🦁 ¿Hola? Ay, qué nervios. No sé si tengo el valor suficiente para contaros todo esto... Pero bueno, ahí va mi rugido teatral.
Desde mi rincón escarlata del Moulin Rouge, fui testigo del milagro que ocurre cuando un grupo de docentes, alumnas y alumnos se atreven a soñar, a bailar, a construir y a transformar… todo ello desde la conciencia ambiental.
Porque sí, queridas y queridos... este Moulin no solo tuvo lentejuelas y música... ¡tuvo cartón reciclado, telas rescatadas y emociones valientes en cada rincón del escenario
El valor empezó en silencio. Profes, alumnado y coordinadores se reunieron como verdaderos leones de despacho para definir este proyecto con alma de espectáculo y corazón verde.
Fue ahí donde decidimos que el Moulin sería rojo, sí... ¡pero también sostenible!
Se aprobó que cada escenario llevaría un mensaje, y el nuestro hablaría de la fuerza de reutilizar para brillar.
Con manos temblorosas (las mías, no las suyas), los grupos se repartieron tareas:
Área Musical: encargados de buscar las partituras, hacer las adaptaciones necesarias y concretar ensayos. Queríamos música en directo y conseguimos reunir a los mejores. Nuestro profesor de Educación Física al saxofón, el gran Javier Manzano Sellers.
Coreografía: teniendo en cuenta la disposición del escenario se diseñó la disposición y las transiciones.
Guión: se confeccionó a partir del musical y seleccionando los momentos claves para darle coherencia al texto.
Escenografía: recoger todo tipo de cartón. Subimos al antiguo teatro para ver qué podíamos reutilizar.
Aquí ya empezó la magia: ver a alumnado, profes y hasta personal no docente buscar, pegar y reimaginar con lo que otros habrían tirado... ¡eso sí que da valor!
Esta fase me puso la melena de punta.
El aula, o cualquier espacio libre que veíamos, se convirtió en un taller de reutilización artística:
Se recreó el salón del Moulin con telas, cartones, mesas de cafetería, incluso un antiguo sofá.
Los espejos se construyeron con cartón reutilizado, recortado y con pinceladas negras.
Las telas negras vinieron de un viejo plató de televisión, del almacén del centro.
Luces cedidas por el Ayuntamiento de Torrequemada (Mil gracias), dieron el toque mágico.
Fajines rojos abrazarían nuestras columnas del patio vestidas de telas rojas.
Faldas negras de danza , con imperdibles, se convertirían en perfectas faldas de Cancán.
Mesas y sillas de cedidas por la cafetería del Instituto.
Y yo... bueno, yo aprendí que el coraje también puede "tejerse” entre tijeras, cartón, pegamento y echar a volar la imaginación...todas las propuestas eran válidas.
¡Qué noche, qué noche!
El público entró en el escenario de Moulin Rouge y se vio rodeado de espejos de cartón, luces recicladas, cortinas carmesí y una música tan intensa como honesta.
Los personajes (¡menuda valentía escénica!) se dejaron envolver por la magia del Salón del Molino Rojo y no solo actuaron… ¡vivieron su escena con coraje!
Técnicos de sonido del ciclo formativo y sus alumnos y alumnas hicieron maravillas con equipos sonorizando a los actores, cantantes y músicos.
Fue un espectáculo ecoemocional.
Al día siguiente, no hubo lágrimas. Hubo organización. Todo lo que se había construido se desmontó con cuidado, se clasificó y se guardó.
Las telas se doblaron y clasificaron volviendo a su lugar, los espejos se llevaron al antiguo teatro para el próximo montaje, y los decorados se almacenaron en cajas recicladas.
Así, el Moulin Rouge quedó en pausa... pero listo para volver. Porque en este proyecto nada termina, todo se transforma.
Y como todo gran acto, tocó mirar hacia dentro.
Se recogieron encuestas, vídeos, fotos y compartimos sensaciones.
¿Y sabéis qué?
Muchos dijeron que se sintieron vistos, valientes, útiles disfrutando de cada momento...más aún cuando las represetaciones se fueron sucediendo.
Yo, el León Cobarde, me sentí más fuerte que nunca... no por haber rugido más alto, sino por haber sido parte de algo real, colectivo y transformador.
🦁 Así fue nuestro Moulin Rouge… rojo, brillante, reciclado y lleno de alma. Porque la verdadera valentía no es subir a un escenario: es atreverse a hacerlo con cartón y corazón.
📽️¡¡ACCIÓN!!
Alumnado participante: En este escenario tan vibrante han participado alumnas de 1º, 2º y 4 ªde la ESO en el elenco de bailarinas e instrumentista (Bajo Eléctrico), 2º Bachillerato como actores y músicos (Batería y Piano) y Formación Profesional, organizados en equipos mixtos por niveles y habilidades.
Cada uno encontró su sitio: unos crearon decorados, otros diseñaron coreografías, otros se hacían cargo del arreglo musical y algunos gestionaron iluminación además de lanzarse a actuar.
¡Hasta los más tímidos sacaron su rugido interior!
Docente/s participante/s (nombre y apellidos): Guiaron este cabaret reciclado profesoras y profesores de distintas especialidades:
Míriam S. Galán Gutiérrez, J. Ignacio Lobato Aguirre, Javier Manzano Sellers, J. Manuel Barrado Sánchez, Raquel Jiménez Sánchez, Javier Franco Rodríguez
Persona/s y entidad/es no docente/s participante/s: Tuvimos el honor de contar con ayuda externa también:
Una antigua compañera del Departamento de Artes Plásticas, Elena, quién movía de manera mágica las alas representando al personaje histórico El hada de la Electricidad, Loie Fuller.Sus movimientos, casi etéreos, unieron lo visual con lo emocional, la danza con la energía… y nos dejó boquiabiertos.
Personal no docente que ayudó en la logística, el montaje y la seguridad durante el evento. ¡Gracias por no dejar que me cayera del escenario!
Y mención especial a nuestro antiguo compañero JOSÉ SÁNCHEZ JIMÉNEZ, un bedel que estuvo a principio de curso cubriendo una sustitución hasta que en Navidades nos dejó, se involucró como actor y apoyo a la escenografía en el escenario de Moulin Rouge!