El enrutamiento es el proceso que permite que los datos enviados desde un ordenador lleguen correctamente a su destino, incluso si se encuentra en una red diferente. Para lograrlo, se utilizan routers (enrutadores), que son dispositivos especializados en interconectar redes y tomar decisiones sobre el camino más adecuado para enviar los datos.
Cuando un equipo quiere comunicarse con otro que no está en su misma red local (LAN), necesita un router que sepa por dónde enviar esa información. El router, a su vez, consulta una tabla de enrutamiento, donde guarda información sobre las redes que conoce y cómo llegar a ellas.
Un router (enrutador) es un dispositivo de red cuya función principal es interconectar diferentes redes y dirigir el tráfico de datos entre ellas. A diferencia de un switch, que trabaja dentro de una misma red local (LAN), el router trabaja entre redes distintas, por ejemplo, entre la red de tu casa y la de tu proveedor de Internet (ISP).
Recibe paquetes de datos: el router actúa como intermediario entre dispositivos de distintas redes. Cuando recibe un paquete de datos, analiza su información para saber a dónde debe ir.
Examina la dirección IP de destino: identifica si el paquete va dirigido a una red conectada directamente o si debe reenviarlo a otro router.
Consulta su tabla de enrutamiento: esta tabla contiene información sobre qué redes conoce el router y cuál es la mejor ruta para alcanzar cada una.
Envía el paquete al siguiente salto (otro router) o directamente al destino si está en una red conectada.
Filtra y controla el tráfico: a través de funciones adicionales como las ACLs (listas de control de acceso), puede bloquear o permitir ciertos tipos de tráfico.
Existen dos grandes tipos de enrutamiento: el estático y el dinámico. Cada uno tiene sus características, ventajas y desventajas.
Las rutas se configuran manualmente por el administrador de red.
El router no actualiza sus rutas automáticamente.
Es útil en redes pequeñas, simples o cuando se quiere tener un control total.
Ventajas:
Fácil de implementar en redes pequeñas.
Más seguro: no depende de intercambios automáticos de información.
Desventajas:
Poco escalable: requiere reconfigurar manualmente si hay cambios en la red.
No se adapta a fallos de forma automática.
El router intercambia información de enrutamiento con otros routers usando protocolos específicos.
Se ajusta automáticamente ante cambios, como caídas de enlaces o aparición de nuevas rutas.
Ventajas:
Ideal para redes medianas o grandes.
Se adapta automáticamente a los cambios.
Desventajas:
Mayor complejidad de configuración.
Puede consumir más recursos de red y procesador.
RIP (Routing Information Protocol): más sencillo, pero menos eficiente.
OSPF (Open Shortest Path First): más rápido y avanzado, ideal para redes complejas.