El uso de agentes biológicos constituye un riesgo de salud laboral que debe ser evaluado por el servicio de prevención de riesgos laborales.
Las medidas de bioseguridad y biocontención a adoptar son determinadas no solo por el nivel de riesgo del agente biológico, sino por los procedimientos en los que vaya a ser utilizado. Ambas determinan la probabilidad y severidad de los posibles accidentes.
Las personas en formación, sea su vinculación laboral o no, no deben exponerse a riesgos biológicos sin supervisión, y deben recibir formación, adiestramiento e instrucciones para protegerse adecuadamente y saber cómo actuar en caso de accidente.
Las puertas del laboratorio se mantienen cerradas y el acceso al laboratorio se limita, a juicio del responsable del mismo, cuando los experimentos se hallan en marcha.
Las superficies de trabajo se descontaminan al menos una vez al día, al final de la jornada de trabajo y después de cualquier derrame de material biológico.
Se evita el desorden y la falta de limpieza dentro del laboratorio.
Se ha establecido que debe evitarse el uso innecesario de agujas hipodérmicas, de jeringas o de otros instrumentos cortantes o punzantes. Cuando es imprescindible se utilizan instrumentos con dispositivos de seguridad, a la vez que se especifican y aplican procedimientos seguros tanto para su utilización como para su eliminación y la de los residuos contaminados. También se forma y capacita al trabajador para la aplicación y utilización adecuada de los mismos.
Los residuos cortantes o punzantes se recogen en contenedores adecuados resistentes.
En la medida de lo posible, se sustituye el material de cristal por el de plástico.
Cualquier técnica o manipulación se efectúa de manera que se minimice la generación de aerosoles y salpicaduras.
La recogida y limpieza de derrames se realiza de forma segura según procedimiento escrito.
Está prohibido pipetear con la boca; para ello se emplean dispositivos de tipo mecánico.
Se evita llevarse las manos, o cualquier material, a la boca así como frotarse los ojos.
No está permitido comer, beber, fumar, maquillarse o llevar lentillas en el laboratorio.
La comida se almacena en armarios refrigeradores destinados a tal fin y situados fuera de la zona de trabajo.
Tras la manipulación de materiales o animales contaminados, los trabajadores deben lavarse las manos, después de quitarse los guantes y al salir del laboratorio.
Está prohibido salir del laboratorio con la ropa de trabajo y con los equipos de protección puestos.
La ropa de trabajo no se guarda en el mismo lugar que la ropa de calle, recomendándose una doble taquilla, una para la ropa de calle y otra para la ropa de trabajo.
La recogida, manipulación, almacenamiento y el transporte de muestras, de material contaminado o de residuos se hace en contenedores específicos y de forma adecuada.
Hay implementado un sistema de gestión de residuos según la legislación específica.
Se forma y capacita a todo el personal en las distintas técnicas microbiológicas estándar y en el uso seguro de equipos e instrumental.
Se realiza la vigilancia de la salud de los trabajadores y la vacunación en función de los resultados de la evaluación.
Se implanta un programa de desinsectación y desratización.
No está permitida la entrada de animales no relacionados con el trabajo del laboratorio.
Normalmente no es necesario equipo de contención, como cabinas de seguridad biológica.
Se dispone de sistemas mecánicos de pipeteo.
Se recomienda el empleo de batas u otro tipo de ropa de trabajo que prevenga la contaminación de la ropa de calle.
Se recomienda el uso de equipo de protección individual, como guantes impermeables, cuando haya lesiones en las manos, y gafas o pantallas faciales en caso de proyecciones o salpicaduras.
No es necesario que el laboratorio esté separado o aislado de otras zonas del edificio de tránsito público.
Es aconsejable que la puerta del laboratorio se cierre automáticamente, esté protegida contra incendios y esté provista de una mirilla de observación u otro dispositivo que permita ver a los ocupantes, así como poner de manifiesto los accidentes e incidentes que puedan producirse.
El laboratorio está diseñado de manera que su limpieza resulta cómoda y accesible, con techos, paredes y suelos fáciles de limpiar. Los suelos son antideslizantes.
Las superficies de las mesas son impermeables y resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor moderado, fáciles de limpiar evitando rendijas y esquinas que favorezcan la acumulación de suciedad.
El mobiliario es robusto. Entre mesas, estanterías, armarios, cabinas y otros equipos hay espacio suficiente para permitir la fácil limpieza y el movimiento cómodo de los trabajadores.
El laboratorio dispone de lavamanos instalados cerca de la salida; si se considera necesario, existen duchas de emergencia y lavaojos.
Fuera del laboratorio se dispone de vestuarios con taquillas para la ropa, comedores y/o zonas de descanso para el personal.
En caso de ventanas practicables, estas llevan protección frente a la entrada de insectos.
Hay espacio suficiente para el almacenamiento de materiales y reactivos de uso inmediato. Para el almacenamiento a largo plazo se recomienda un local fuera de la zona de trabajo. Se dispone de espacio e instalaciones para manejar y almacenar disolventes, material radioactivo y gases comprimidos en condiciones adecuadas de seguridad y siguiendo las normativas específicas para ello.
El laboratorio dispone de ventilación e iluminación adecuada, evitando reflejos y brillos molestos. Además, dispone de un sistema de iluminación de emergencia, que permita salir del laboratorio en condiciones de seguridad y de un equipo electrógeno de reserva para alimentar los aparatos esenciales (estufas, CSB, congeladores, etc.).
El laboratorio cuenta con un botiquín adecuado y, si es necesario, con zona o sala de primeros auxilios.
En la puerta de entrada del laboratorio se colocará la señal de peligro biológico, se identificará el nivel de bioseguridad del laboratorio, el agente o agentes infecciosos en uso, el nombre y el número de teléfono de la persona o personas responsables y los requisitos especiales necesarios para poder entrar al laboratorio (por ejemplo, la necesidad de inmunización o el uso de mascarillas o de otros equipos de protección individual). Las personas especialmente sensibles no tendrán permitida la entrada al laboratorio.
Todo derrame o accidente que tenga como consecuencia la sobreexposición del personal a material infeccioso deberá ser comunicado al responsable de seguridad e higiene para su registro, evaluación, control y tratamiento médico, si es necesario.
Ningún material infeccioso (muestras, cultivos o materiales potencialmente infecciosos o de desechos contaminados) sale del laboratorio sin descontaminar. En caso de transporte fuera del laboratorio se hace en contenedores específicos.
Todas las técnicas que puedan producir aerosoles (por ejemplo: centrifugación, mezclas, apertura de envases de materiales infecciosos a distinta presión, inserción de asas de siembra calientes en el cultivo, inyección violenta de fluidos, etc.) se realizan en una cabina de seguridad biológica.
Las puertas del laboratorio se mantienen cerradas y el acceso al laboratorio limitado, a juicio del responsable del mismo, cuando los experimentos se hallan en marcha.
Se descontaminan las superficies de trabajo de forma regular al finalizar el trabajo con material infeccioso y siempre que se produzcan derrames, salpicaduras u otra contaminación con material infeccioso.
Los equipos del laboratorio son descontaminados después de finalizar el trabajo con material infeccioso, en caso de proyecciones y salpicaduras, antes de someterlos a operaciones de mantenimiento o de reparación y antes de sacarlos del laboratorio.
Se evita el desorden y la falta de limpieza dentro del laboratorio.
Se evita el uso innecesario de agujas hipodérmicas, de jeringas o de otros instrumentos cortantes o punzantes. Cuando es imprescindible se utilizan instrumentos con dispositivos de seguridad, a la vez que se aplican procedimientos seguros tanto para su utilización como para su eliminación y la de los residuos contaminados.
Los residuos cortantes o punzantes se recogen en contenedores adecuados resistentes.
Cualquier técnica o manipulación se efectúa de manera que se minimice la generación de aerosoles y salpicaduras.
Se evita llevarse las manos, o cualquier material, a la boca, así como frotarse los ojos.
Tras la manipulación de materiales o animales contaminados, los trabajadores se lavan las manos, después de quitarse los guantes y al salir del laboratorio.
Se usan siempre batas u otro tipo de ropa de trabajo que prevenga la contaminación de la ropa de calle.
Está prohibido salir del laboratorio con la ropa de trabajo y con los equipos de protección puestos.
El personal del laboratorio y de asistencia o soporte ha recibido una formación adecuada sobre los posibles riesgos asociados al trabajo en cuestión y las medidas preventivas necesarias para evitar o reducir la exposición. Esta formación se actualiza según las modificaciones en las condiciones de trabajo que se vayan introduciendo.
Se realiza una vigilancia de la salud del personal del laboratorio, prestando atención a su estado inmunitario o a los análisis indicados en función de los agentes manipulados o potencialmente presentes.
En la medida de lo posible, se sustituye el material de cristal por el de plástico.
La recogida y limpieza de derrames se realiza de forma segura según procedimiento escrito.
Está prohibido pipetear con la boca; para ello se emplean dispositivos de tipo mecánico.
No está permitido comer, beber, fumar, maquillarse o llevar lentillas en el laboratorio.
La comida se almacena en armarios refrigeradores destinados a tal fin y situados fuera de la zona de trabajo.
La ropa de trabajo no se guarda en el mismo lugar que la ropa de calle.
La recogida, manipulación, almacenamiento y el transporte de muestras, de material contaminado o de residuos se hace en contenedores específicos y de forma adecuada.
Se forma y capacita a todo el personal en las distintas técnicas microbiológicas estándar y en el uso seguro de equipos e instrumental.
Se realiza la vigilancia de la salud de los trabajadores y la vacunación en función de los resultados de la evaluación.
No está permitida la entrada de animales no relacionados con el trabajo del laboratorio.
Se dispone de cabina de seguridad biológica, preferiblemente de clase II, u otros sistemas de protección física del personal, que se utilizan cuando se lleven a cabo técnicas con un alto riesgo de formación de aerosoles o cuando se manipulen grandes volúmenes o altas concentraciones de agentes infecciosos.
Se dispone de ropa de trabajo y equipos de protección individual, como guantes impermeables para la manipulación de material potencialmente infeccioso en el interior de las cabinas de seguridad biológica y guantes, gafas y mascarilla para trabajos con material infeccioso realizados en el banco de trabajo y en los que se puedan generar aerosoles, salpicaduras o proyecciones.
Hay implementado un sistema de gestión de residuos según la legislación específica.
Hay implantado un programa de desinsectación y desratización.
El laboratorio donde se manipulen agentes biológicos está alejado o separado de zonas públicas de paso.
La ventilación es adecuada, de forma que se establece un flujo de aire direccional desde el exterior del laboratorio (zona menos contaminada) hacia el interior del mismo (zona más contaminada), sin recirculación.
La puerta del laboratorio se cierra automáticamente, está protegida contra incendios y está provista de una mirilla de observación u otro dispositivo que permita ver a los ocupantes, así como poner de manifiesto los accidentes e incidentes que puedan producirse.
El laboratorio está diseñado de manera que su limpieza resulta cómoda y accesible, con techos, paredes y suelos fáciles de limpiar. Los suelos son antideslizantes.
Las superficies de las mesas son impermeables y resistentes a ácidos, álcalis, disolventes orgánicos y al calor moderado, fáciles de limpiar evitando rendijas y esquinas que favorezcan la acumulación de suciedad.
El mobiliario es robusto. Entre mesas, estanterías, armarios, cabinas y otros equipos hay espacio suficiente para permitir la limpieza y el movimiento cómodo de los trabajadores.
Cada laboratorio dispone de lavamanos, duchas de emergencia y lavaojos, que se pondrán en funcionamiento preferiblemente mediante un pedal, el codo o de forma automática, situados cerca de la puerta de salida del laboratorio.
Fuera del laboratorio se dispone de vestuarios con taquillas para la ropa si son necesarios, comedores y/o zonas de descanso para el personal.
En caso de ventanas practicables, estas están protegidas frente a la entrada de insectos.
Hay espacio suficiente para el almacenamiento de materiales y reactivos de uso inmediato. Para el almacenamiento a largo plazo se recomienda un local fuera de la zona de trabajo. Se dispone de espacio e instalaciones para manejar y almacenar disolventes, material radioactivo y gases comprimidos en condiciones adecuadas de seguridad y siguiendo las normativas específicas para ello si se utilizan.
El laboratorio dispone de iluminación adecuada, evitando reflejos y brillos molestos. Además, dispone de un sistema de iluminación de emergencia, que permita salir del laboratorio en condiciones de seguridad y de un equipo electrógeno de reserva para alimentar los aparatos esenciales (estufas, CSB, congeladores, etc.).
El laboratorio cuenta con un botiquín adecuado y, si es necesario, con zona o sala de primeros auxilios.
En el mismo laboratorio o en un local cercano se cuenta con un método de descontaminación eficaz (autoclave, incinerador, método químico) para la descontaminación del material de desecho o infeccioso.
Los investigadores principales o responsables de SCTs tienen la obligación de comunicar al responsable de bioseguridad del IACS los agentes biológicos del grupo 2 de los que se vaya a hacer uso en los laboratorios bajo su ámbito de responsabilidad. No se considera la comunicación de agentes de grupos superiores ya que no se contempla la adopción de niveles de contención superiores. No se considera necesaria la comunicación de agentes del grupo 1 debido a su riesgo trivial y a la existencia de instalaciones y procedimientos suficientes para su contención en el CIBA, no obstante, deberá ser utilizada cuando se requiera por primera vez la declaración de un nivel 1 de bioseguridad.
Cuando por primera vez se vaya a trabajar en un laboratorio con un agente biológico la persona usuaria que vaya a introducirlo deberá informar al IP o responsable del SCT que tenga encomendada la gestión del laboratorio en el que se pretende trabajar.
El responsable deberá cumplimentar o hacer que se cumplimente y visar mediante su firma la Declaración del uso de agentes biológicos de riesgo del grupo 1 en actividades de investigación o servicios científico-técnicos en el CIBA o la relativa al grupo 2.
La declaración cumplimentada deberá ser remitida a las personas responsables de la bioseguridad de la institución empleadora del IP o responsable, a aquellas instituciones que tengan encomendada la gestión del laboratorio o equipamiento y al Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud como gestor de la infraestructura del CIBA en cualquier caso.
Cualquiera de las instituciones mencionadas podrá promover la declaración del nivel de contención biológica apropiado siguiendo este mismo procedimiento.
En el caso de declaraciones de uso de agentes biológicos del grupo 2, la comunicación a la autoridad laboral de aquellas, si fuera necesaria, corresponderá a la institución empleadora del IP o responsable
El trabajo en laboratorio con agentes biológicos se debe realizar en unas determinadas condiciones de bioseguridad, para evitar o reducir la liberación de material biológico y la exposición al mismo y con ello proteger al trabajador del laboratorio, al resto del personal del edificio, al público en general y al medio ambiente. El nivel de bioseguridad necesario para el trabajo en laboratorio con un agente biológico determinado se establece a partir del resultado de una evaluación de riesgos.
En el caso de los agentes biológicos del grupo 1, la evaluación de riesgos es trivial y la mera declaración de uso del agente motiva la declaración del nivel 1 de contención biológica, si fuera necesaria y no se hubiese realizado con anterioridad.
En el caso de agentes del grupo 2, con carácter general procederá la declaración del nivel 2 de contención biológica, si esta no se hubiese realizado ya. No obstante, mediante evaluación previa por el IP o responsable del SCT de características que garantizan la seguridad del agente del grupo 2, podrá proponerse la consideración asimilable al grupo 1, que deberá ser visada por el responsable de bioseguridad de la institución que gestione el laboratorio.
Con objeto de declarar el nivel de contención biológica, el IP o responsable del SCT y los responsables de la bioseguridad de las instituciones implicadas deberán cumplimentar la Declaración de cumplimiento de requisitos del nivel de contención 1 conforme a RD 664/1997, o la correspondiente al nivel 2, según correspondiese.
Este proceso podrá llevarse a cabo por fases, transfiriendo el documento físico entre todos ellos, o mediante la reunión y cumplimentación conjunta por todos, debiendo ser firmado por todas las personas participantes. Podrá ser, asimismo, cumplimentado electrónicamente.
La declaración de cumplimiento de los requisitos de bioseguridad será revisada por el responsable de bioseguridad, que tramitará la declaración del nivel de contención biológica, sea 1 o 2, por la Dirección-Gerencia del IACS.
La declaración será difundida a todas las partes implicadas y será conservada por el responsable de bioseguridad del IACS.