a través del espíritu volúmenes invisibles de partículas que no solo sustentan el cuerpo, sino que le renuevan la mente de forma continua, es toda una transfiguración...”
- “Dejándote solo y alejado de todo lo que antes te rodeaba, es el precio temporal que se paga... porque los amigos que tenias del mundo, se volverán tus “enemigos”, te despreciaran cuando vean que no haces las mismas cosas de antes, y debes adaptarte a ello... pero cuando aprendes a sostenerte solo sin necesidad del mundo, y dependiendo más del alimento que te entra por el espíritu, estarás listo para salir al mundo y compartir... no quiero decir que podes salir a enseñar, solo que salís a vivir, pero tu vida al ser diferente, la gente desde afuera q observa o siente ese aura de energía que destilas, tratara de copiar o repetir tus acciones, muchos se llenaran de envidia. Algunas veces te hacen preguntas sinceras, otras veces solo te provocan... tu solo responderás a los corazones honestos... los otros los evitaras o le das vuelta a sus preguntas y podrás jugar a hacerte el que no se da cuenta, o les giras de una manera que ellos creen que estas con ellos...”
- “Como hizo Pablo cuando visitaba a los Griegos o a los Romanos... él decía que se volvía griego cuando hablaba con los griegos, y se volvía romano cuando hablaba con los romanos”
Sinclair guardaba silencio, ellos seguían jugando como si nada, de vez en cuando le miraban a los ojos, como midiendo su grado de atención... Sinclair solo pasaba las manos tirando cartas a las ciegas, no sabia a que jugaba, solo iba y venia, su atención no podría dividirse, no en estos momentos... era demasiada info toda junta, mucho sonaba a q no sabia ni de que hablaban, otras cosas extrañas le hacían hueco en su cabeza, no las captaba... pero grababa todo en su disco duro...
VI parte... ( LA SANACIÓN )
Permaneció sin ir al Centro de Distracciones por lo mes un mes... en ese tiempo pudo asimilar toda la información que ellos le habían compartido... una mañana cuando entra Eliza para ayudarle en cualquier función física q tuviera dificultad, se encuentra con que había estado Sinclair respirando desde las 5 de la mañana cuando se levanto decidido a caminar... le metía vida a sus extremidades inferiores desde hace un par de horas, y para cuando Eliza arriba, él estaba parado solo sobre sus dos pies... le tomo casi una semana en movilizar los dedos uno a uno, y así, esa mañana podía mover sus extremidades inferiores un poco, sin por ello poder caminar... pero se sostuvo parado solo por un largo rato, como haciéndole ejercicio a las piernas...
- “Hermann, lo veo y no lo creo”
- “¿No te parece maravilloso?”
- “¿Podes caminar?”
- “No creo, pude sentarme en el piso y ayudándome, volverme a parar... he estado mandando pensamientos de movimiento a mis piernas en los últimos veinte minutos antes de que llegaras...”
- “A ver me acerco a ti más”... estando Eliza a un poco más de un paso de él, estira sus brazos hacia Sinclair y le dice:
- “Tu puedes Hermann, ven hacia mí”
se quedó quieto Sinclair, cerro sus ojos y comenzó a respirar... se imaginaba en el aire parado y flotando, estático y con la libertad y rienda suelta de hacer lo que quisiera, no dependía de limitaciones humanas... el aire que inhalaba lo traía de otros cielos... absorbía el soplo de vida que Dios le dio a Adán en aquella mañana cuando el cielo terrestre había sido recién dibujado después de unos eons desde q se separaron las aguas de las aguas... Sinclair pensaba en cuando el Señor le dice al salmista algo parecido a esto: “Yo te sople vida cuando estabas en el vientre de tu madre”, la memoria para recordar exactamente estas cosas no era una de sus cualidades, pero se traía al pensamiento la esencia exacta... mientras tanto en esferas invisibles corrían Ángeles desde el cuarto cielo y bajaban a la Tierra... el Ángel de uno de los cuatro vientos, se encontró con el aliento de vida que fluía a su rededor, y escucho que le daban permiso un Ángel sanador para q llevara el aire cargado de electrones positivos a Sinclair, y luego de unos minutos terrestres de respirar profundo –que parecían siglos, Sinclair siente la autorizacion del Creador e inhala su soplo de vida, lo lleva hacia sus extremidades inferiores... desde la columna vertebral hacia sus huesos, por entre su carne, venas, sangre, átomos y vuela entre lo imaginario mientras sus ojos permanecen cerrados y atraviesa galaxias donde los colores del universo bañan su cuerpo a medida que los traspasa, hasta que llega aun extremo donde se ve reflejado en un espejo gigantesco, y ve que su imagen esta rodeada de un polvito de colores, estira su mano como para alcanzarse a si mismo y se absorbe volviéndose uno mismo dentro de un nuevo mundo que se va descubriendo a medida que se mueve... vuelve a su momento actual y se da cuenta que toda su mente esta conectada por entre un largo segundo con ese mágico momento, como sincronizado con el universo entero, parecía que toda una vida le pasaba y el disolviéndose en ella... de repente se le estremeció el alma al sentir entrar el aire, lo imagino al principio de un color azul leve casi invisible que entraba como luz a un área corporal muerta o dormida, llena de una energía oscura algo rojiza... el aire nuevo adentro absorbía toda energía muerta, y renovaba células adormecidas, que como momias centenarias se levantaban de un sueño prohibido eterno, y comenzaban a brillar por si mismas...
Sinclair comenzó a exhalar, después de retener el aire por todo ese tiempo, y con cada micra de aire q salía, botaba toda energía oscura que no se renovaba fácilmente, dejando todo el interior de sus extremidades llenas de una sensación de calor, de espacios por donde fluían movimientos de diferentes células entre ellas, sentía un picazón en sus extremidades como juguetiando a un día nuevo... Sinclair abrió lentamente sus ojos y dio un paso hacia Eliza, que solo observaba asombrada por lo que estaba sucediéndole a Sinclair... vio que Sinclair extendía sus brazos también y ella le acogió en su seno... se quedaron abrazados por una eternidad, mientras él relajaba su pensamiento, hasta q pudo soltar unas palabras de forma suave y lenta, musitándole en el oído...
- “Lo logramos Eliza, ¡ lo logramos !”
- “Lo lograstes Hermann, lo lograstes”
- “Estoy cansado”
- “Ven te ayudo a recostarte”
Se voltearon los dos juntos cogidos de los brazos, y dieron el primero, el segundo y hasta el tercer paso hacia la cama... subió Sinclair pesadamente y callo sobre ella, tenia el sueño de un cansancio espiritual... ella lo entendió, lo arropo, le sonrió y se alejo caminando hacia atrás; le cerro las cortinas, y antes de apagarle la luz, le levanto la mano como despidiéndose, pero él ya se había quedado dormido.
Eliza sabía que era talvez la ultima vez que le vería... el abrazo le había tocado su alma perceptiva con un amor universal de hermandad... pero ella sentía algo más, aunque pero no sabía bien q era... había dedicado su vida entera a las labores sociales. Desde que era una bebe, acompaño a sus padres en misiones a diferentes partes del mundo... no sabia si era un adiós, pero tenia q irse y era difícil en ese momento contarle a Sinclair...
V parte... ( VUELTA A CASA )
Un mes después de haber vuelto a la casa de sus padres, recordaba con dulzura a su amigo de infancia, de adolescencia, de juventud, cada vez que observaba al gravado de un ave encima del portal de la casa... pero los tiempos habían tomado otra directriz, hoy Sinclair divagaba por entre otras áreas paralelas del pensamiento.
En las horas cuando se sentaba a compartir la cena con sus padres, se perdía entre sus propios pensamientos, mientras que ellos le estaban contando historias, ya sobre el vecindario que había cambiado mucho... “pasan muchos camiones grandes por la cuadra”, decía su madre, “ya no es un barrio residencial como antes”... sobre el matrimonio de sus hermanas... para Sinclair no importaba demasiado la realidades familiares, pero le fascinaba concentrarse en escucharles sus historias, esto hacia feliz en gran manera a sus padres, el solo hecho de acompañarles a escuchar sus conversaciones: los cuentos de antaño de sus padres, ora de cuando eran niños y de aquellos lugares geográficos tan diferentes y opuestos el uno del otro de donde fueron criados, que describían bien a sus padres, sus personalidades, su formacion familiar, ora de cuando se conocieron en Manrique... su noviazgo. Todos estos espacios y familias giraban por entre la mente de Sinclair y se ligaban como en una nostalgia, sobre todo cuando las historias eran acompañadas por música de sus épocas.
Los días pasaban, ya se habían ido siete meses en casa de sus padres, todo había sido ameno, si no sintiera el cosquilleo de que debía hacer algo, si tuviera siete años, solo pensaría en jugar, comer y dormir... pero esos deseos de adulto que se le habían desarrollado, como el de la creatividad, no podía ahogarlos... para sus padres, era todavía el hijo... pero Sinclair tenia que soltarle las riendas a la creatividad, pensaba que la pintura podría ser la clave para desarrollar lo que visualizaba, y en escribir versos metafóricos de vez en cuando. así que para poder dedicarse a ello tendría que buscar donde vivir y trabajar al mismo tiempo, un trabajadero, un atelier... cuando le contó a su madre, pudo ver en ella la tristeza de la separación, pero ella sabía que debía de darle a su hijo la oportunidad y ayudarle a alcanzar ese objetivo de importancia... lo llevo al ático de la casa y cuando estuvieron allá, abrió un baúl que ella tenia bien cuidado, donde guardaba su mas preciado tesoro, los oleos, pinceles y demás materiales de pintura que ella había usado durante toda su vida desde niña, ahora que no los usaba mas, se los ofreció a Sinclair como prenda de amor y apoyo a su nueva carrera. Por el lado de su padre, este le conversaba sobre los caminos de la vida, le aconsejaba a su manera, toda la vida lo había hecho, y a Sinclair le gustaba escucharlo por largos momentos, era para Sinclair como recibir la forma en que su padre demostraba cariño.
VI y ultima parte... ( REENCUENTRO )
Ya vivía Sinclair tiempo a en su atelier, donde jugaban los colores que la creatividad le regalaba, y su vivir se iba en solo esto; en visitar a sus padres, e ir al campo de vez en cuando buscando inspiraciones externas q acompañaran sus lienzos.
Una mañana cuando salía hacia el mercado cercano, vio en la distancia una silueta familiar femenina de alguien de su pasado... alargando los pasos, entro en el mercado buscándola y luego de un par de vueltas, diviso una cabellera resplandeciente pero desconocida; aun así se le acerca -el sentir del cuerpo era fuerte... ella deslizaba su mano blanca entre manzanas rojas... “hola, ¿no sos Eliza la enfermera totalmente cambiada?”, dijo Sinclair... ella miraba a Sinclair y no lo creía... “si, sos vos Hermann, pero ¿qué haces aquí?”
- “¿cómo que qué hago aquí, mis padres siempre han vivido por acá”
- “estas totalmente restablecido”
- “si, después que dejastes el Hospital, a los meses y me dieron de alta”
- “¿y a que te dedicas ahora?”
- “tengo un atelier donde pinto, escribo y aprendo de la vida... pero, vos Eliza, contame que haces en este pueblo...”
- “oh, perdona, estoy de vacaciones visitando a mi abuela que vive por acá cerca, a propósito, ¿te gustaría venir conmigo y nos acompañas en el almuerzo?, pensaba hacer algo de brócoli con aceite de oliva y ajo, pasta integral con queso, y manzanas... ¿te gusta la idea?”
- “pues a simple vista parece saludable... ¿porque no?”
los chicos salieron después de las compras hacia casa de la abuela, Eliza parecía bastante emocionada con la idea de haberse encontrado por casualidad con Sinclair.
Fueron tres meses, donde visitaron museos de arte, fueron al teatro, la opera, conciertos de cámara, el cine club, lecturas de poesía en la biblioteca, se bañaron en el río, acamparon en los Farallones, caminaron la ciudad de sur a norte, aun tuvieron tiempo de ir a pequeños conciertos urbanos donde varios amigos de Sinclair se presentaban.
Una tarde cualquiera se dieron cuenta que se habían divertido bastante durante esos últimos días desde su reencuentro, se habían divertido como dos niños, pero aquella tarde, les llego como lluvia al pensamiento, el que Eliza tendría que viajar al otro día... tenían veinticuatro horas para despedirse, para cojersen de la mano, para mirarse a los ojos... que para Sinclair era como zambullirse en un mar de tranquilidad, el corazón de Sinclair palpitaba mas rápido, ella solo se limitaba a mirarlo y esperaba, tenia su mente femenina totalmente desbocada y entregada a sentimientos suaves y cálidos que le producía el momento. Su corazón burbujeaba por primera vez, parecía que dejaba de ser niña y comenzaba a sentir palpitaciones nuevas en su pecho, palpitaciones de mujer, se sentía mujer por primera vez, madura como una fruta lista para ser cogida en las manos de su amado. Ahora los pensamientos de Eliza se volvían más frágiles, no conocía el sentimiento nuevo que la embriagaba totalmente, pero le fascinaba al mismo tiempo... transformación que afloraba un nuevo vivir en ella... su cabello formaba ondas diferentes cuando el viento lo bamboniaba... sus manos estaban mas suaves, y todo el río de amor que generaba desde el interior de su corazón, le salía automáticamente a borbotones por los ojos, por la piel, por los labios... y mientras tanto Sinclair indefenso a las maravillas que de ella coloreaban el aire, sucumbía a su ternura y encantos, y todo el ambiente alrededor donde estaban sentados comiendo pizza, comenzó a desaparecer lentamente, la Gruta dejaba su existencia, no se escuchaba la música q sonaba a la distancia... no se veían los chicos que saltaban en las tablas, nada existía en la realidad de Sinclair y su imaginación, solo ella que lo traslada a otra dimensión alimentada por el increíble fluir q de ella brotaba... se cogieron de las manos, y se transportaron por entre vegetaciones de muchísimas formas y colores, no caminaban, solo ondulaban por entre la nueva gama de caracteres q se aparecían... se miraron otra vez y sonrieron profundamente, sabían que lo de ellos, lo que sentían y por donde se estaban profundizando, tenia síntomas de carácter eterno... mientras estaban en este éxtasis, Eliza le susurra en el pensamiento a Sinclair ...
- “Hermann, todo el rededor nuestro es parecido a las pinturas q haces...”
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