#Quedate en casa



Hola a tod@s!, Comenzamos la segunda semana de aislamiento y eso significa que queda una semana menos para el final!!!

¿Cómo vais viviendo este tiempo? Seguro que tod@s estamos haciendo un esfuerzo por favorecer la convivencia en casa y cuidarnos un@s a otr@s. Sin embargo, son muchas horas juntos, no estamos acostumbrados a tanto roce, en un espacio limitado y sin posibilidad de salir. Seguramente empiezan a surgir tensiones.

No hay que tener miedo a estas pequeñas crisis, son inevitables. Nos podemos enfadar, poner nerviosos y hasta sentir ansiedad. Quizá demos un grito de más o pasemos unas horas "insoportables", a tod@s nos va a pasar antes o después. Lo mejor en estos momentos sería retirarnos para estar solos y poder distanciarnos de los demás, podemos irnos a nuestra habitación y descansar un poco. Es importante reflexionar sobre ello, pensar que el resto no tiene la culpa, pedirles disculpas y volver a empezar con mejor actitud. Quizá en otro momento sea un hermano, o tu padre quien aumente la tensión y seas tú quien pueda acogerle y calmarle. Así nos cuidamos en familia.

¿ Qué más podríamos hacer para afrontar esta situación tan dura que nos toca vivir?. Si le vemos un sentido a este aislamiento, una razón lógica, o si nos ayuda a reflexionar sobre aspectos que no habíamos pensado antes, sería más fácil de llevar. O incluso si llegamos a descubrir que al final sacaremos algo positivo de todo este malestar, quizá podamos aceptarlo mejor y soportar las restricciones que nos imponen con más serenidad. Os lanzamos algunas reflexiones que quizá os ayuden.

REFLEXIÓN

"Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras se quebraron con gotitas de saliva, hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres, las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo.

Y nos dimos cuenta de lo que era y no importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos, los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa que lleguen todos y para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados.

Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía, nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios.

No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz y junto a una paranoia hervida en desinfectante nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo.

Volvimos a la ser aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: ser mejores juntos.

Si todo sale bien, todo cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón, cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel, dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer.

Puede ser, solo es una posibilidad, que este virus nos haga más humanos y de un diluvio atroz surja un pacto nuevo, con una rama de olivo desde donde empezará de cero".

Edna Rueda Abrahams

Y ahora un poco de MÚSICA, porque, resulta curioso el consuelo, la ayuda y el apoyo que nos están brindando en este tiempo de aislamiento, disciplinas como la música, el dibujo, la plástica, el ejercicio físico, el deporte, la oración, la meditación, la poesía, el cine..., todas esas cosas a las que les quitamos importancia cuando todo va bien, pero que nos están sirviendo de salvavidas en estos tiempos grises. Gracias a tod@s los que nos ayudáis a conectar con nuestro cuerpo y nuestras emociones.

Lucía Gil nos regala una preciosa canción de Esperanza: " Volveremos a brindar".

Y nos despedimos con HUMOR, ya sabéis una de las mejores medicinas, y hoy se trata de HUMOR ESCOLAR, que resulta muy adecuado en estas circustancias.