Yo sería borincan(a) aunque naciera en la luna. -Juan Antonio Corretjer
Desde muy pequeña, mis padres me inculcaron el amor por la patria, y por default, el amor por la cultura a la que pertenezco. Vivo orgullosa de mis raíces. Por eso, dondequiera que me encuentre, procuro representar respetuosamente la puertorriqueñidad que me define. Desafortunadamente, cuando llegué a Brown University, me topé con un cultural shock, algo que me impulsó a buscar un refugio, el que encontré en los Estudios Hispánicos. Inesperadamente, terminé conociendo más sobre mi lengua materna, mi cultura, y en fin, sobre mí misma.
Gracias a esta concentración, me he convertido en una persona dispuesta a re-evaluar los puntos ciegos que cargo conmigo misma. Adicionalmente, la misma me ha enseñado que las lenguas definitivamente son puentes de entendimiento intercultural. Son los idiomas la clave que nos llevan a trabajar por un mundo más tolerante y justo para aquellos que muchas veces no tienen voz ni representación en los lugares donde se definen las leyes que afectan nuestras vidas cotidianas. El poder del idioma no solo está en la literatura, pero también en la traducción y la interpretación que se ejerce — algo que muchas veces damos por sentado pero que tiene mucho valor en el campo médico al que espero algún día integrarme.
Como parte de mi proyecto final para el curso HISP 1500L Theory and Practice of Translation junto a la Prof. Thomas, decidí traducir un número de poemas escritos por poetas puertorriqueños para lograr transmitir a una audiencia angloparlante la complejidad ambivalente de lo que significa ser puertorriqueña — latinoamericana en cultura, pero estadounidense en papel.
-Adriana Isabelle Báez Berríos '22