A nuestro maestro, el Dr. Federico O'Reilly.
Por Claudia Juárez
A nuestro maestro, el Dr. Federico O'Reilly.
Por Claudia Juárez
El Dr. Federico O'Reilly era un excelente maestro, dominaba los temas y tenía un humor que difícilmente se encuentra en un salón de clases. Estas fueron algunas de mis primeras impresiones cuando lo conocí en una clase de Inferencia en mi primer semestre de maestría.
Tomar Inferencia con el Dr. Federico fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado, gracias a él, varios de mis compañeros y yo adquirimos un gusto particular por la estadística. Recuerdo muy bien que esa clase era como tomar un respiro pues, aunque siempre había mucha información nueva que aprender, era una clase en la que se podía estar relajado, el Dr. Federico siempre soltaba uno que otro chiste y solía usar analogías que nos ayudaban a recordar los resultados importantes.
Fede llegaba siempre a clase con una sonrisa y su, entonces típico, overol de mezclilla. Nunca nos dejó de sorprender lo bien que se tomaba la vida, llegó a contarnos algunas inocentes bromas que hacía a las enfermeras que le atendían en el hospital. Aunque quizá no era su intención, esta fue una de las mayores enseñanzas que me dejó.
Tuve la fortuna de tomar otra materia con él, entonces me pidió que le ayudara a documentar sus clases, ese trabajo eventualmente se convirtió en unas notas completas. Durante la escritura de este trabajo tuve la oportunidad de conocer un poco más al Dr. Federico y darme cuenta de que era una persona respetuosa, sencilla y con muchas buenas ideas. Además de todo, mantenía una buena cara ante cualquier adversidad, incluso cuando empezó el confinamiento por la pandemia, que según sus palabras estaba “de la patada”, el siguió con su trabajo e incluso continuó haciendo ejercicio para no perder condición.
Fede me salvó más de una vez, quizá sin darse cuenta, con sus buenos consejos. Era una persona sensible, a veces daba la impresión de que simplemente sabía que decir y en qué momento hacerlo.
Finalmente mencionaré que escribir estas líneas y leer otras anécdotas sobre el Dr. Federico me trae a la mente muchas ideas, entre ellas me doy cuenta que quienes tuvimos la suerte de conocerlo, tendremos siempre en nuestra memoria sus enseñanzas, los momentos que compartimos y uno que otro chiste.