Las redes inalámbricas son un tipo de red de telecomunicaciones que permite la transmisión de datos entre dispositivos sin la necesidad de cables físicos. Utilizan ondas electromagnéticas (radiofrecuencia, infrarrojo, láser, entre otras) para establecer la comunicación entre los dispositivos.
Este tipo de redes facilita la movilidad y flexibilidad en diversos entornos, eliminando las restricciones impuestas por los medios cableados tradicionales.
Existe una gran cantidad de redes inalámbricas y es posible clasificarlas por su tamaño:
WPAN (Wireless Personal Area Network): Redes de alcance personal, como Bluetooth o Zigbee.
WLAN (Wireless Local Area Network): Redes locales como las basadas en el estándar IEEE 802.11 (Wi-Fi).
WMAN (Wireless Metropolitan Area Network): Redes metropolitanas como WiMAX.
WWAN (Wireless Wide Area Network): Redes de área amplia como 3G, 4G, y 5G.
Movilidad: Permiten a los usuarios conectarse a la red desde cualquier lugar dentro del área de cobertura.
Flexibilidad: Eliminan la necesidad de instalar cables, lo que facilita cambios en la infraestructura.
Escalabilidad: Es más sencillo ampliar una red inalámbrica añadiendo nuevos dispositivos.
Reducción de costos: Aunque los dispositivos inalámbricos pueden ser más caros inicialmente, ahorran en costos de instalación y mantenimiento del cableado.
Acceso en áreas difíciles: Son ideales para conectar dispositivos en lugares donde el cableado es impráctico o costoso.
Interferencias: Pueden verse afectadas por otros dispositivos electrónicos, paredes, o incluso condiciones climáticas.
Seguridad: Son más vulnerables a ataques como intercepción de datos o acceso no autorizado.
Velocidad: En algunos casos, las redes cableadas pueden ofrecer mayores velocidades de transmisión y menor latencia.
Alcance limitado: La distancia máxima entre dispositivos puede ser una limitación en comparación con las redes cableadas.
Evolución y contexto actual
Las redes inalámbricas han experimentado un crecimiento exponencial desde la aparición de Wi-Fi en la década de 1990. Actualmente, la integración de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), 5G y redes Wi-Fi de nueva generación (Wi-Fi 6 y Wi-Fi 7) está transformando la conectividad global.
La transmisión inalámbrica se basa en el uso de ondas electromagnéticas para transportar información de un punto a otro sin necesidad de un medio físico como cables o fibras ópticas. Estas ondas viajan a través del aire o el espacio y pueden atravesar obstáculos dependiendo de su frecuencia y potencia.
Ondas electromagnéticas: Energía que se propaga en forma de ondas, con características como frecuencia, longitud de onda y amplitud.
Medio de transmisión: Aire, vacío o materiales no conductores que permitan el paso de las ondas.
El espectro electromagnético incluye todas las frecuencias utilizadas para la transmisión inalámbrica. Los rangos más comunes en redes inalámbricas son:
Radiofrecuencias (RF):
Usadas en Wi-Fi, Bluetooth, y redes celulares.
Bandas comunes: 2.4 GHz, 5 GHz, y 6 GHz (Wi-Fi 6E).
Microondas:
Mayor capacidad y menor alcance.
Usadas en WiMAX y enlaces punto a punto.
Infrarrojo (IR):
Comunicaciones a corta distancia, como en mandos a distancia.
Láser:
Usado en comunicaciones ópticas punto a punto de alta velocidad.
Las redes inalámbricas funcionan en bandas de frecuencia específicas que están reguladas a nivel mundial:
Bandas ISM (Industrial, Scientific, and Medical):
Libre uso en la mayoría de los países.
Incluye las bandas de 2.4 GHz y 5 GHz utilizadas en Wi-Fi.
Bandas licenciadas:
Requieren permisos, como las usadas en redes celulares (LTE, 5G).
Cada banda tiene características específicas:
2.4 GHz: Mayor alcance pero más susceptible a interferencias.
5 GHz: Menor alcance, pero mayor velocidad y menos interferencias.
La señal inalámbrica puede perder intensidad debido a varios factores:
Distancia: Cuanto mayor sea la distancia entre emisor y receptor, mayor será la atenuación.
Obstáculos: Paredes, muebles, o incluso personas pueden reducir la intensidad de la señal.
Interferencias:
Otras redes o dispositivos en la misma frecuencia.
Electrodomésticos como microondas o teléfonos inalámbricos.
Clima: La lluvia y la humedad pueden afectar ciertas frecuencias, especialmente las microondas.