Modelar literalmente significa crear modelos, no imitar. Esa diferencia es importante por las implicaciones que tienen ambas palabras y lo que presuponen.
Los modelos son representaciones aproximadas de la realidad a través de la identificación de ciertos elementos que se conectan entre ellos creando estructuras o procesos (estructura en función del tiempo). Este punto es importante, ya que no podemos tener acceso a la realidad y por lo tanto, nos queda solo realizar aproximaciones a ella, especialmente si nuestra intención es realizar algún tipo de cálculo como es el caso que nos ocupa.
El modelado es un proceso utilizado por la ciencia para intentar describir la naturaleza (que en ningún momento la intenta imitar, sino comprender).
Para poder modelar se necesita generar distinciones, es decir, se requiere poder identificar esos elementos que permiten conectarse para crear una estructura. Sólo falta ver la Torre Eiffel. Se puede entender como una torre, o como un entramado de elementos que conforman una estructura. Si se quiere estudiar la Torre Eiffel y como soporta cargas, es necesario definir un lenguaje que permita la descripción de ese comportamiento (en este caso un comportamiento puramente físico). Eso sería modelar la Torre Eiffel, no imitar a la Torre Eiffel.
Dentro de la investigación forestal, la modelización es la disciplina que busca establecer esquemas teóricos, en forma matemática, del crecimiento y la producción de un árbol o de un sistema forestal (rodal), con el objetivo de facilitar su comprensión y el estudio de su comportamiento como respuesta a las actuaciones selvícolas o a los efectos de otros agentes bióticos (plagas y enfermedades) o abióticos (fuego, temporales, etc.). De esta manera, la modelización forestal representa un elemento fundamental para la consecución de una gestión forestal sostenible, pues permite anticipar las consecuencias que una determinada acción puede tener sobre el árbol o el sistema forestal, facilitando de esa manera la selección de las mejores alternativas de tratamiento en función de los objetivos que se hayan fijado de antemano. Los nuevos retos a los que se enfrentan los forestales del siglo XXI, entre los que destacan de forma especial las modificaciones de escenarios provocadas por el cambio climático, han incrementado aun más la necesidad, y consecuente importancia, de la modelización forestal.
Bravo, F., Rodríguez F., Ordoñez A.C., 2010. SimanFor: Sistema de apoyo para la simulación de alternativas de manejo forestal sostenible. Disponible en www.simanfor.es.
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