En el contexto de las redes de computadoras, un protocolo de comunicaciones es un conjunto de reglas que permiten la comunicación entre dispositivos dentro de una red. Los protocolos definen cómo se estructuran los datos, cómo se envían y reciben, y cómo se gestionan los errores durante la transmisión.
Un protocolo es un conjunto de reglas y convenciones que permiten que dos o más dispositivos se comuniquen de manera efectiva. Los protocolos pueden ser implementados en hardware, software o una combinación de ambos.
Un estándar en tecnología es un conjunto de normas o especificaciones que son ampliamente aceptadas y utilizadas para garantizar que diferentes sistemas, dispositivos o productos puedan funcionar juntos de manera eficiente y segura. Los estándares proporcionan una base común que facilita la compatibilidad, la interoperabilidad y la calidad. La importancia de los estándares es crítica en el campo de las redes de comunicaciones y los sistemas informáticos debido a los siguientes motivos:
Interoperabilidad: Los estándares permiten que equipos y software de diferentes fabricantes trabajen en conjunto, lo cual es fundamental para que los dispositivos y redes de distintas empresas se comuniquen de manera efectiva.
Compatibilidad: Garantizan que nuevos dispositivos o tecnologías sean compatibles con los sistemas existentes, lo que reduce los problemas de integración y actualización.
Eficiencia: Al tener reglas comunes, los procesos de desarrollo y mantenimiento se optimizan, ya que se evita la duplicidad de esfuerzos y se mejora la productividad.
Un estándar de jure es un estándar oficial que ha sido aprobado por un organismo regulador o una organización de normalización reconocida, como la ISO (Organización Internacional de Normalización), IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos), o IETF (Grupo de Trabajo de Ingeniería de Internet). El término "de jure" proviene del latín y significa "por ley", lo que implica que estos estándares han pasado por un proceso formal de revisión y aprobación y pueden ser requeridos para cumplir con ciertas normativas o regulaciones gubernamentales.
Un estándar de facto es un estándar que no ha sido aprobado formalmente por una entidad reguladora o una organización de normalización, pero ha sido ampliamente adoptado por la industria o el mercado debido a su eficacia, facilidad de uso o popularidad. Estos estándares se convierten en una norma de facto porque la mayoría de las personas o empresas los utilizan.