Un puente o bridge en redes locales es un dispositivo de interconexión de redes que se utiliza para conectar dos o más segmentos de red, operando en la capa 2 del modelo OSI (capa de enlace de datos). Su principal función es filtrar, reenviar y segmentar el tráfico de red en función de las direcciones MAC de los dispositivos conectados.
Segmentación de la red:
Divide la red en segmentos más pequeños para reducir la congestión y mejorar el rendimiento.
Filtrado de tráfico:
Analiza las direcciones MAC de origen y destino para decidir si un paquete debe ser reenviado o descartado.
Aprendizaje de direcciones MAC:
Mantiene una tabla de direcciones MAC asociadas a los puertos, permitiendo que el tráfico se dirija solo al segmento correspondiente.
Transparencia:
Los dispositivos finales no detectan la presencia del bridge; opera de manera transparente para la red.
Según su alcance:
Puentes locales: Conectan segmentos de red en la misma ubicación física, mejorando el rendimiento y reduciendo la congestión.
Puentes remotos: Conectan redes LAN en diferentes ubicaciones geográficas a través de enlaces WAN, como VPN o líneas dedicadas.
Según su funcionamiento:
Puentes transparentes: Funcionan automáticamente sin intervención del usuario, aprendiendo direcciones MAC y operando de manera invisible para los dispositivos.
Puentes no transparentes: Requieren configuración manual para su funcionamiento, lo que permite un mayor control sobre el tráfico de red.
Reducción del tráfico de red al limitar la propagación de tramas innecesarias.
Mejora del rendimiento de la red mediante la segmentación.
Aumento de la seguridad al aislar segmentos de red.
Pueden generar latencia si la red está muy segmentada.
No previenen el tráfico de difusión (broadcast), lo que puede causar congestión.
Menor capacidad de gestión y escalabilidad en comparación con los switches.
Hoy en día, los switches han reemplazado en gran medida a los bridges tradicionales debido a su mayor eficiencia, pero los conceptos básicos de funcionamiento son similares.