Vivimos un tiempo en el que todo lo que no es “útil” de manera inmediata se descarta e incluso se desprecia. Hay un rechazo hacia la memoria, el pasado, lo que fuimos, como si lo que fuimos no determinara lo que somos. Dentro del espíritu de recuperar y poner en valor nuestro Patrimonio tanto material como humano de La Algaba, no podíamos olvidarnos de la figura de Antonio Calvo Carrión[i] y más cuando en el año 2021 se cumplirá el primer centenario de su nacimiento.
Para muchos, no es más que un nombre más del callejero algabeño e, incluso, algunos atinan a añadir que fue pintor, si bien pocos conocen la vida y en especial la obra de dicho autor. Sin duda, su vida, que le llevó a muchos países con largas ausencias del pueblo que le vio nacer, han influido en este desconocimiento. Por tanto, es justo y necesario que desde el Proyecto de Patrimonio del IES Matilde Casanova, recuperemos su obra y su legado, que nunca se desconectó del todo de sus orígenes y que sin duda nos ayudarán a entender el Mundo que nos ha tocado vivir, no tan diferente del que conoció Calvo Carrión.
En este artículo no pretendo hacer un análisis exhaustivo de todos los premios y logros que obtuvo, ya que esa información es accesible en los catálogos y biografías que Museos nacionales e internacionales, como el Museo Es Baluard de Palma de Mallorca le ha dedicado. Nos centraremos en el Antonio más íntimo, en esas vivencias, en esa sensibilidad y emotividad que le llevaron a elaborar su propuesta más íntima, el Universalismo. Tenemos la suerte de contar con Concha Calvo Calvo, la hija del pintor que, a través de sus explicaciones y anécdotas, nos hace más cercana la figura de su padre, Antonio Calvo Carrión.
[i] Gran parte de la información aportada en este artículo, proviene de la entrevista que tan amablemente nos concedió Doña Concha Calvo Calvo, hija del autor, sin que la hubiese sido imposible profundizar en la figura de Antonio Calvo Carrión, y por tanto, realizar este artículo.
INFANCIA
Antonio, nació en La Algaba el 26 de diciembre de 1921, cuando España vivía uno de los momentos más críticos en el sentido político y económico, por la desastrosa Guerra del Rif. Antonio vino al mundo en una familia numerosa, teniendo dos hermanos y una hermana, si bien era el primogénito. Su casa natal, en las inmediaciones de la Calle San Antonio, vio los primeros años de un niño cariñoso, carismático y familiar. Enfermó de tuberculosis y se llegó a temer por su vida. Por si no fuera poco, contrajo una pulmonía lo cual ponía a prueba una vez más su ya delicada salud. No obstante, Antonio con los años se recuperó de ambas enfermedades y no sólo eso, sino que desarrolló su gran don, la pintura.
Sus vecinas más ancianas lo conocían como Antoñito “el pintor”, apreciando el arte que mostraba, aunque dentro de los tabúes de la época, puesto que se ruborizaban al ver los dibujos y pinturas que hacía de cuerpos desnudos. Ante las capacidades del joven, con apenas 14 años, le recomendaron que fuera a aprender el oficio a la Fábrica de Cerámica La Cartuja – Pickman S.A., donde no sólo podría desarrollar su marcado talento artístico para el dibujo, sino que podría ganarse la vida trabajando en ella, debido a la pujanza de la cerámica artística en esas fechas. Allí fue donde Antonio conoció de la existencia de la Escuela de Artes y Oficios de Sevilla, tomando la decisión de abandonar la fábrica de cerámica e inscribirse en la Escuela. Superó el examen de acceso a dicha institución gracias a sus dotes, teniendo convalidado el examen de dibujo al proceder de la afamada fábrica sevillana.
INICIO DE SUS ESTUDIOS
La Escuela de Artes y Oficios de Sevilla[i] creada como tal en 1884, es donde Antonio comenzó sus estudios artísticos reglados, que completó entre 1936 y 1939, coincidiendo con la Guerra Civil Española. Precisamente su mala salud, le libró de ser enviado al frente en el año 1939, volviendo a La Algaba tras una breve estancia en el centro de reclutamiento. Al acabar sus estudios en La Escuela de Artes y Oficios, decidió continuar su formación en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, que había sido creada en 1940 y en la que recibió clases del destacado pintor sevillano Alfonso Grosso[ii]. Dicha Escuela se ubicaba en el actual Anexo de la Facultad de BBAA de la Universidad de Sevilla, en la calle Gonzalo Bilbao, precisamente en la que fuera casa de este reconocido artista sevillano[iii]. En estos años, su formación basada en los grandes maestros barrocos, le dejarán huella, de forma que en su primera etapa se observan ciertas reminiscencias zurbaranescas.
No faltaron anécdotas ni ocasiones en las que nuestro protagonista demostró su inteligencia. Por ejemplo, cuando el conserje quiso gastarle la broma de pedirle un tubo de pintura “color carne”, al que Antonio respondió rápidamente que no existía ese color, sino que se conseguía mezclando varios colores primarios. Así, acompañado por futuros pintores como Maireles (1920 – 2000) o Moreno Galván (1925 – 1999), fue desarrollando su técnica pictórica y su concepción del Mundo y del Arte. Su esfuerzo y aplicación en las clases recibieron el merecido premio de su matrícula fin de estudios, así como un viaje a París en 1945 para seguir formándose .
SU ETAPA ADULTA
Tras disfrutar de su beca en París y volver a España, en 1946 se trasladó Madrid, a donde fue a trabajar con Vázquez Díaz, pintor onubense que nos legó obras como El Poema del Descubrimiento, en el Monasterio de La Rábida (Palos de la Frontera, Huelva). Este pintor entre el Realismo y el Cubismo, le influyó en la creación de su estilo propio, el Universalismo. Tras su breve estancia en la capital, volvió a Sevilla en 1947, exponiendo en la Diputación de Sevilla y recibiendo un premio.
Entre octubre de 1951 y febrero de 1952, Antonio participa con su obra Arrullo en la I Exposición Bienal Hispano Americana de Arte, celebrada en el Palacio de Exposiciones del Retiro en Madrid. Dicha obra se encontraba expuesta en la Sala XXII[iv]. Esta exposición no sólo le permitió proyectarse como pintor, sino que le sirvió para conocer y ser conocido en Hispano América, lugar en el que el pintor obtuvo gran fama y en el que vivió de manera intermitente entre 1955 y 1961, dejando parte de su obra, en especial de su faceta de retratista.
Antonio fue un pintor muy prolífico, como se demuestra en su período noruego durante el que pintaba tres cuadros a la vez, entregando cada día un cuadro terminado a lo largo de un mes. Gran parte de su obra son retratos a personalidades de la época, lo que hace que su obra esté muy diseminada y a veces pueda pasar inadvertida al encontrarse en colecciones privadas.
Calvo Carrión fue un grandísimo retratista. Pero, ¿Cuál fue su estilo más querido? La respuesta es bastante sencilla. Antonio tuvo su faceta de pintor comercial con obras de temática sacra, paisajes y bodegones, que era lo que más le demandaban a nivel nacional, y retratos, también para surtir la demanda internacional (de hecho retrató a familias reales y hombre influyentes de muchos países). También cabe destaca la serie dedicada a temas infantiles, que le recordaba su infancia algabeña. No obstante, su verdadero yo como artista se manifestó en su período Universalista.
Antonio no sólo teorizó sobre el Arte al igual que hicieron muchos otros, sino que creó una tendencia propia, el Universalismo. Él huía de la repetición, de todo aquello que no sintiera el artista, del individualismo, el nacionalismo y los prejuicios que el hombre había ido adquiriendo con el tiempo. De ahí, que en su manifiesto universalista de 1964 (aunque desde 1963 empezó a pintar siguiendo este estilo propio) tome y comente la frase de Picasso: “Yo no busco, yo encuentro”. Calvo Carrión no quería imitar lo existente, sino crear sus propios caminos, influenciados por los estudios de la mente de Freud, los estudios antropológicos del momento y su propia concepción del Arte.
Según escribió en su Manifiesto, el Arte “es la creación del hecho emotivo, bajo el control de la sensibilidad (…) Toda imagen que no corresponde a nuestro verdadero espíritu y a nuestra verdadera alma (razón y sentimientos) es necesariamente un plagio”. Por eso, ve el mundo con una sensibilidad propia, que le lleva a adoptar la “máscara” como tema central (lo que nos remite a la Antropología y al propio Picasso y sus Señoritas de Avignon) así como a tratar la disidencia en un mundo de Guerra Fría, en el que pensar diferente estaba perseguido.
Esta faceta universalista como era de esperar prosperó más en el extranjero que en España, que aún vivía bajo la Dictadura y en la que ciertas reflexiones no eran muy adecuadas desde el punto de vista de las élites políticas del momento. A pesar de ello, su gira de exposiciones de dicha temática pasó por Madrid, tras exhibirse en ciudades tan emblemáticas como París y Nueva York.
En 1975 y de la mano de su amigo el escultor Jaime Mir, director de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Mallorca, entró como profesor para dar clases de pintura. Alternando su labor docente con su oficio de pintor, continuó profundizando en su movimiento Universalista, cada vez más místico y más preocupado por la existencia humana. Por desgracia, un accidente de tráfico en 1979 segó la vida de Antonio, dejando el interrogante de la posible evolución de su arte, teniendo en cuenta que apenas contaba con cincuenta y pocos años y que tenía mucha vida artística por delante.
En homenaje a su padre, su hija Concha Calvo ha vuelto a La Algaba, pueblo del que nunca estuvo del todo desconectado y que visitó en muchas ocasiones. Con ella ha traído una parte importante del legado universalista de su padre, que a través de su proyecto empresarial Heritage intenta poner en valor. Esperemos que pronto Don Antonio Calvo Carrión,- para nuestros ancestros Antoñito “el pintor”- pueda tener pronto el homenaje que sin duda se merece y que al menos parte de su obra pueda ser expuesta y disfrutada en la tierra que le vio nacer hace ya casi cien años.
Juan Manuel Corbera Molano
Profesor Geografía e Historia
Coordinador de Patrimonio del
IES Matilde Casanova (La Algaba)
[i] Historia. (2017). Recuperado 6 de noviembre de 2020, de Escuela de Arte de Sevilla website: https://escueladeartedesevilla.es/historia/
[ii] Reseña Histórica. (2020). Recuperado 6 de noviembre de 2020, de Facultad de Bellas Artes de Sevilla - Universidad de Sevilla website: https://bellasartes.us.es/resena-historica.
[iii] Reseña Histórica. (2020). Recuperado 6 de noviembre de 2020, de Facultad de Bellas Artes de Sevilla - Universidad de Sevilla website: https://bellasartes.us.es/resena-historica.
[iv] 1ª Exposición Bienal Hispano-Americana de Arte: catálogo: pintura-escultura, arquitectura. Museo Nacional de Arte Moderno. Museo Arqueológico. (2012). Recuperado 6 de noviembre de 2020, de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes website: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcn87w9