En este apartado, intentaremos dar respuesta a las siguientes preguntas:
¿Cómo es el juego de apuestas en la actualidad?
¿Cuántos menores apuestan?
¿Cuáles son las motivaciones para apostar?
¿Cuáles son los tipos de jugadores y jugadoras?
¿Cuáles son las características del juego de apuestas online?
¿Cuándo existe un problema con el juego?
¿Cuáles pueden ser sus consecuencias?
Si has llegado hasta este curso, no necesitaremos convencerte sobre la expansión del juego de apuestas presencial y online en la última década en nuestro país. Tampoco de que el juego de apuestas entre adolescentes y jóvenes constituye un serio problema que afecta a un porcentaje creciente de los mismos de nuestro país.
Para todas las personas comienza a resultar normaI la presencia y nueva apertura de saIones de apuestas en nuestros barrios y, en muchas ocasiones, a las puertas de los centros educativos. También es patente la presencia de sitios webs y de publicidad a través de distintos medios audiovisuales, todavía sin regulación clara de horarios y con contenidos expresamente dirigidos al público más joven.
Sin embargo, puede ser ilustrativo cuantificar nuestra percepción.
👉¿Realmente es tan popular el juego de apuestas como podemos llegar a pensar?
👉¿Cuánto factura una industria que vende la promesa de una ilusión?
La industria del juego de apuestas es una actividad de gran impacto económico que crece a un ritmo constante, desde la entrada en vigor de la Ley 13/2011, de 27 de mayo, de Regulación del Juego. Según datos de la DGOJ (Dirección General de Ordenación del Juego), los beneficios del sector en 2022 fueron de 962,96 millones de €, un 18,12% más que en el año anterior. Este importe se distribuye según el tipo de juego de la siguiente manera: Casino (51,75%); Apuestas (37,38%); Póquer (9,36%); Bingo (1,48%) y Concursos (0,03%). Respecto al año anterior, crecen significativamente los juegos de ruleta en vivo y las apuestas deportivas. El número de personas jugadoras activas en 2022 fue de 1.593.846, un 8,32% mayor que el año anterior.
Estas cifras reflejan un mercado en expansión que atrae nuevas empresas que quieren invertir y, con ellas, nuevas licencias de apertura de salones y sitios web. La industria de juego es un ingente negocio en continuo crecimiento, cuya enorme presión mediática alcanza a toda la población sin distinción de edad ni de vulnerabilidad ante el desarrollo de una adicción. Si quieres saber más sobre las apuestas deportivas puedes visualizar el siguiente vídeo:
Diversos estudios demuestran que el juego de apuestas ya es una actividad muy extendida entre las personas menores de edad en España. Veamos algunos datos del Informe sobre Trastornos Comportamentales del Observatorio español de las drogas y las adicciones "Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, 2022", que pueden servirnos para situarnos en la problemática:
Se muestra a continuación una panorámica rápida del juego de apuestas de adolescentes en nuestro país.
Prevalencia de juego con dinero online o presencial en los últimos 12 meses en la población de 14-18 años (%). España, 2014-2021.
Tipos de juegos utilizados entre la población de 14-18 años que ha jugado dinero online o de manera presencial en los últimos 12 meses (%). España, 2021
A priori, "podríamos pensar" que la principal motivación para apostar de alguien que juega es ganar dinero. Y esto es cierto en un alto porcentaje de ocasiones. Pero más allá de la motivación económica, o bajo ella, hay otras razones. La económica no siempre es la razón clave para que las y los menores se inicien en el juego. Estas motivaciones pueden variar entre personas y también dependen de la modalidad de apuestas, y del momento temporal o fase de juego en que se encuentre quien apuesta.
🔍En cualquier caso, conocer los motivos principales por los que una persona apuesta podría ayudar a detectar precozmente problemas derivados del juego.
Motivaciones sociales o recreativas
Se busca entretenimiento o diversión en ocasiones especiales, generalmente apostando en compañía. Algunas y aIgunos jóvenes apuestan por seguir al grupo o a aIgunas personas que integran el grupo, por miedo a sufrir rechazo o críticas. Buscan el refuerzo social (socializar, tener reconocimiento en el grupo) y ceden a las presiones del círculo de amistades.
Motivaciones económicas
Se busca ganar dinero o generar dinero fácil y rápidamente. En ocasiones, la persona que juega piensa que una victoria podrá cambiar su estilo de vida. Cuando esta es la motivación de apostar, muy probablemente exista un pensamiento erróneo sobre la probabilidad de éxito, y una faIsa creencia de que se puede controlar el resultado.
Motivaciones de afrontamiento de problemas
La persona recurre aI juego como una huida, una estrategia de evitación de los problemas de la vida, o emociones desagradables. El juego ayuda a evadir las preocupaciones, e incluso sentirse con más seguridad y confianza.
Motivaciones auto-mejora o de mejora del estado de ánimo
Se buscan emociones positivas y satisfacción a través del juego. En estadios iniciales se percibe el juego como excitante o divertido. En fases posteriores, se pretende que el juego cambie el estado de ánimo, haga sentir bien, etc.
En general, las investigaciones han visto que las personas con mayor severidad o gravedad en su juego apostarían ya para satisfacer motivaciones de auto-mejora y/o de afrontamiento de situaciones estresantes (ej. cambio del estado de ánimo, olvidar las preocupaciones) (Mclaren, Fugelsang, Harrigan y Dixon, 2012; Parhami et aI., 2012). En estas personas que pueden considerarse jugadores o jugadoras problemáticas y/o patológicas, la motivación económica se centra en “recuperar las pérdidas” y se sostiene con argumentos falaces y autoengaños, y las motivaciones sociales pasan a un segundo plano o desaparecen.
El juego problemático -tal como ocurre con las adicciones a sustancias- surge de manera gradual. El potencial adictivo del juego provoca un cambio progresivo en la relación de la persona con las apuestas, difícil de detectar en los primeros estadios. Este cambio se consolida a medida que la frecuencia e intensidad de las apuestas aumenta y está íntimamente asociado con características personales y psicosociales de quien juega, con las experiencias satisfactorias en su historia de juego, por ejemplo, haber ganado, y con las necesidades y motivaciones vistas en el apartado anterior. Así, atendiendo a la frecuencia e intensidad de apuestas y a la gravedad de las consecuencias y perjuicios derivados, podemos realizar la siguiente clasificación de personas jugadoras:
Algunas investigaciones señalan que el periodo de latencia (es decir, el tiempo que un o una adolescente que juega podría tardar en recorrer estas fases) podría ser de un año y medio. Otros estudios apuntan que, según la variante de juego online, este periodo puede reducirse.
La naturaleza del juego de apuestas online recoge una serie de características que hacen que, en conjunción con determinadas personas que juegan, pueda elevar el grado con el que se quiere apostar y la dependencia al juego.
Algunos de estos elementos son:
La inmediatez de la recompensa
los juegos donde el resultado o el premio son inmediatos o muy cercanos en el tiempo, tienen mayor potencial adictivo, aI mantener el nivel de tensión y activación de quien apuesta.
La economía de la apuesta
cuando la cuantía de la apuesta es baja, ello permite un mayor número de apuestas, lo que contribuye al potencial adictivo.
El refuerzo intermitente de recompensa
la imprevisibilidad de premio y su carácter intermitente “refuerza” la conducta, añadiendo un vaivén emocional (subidón cuando se consigue ganar la apuesta).
Accesibilidad / disponibilidad
la presencia constante 24 horas y a través de distintos medios (TV, smartphone, portátil, etc.), recuerda la posibilidad de apostar en cualquier espacio (trabajo, escuela, dormitorio, transporte público) y provoca la activación fisiológica.
Sensación de seguridad o inmunidad
al poder realizar las apuestas de forma anónima o bajo otra identidad.
El nivel de participación en la apuesta
la falsa percepción en quien juega de que interviene sobre la apuesta y sobre la probabilidad de ganancia (la ilusión de control y otros sesgos cognitivos o creencias irracionales sobre que se controla la probabilidad de ganancia).
Estímulos asociados
como pueden ser estímulos sonoros, auditivos, de ambiente (en salones, Iuz, música o la deprivación de las mismas) pueden incrementar la atención selectiva de la persona que juega hacia los terminales de apuestas, etc.
Si quieres saber más sobre el marketing de las apuestas deportivas puedes visualizar el siguiente vídeo:
Recientemente se ha reconocido, por primera vez, el trastorno por juego como una adicción, el cual puede recibir distintos nombres: adicción a los juegos de apuestas, trastorno por juego, ludopatía o juego patológico.
Esto significa que ha quedado demostrado el potencial adictivo del juego de apuestas, y que comparte criterios diagnósticos con las clásicas adicciones a sustancias (ej. alcohol, cocaína, etc.). De hecho, el juego de apuestas activa los mismos circuitos cerebrales que el consumo de drogas.
Los criterios fundamentales considerar la conducta abusiva de apuestas como un trastorno adictivo, entre otros, son:
Pérdida de control sobre el juego
querer dejarlo o querer apostar menos, sin conseguirlo.
Tolerancia
necesidad de jugar más frecuentemente y mayores cantidades para conseguir el grado de excitación deseado.
Síntomas de abstinencia
inquietud, irritabilidad, obsesión cuando no se juega.
Interferencia en otras actividades de la vida
El perfil de las personas adictas al juego ha cambiado radicalmente en los últimos cinco años. Hasta hace unos años, el perfil de la persona con ludopatía que acudía a consulta era un hombre de entre 30 y 50 años, que llevaba varios años apostando a tragaperras y bingo.
En los últimos años, cada vez son más jóvenes, muchas veces no llegan a la mayoría de edad, y apuestan a través de internet.
A medida que la gravedad del problema de juego se va acrecentando, las consecuencias se hacen más visibles en distintos aspectos de la vida de la persona. Entre las consecuencias más comunes en estudios de investigación se encuentran:
Las consecuencias no solo afectan a quien apuesta. La familia también se ve gravemente afectada. Respecto a las personas que integran la unidad familiar, éstas muestran importantes consecuencias a nivel psicológico y emocional (ej. culpa, vergüenza, estrés, ansiedad y depresión) y a nivel económico y relacional.