Ortografía

Introducción

El paisaje lingüístico (PL) de un lugar nos provee un destello de la situación regional con respecto a la lingüística de las lenguas residentes. Nos presenta información sobre el estatus de cada lengua individual, su uso y el efecto de contacto de lenguas. Más específicamente, los rasgos ortográficos del PL y las faltas de ortografía pueden revelar ciertos rasgos (socio)lingüísticos, tales como la calidad de educación formal en una lengua y la transferencia lingüística. En eso se encuentra la motivación del estudio: entender la lingüística del inglés y del español de Fruitvale en términos de implicaciones sociales a través de analizar su manifestación ortográfica.

Operacionalización

La ortografía es un conjunto de convenciones que gobiernan la escritura de una lengua. Facilita la comunicación escrita entre los usuarios a través de un código común y forma un factor de la unidad lingüística (RAE, 2012). El sistema ortográfico de español consiste en las letras con respecto a su correspondencia a la fonología y al uso de mayúsculas o minúsculas en títulos o nombres, por ejemplo. También se trata de la acentuación gráfica, específicamente el uso de la tilde, y de la puntuación (Gil de Cañas et al., 2010).

En cuanto al paisaje lingüístico de regiones en que el español experimenta el efecto de contacto de lenguas, su sistema ortográfica puede, pero no necesariamente, ser afectado por la otra. En los condados de Miami-Dade y Los Ángeles, por ejemplo, Franco-Rodríguez (2007, 2008) encuentra que los rasgos ortográficos más generalizados son la falta de la tilde en la <ñ>, la falta de signos interrogativos y exclamativos y la falta de acentos. Además, había errores tipográficos que se distinguen por ser influidos, o no, por el inglés; los que mostraron la influencia del inglés vinieron más frecuentemente de letreros con calcos o préstamos. Calcos son traducciones directas de una frase inglesa que quieren mantener su valor semántica (I will call you back → Te llamo para atrás = Te regreso la llamada) y préstamos son palabras de una lengua que han sido adaptadas fonológicamente a otra lengua (por ejemplo, la palabra breaks del inglés ha sido fonológicamente adaptada al español: brecas) (Klee y Lynch, 2009). Así que, tiene sentido que muestran más errores ortográficos influidos por el inglés porque estos letreros ya muestran la influencia por otros rasgos lingüísticos. Entonces, se puede ver que hay bastantes preguntas relevantes a la ortografía en el paisaje lingüístico de Fruitvale, pero consideramos las siguientes preguntas:


    1. ¿Qué es la frecuencia de errores ortográficos?
    2. ¿Qué es la frecuencia de errores ortográficos según la grafía o uso de letras, acentuación y puntuación?
    3. ¿Cuántos de éstos están en inglés? ¿En español?
    4. ¿Hay una diferencia en la frecuencia de errores en los sectores privados versus públicos?
    5. ¿Qué es la distribución de errores según el tipo de negocio de los letreros en que aparecen?
    6. ¿Qué implicaciones y relaciones tienen estos errores en cuanto al sistema lingüístico de los hablantes y a la sociolingüística?


Identificamos los errores por su desviación de las reglas normativas establecidas por la Real Academia Española (2012) en el manual Ortografía básica de la lengua española. Cada letrero puede tener más que un error y analizamos cada error separadamente.

Metodología

Para contestar las preguntas de investigación arriba, identificamos los letreros con errores ortográficos en Google Sheets y, para cada error, analizamos los parámetros de interés: la lengua, el tipo de error, y el grafema en cuestión (si corresponde), el sector socio-político-económico y el tipo de negocio. Es importante notar que consideramos una letra, incluso su acentuación, o una marca de puntuación como un dato. Llenamos las celdas adyacentes a las transcripciones con palabras claves que codifican esta información. Para contar los números absolutos de errores según estos parámetros, usamos la fórmula =COUNTIF(cellX:cellY,"*palabraclave*"). Después, calculamos las frecuencias por tomar el número de errores según un parámetro sobre el total de datos según otro parámetro. Procesamos estos resultados y generamos sus gráficos también a través de Google Sheets.

Resultados

De las 398 letreros en el corpus, 139 (34.9%) tienen uno o más errores (Figura 1). Muchos de estos letreros muestran más que un error, formando un total de 319 errores. Con respecto a las lenguas en que aparecen los errores, 310 (97.2%) son errores en español mientras solamente 9 (2.8%) son errores en inglés.

Figura 1. La frecuencia de letreros con y sin errores en el corpus (n=398). Los letreros con errores fueron identificados por analizar cada transcripción. Tomamos el número de estos anuncios sobre el total de anuncios para calcular el porcentaje de letreros con errores. El número de las demás también fue tomado sobre el total para generar el porcentaje de letreros sin errores. Integramos estos datos en gráficos por Google Sheets.

De los 319 errores ortográficos, 256 (80.3%) tienen que ver con la acentuación, 33 (10.3%) con la puntuación, 25 (7.8%) con las letras, 4 (1.3%) con la rotura de palabras y 1 (0.3%) con la unión de palabras (Figura 2).

Figura 2. Los errores ortográficos (n=319) según los tipos específicos y sus frecuencias. Los errores identificados en las transcripciones fueron clasificados según el tipo de error ortográfico. Para una dada categoría, tomamos el número de errores de este tipo sobre el total de errores para calcular el porcentaje de faltas que son de esta categoría. Este mismo proceso fue realizado para cada tipo. La rebanada anaranjada consiste en 1 error (0.3%) de unión de palabras. Integramos estos datos en gráficos por Google Sheets.

Con respecto a la distribución de errores según el sector socio-político-económico, 310 (97.2%) vienen del sector privado mientras 8 (2.5%) surgen del sector público y 1 (0.3%) del sector residencial (Figura 3).

Figura 3. Los errores ortográficos (n=319) según el sector socio-político-económico. Los errores identificados en las transcripciones fueron clasificados según el sector socio-político-económico. Para el sector privado, tomamos su número de errores sobre el total de errores para calcular el porcentaje de faltas que surgen de este sector. Este mismo proceso fue realizado para el sector público. Una falta viene de un letrero fuera de una casa; así que lo clasificamos como el sector residencial; la rebanada verde consiste en 1 error (0.3%) de este sector. Integramos estos datos en gráficos por Google Sheets.

Finalmente, analizamos el tipo de negocio de donde vienen los errores y encontramos que los negocios con las cantidades más altas de errores son paqueterías con 67 (21%) errores y restaurantes con 54 (16.9%) errores mientras los demás muestran menos de 22 errores (<6.9%) (Figura 4).

Figura 4. Los errores ortográficos (n=319) según el tipo de negocio. Los errores identificados en las transcripciones fueron clasificados según el tipo de negocio. Para una dada categoría, tomamos su número de errores sobre el total de errores para calcular el porcentaje de faltas que surgen de este tipo de negocio. Este mismo proceso fue realizado para cada categoría. Las rebanadas más pequeñas son lavanderías, estaciones de gasolina, iglesias, joyerías y grupos de gestión tributaria, cada grupo con 1 error (0.3%). Integramos estos datos en gráficos por Google Sheets.

Discusión, interpretación y ejemplos

139 (34.9%) de los 398 letreros muestran algún error ortográfico, que es una proporción bastante alta e inesperada (Figura 1). Esta alta frecuencia es bien explicada por el hecho de que 80.3% de estos errores son faltas de acentuación (Figura 2). En el corpus, estas faltas en el uso de acentos y tildes vienen primariamente de letreros con letras en mayúsculas que no llevan estas marcas. Creemos que esta falta extendida es a causa del mito popular de que las mayúsculas no tienen que llevar el acento escrito. Según la RAE (2019), “La acentuación gráfica de las letras mayúsculas no es opcional, sino obligatoria...” Pero a pesar de esta regla de la RAE, estos datos sugieren que los hablantes de español en Fruitvale aceptan la omisión de acentos escritos sobre mayúsculas, probablemente por este mito y la conveniencia de omitir los acentos en la producción de los letreros. Con respecto a la última hipótesis, la baja frecuencia del uso de acentos en español puede tener el efecto de que los usuarios no saben cómo escribir a máquina los acentos gráficos. Y esto resultaría en su omisión al generar el letrero. Es importante notar que errores de este tipo también puede tener conexión con el nivel de educación disponible en español en esta sociedad. Así que, no tiene que ver con la inteligencia del individuo sino su entrenamiento académico. Además, no surge por la influencia del inglés porque estas omisiones, de hecho, son muy prevalentes en otros países hispanohablantes, tales como México y Perú.

Nótese que todos estos errores de acentuación están en español, y no en inglés, por la frecuencia muy baja de acentos gráficos en inglés. Estos acentos gráficos raros son vistos en inglés por las palabras incorporadas del francés, por ejemplo, tal como en <résumé> y <déjà vu>.

Imágenes 1 y 2. Letreros con el uso correcto e incorrecto de acentos gráficos sobre mayúsculas en las palabras <ENVÍOS>, <MÉXICO> y <SUDAMÉRICA>.

Imagen 1 es un ejemplo que muestra el uso correcto de acentos gráficos sobre mayúsculas en las palabras <ENVÍOS>, <MÉXICO> y <SUDAMÉRICA>. A la derecha, Imagen 2 muestra el uso incorrecto en las mismas palabras <ENVIOS>, <MEXICO> y <SUDAMERICA>.

También de alta frecuencia son errores de puntuación que forman 10.3% de todas las faltas, mayoritariamente con respecto a la falta de signos de interrogación y signos de exclamación al inicio de la oración (Figura 2). Estos errores probablemente surgen por la conveniencia de no tener que escribir una de las dos marcas redundantes; una es suficiente para expresar la semántica interrogativa o exclamativa aunque resulta en más subjetividad (Millán, 2015). Pero también puede ser efecto pequeño de una transferencia de inglés en que una sola marca es usada en las oraciones exclamativas e interrogativas.

Imágenes 3 y 4. Letreros con el uso correcto e incorrecto de signos de interrogación y exclamación en ambas posiciones iniciales y finales de la oración.

Imagen 3 muestra el uso correcto de signos interrogativos y exclamativos en ambas posiciones iniciales y finales en las oraciones <¿Y si se me pasó la oportunidad de inscribirme a Cricket Protect?> e <¡Inscríbete hoy!>. Por el otro lado, Imagen 4 muestra la omisión de la marca inicial en <REGISTRATE HOY!> directamente abajo de la traducción inglesa que usa un solo signo de exclamación.

Todos los errores de puntuación, con la excepción de uno, son estas omisiones y están en español porque no se usan estos signos iniciales en inglés. El único error en inglés es la falta del apóstrofe posesivo que puede ser resultado de la falta de cuidado en escribir el letrero o de la confusión general entre ciertos homófonos. Es decir, es muy común hacer faltas en el uso de <its> versus <it’s>; esto también surge muy frecuentemente entre <they’re>, <there> y <their>. La falta de más ejemplos de esta naturaleza viene del uso infrecuente de estas palabras en los letreros.

Imagen 5. Letrero en que se ha olvidado el apóstrofe posesivo inglés en la palabra <Workers’>.

Imagen 5 muestra la omisión del apóstrofe posesivo ya mencionado; el escritor escribe <Workers> en vez de <Workers’> por la falta de cuidado o la falta de familiaridad con las reglas posesivas inglesas.

Además, faltas de ortografía generales y de letras/grafía forman 7.8% de los errores y también pueden surgir de la falta de cuidado o, más interesantemente, de rasgos lingüísticos (Figura 2). Estos errores son más intrigantes al analizarlos caso por caso.

Imagen 6. Letrero en que se ha escrito <V> en vez de <B> (<BARVACOA> en vez de <BARBACOA>) y se ha olvidado la <N> en la palabra <PASEN>.

Imagen 6 es un ejemplo de un error de letras o grafía. El reemplazamiento de la <B> por la <V> es explicado por el hecho de que muchos dialectos de español, incluso el de Fruitvale, no distinguen entre los sonidos [b] y [v]; ambas letras <b> y <v> representan el mismo sonido [b]. Por eso, se confunden las dos letras en este letrero. Además, la omisión de <N> en la palabra <PASEN> puede venir de una falta de cuidado. Otra hipótesis es que esta falta no es ortográfica sino morfológica en que una educación formal de nivel más bajo en español resulta en errores extendidos de concordancia. Ésta está de acuerdo con lo que describen Klee y Lynch (2009), que los bilingües transicionales y las personas que no han recibido mucha educación formal en español muestran la conjugación verbal inestable.

Imagen 7. Letrero en que se ha escrito <k> en vez de <qu> (<Marke> en vez de <Marque>).

Imagen 7 nos presenta otro ejemplo de un error grafémico muy similar. Se explica la sustitución de las letras <qu> por la <k> del mismo modo. En la mayoría de dialectos del español, ambos grafemas <qu> y <k> representan el mismo sonido [k]. Por esa principal razón, se confunden estas dos letras. Pero este letrero nos da un ejemplo más concreto de la transferencia lingüístico de inglés porque la <k> aparece en la traducción inglesa de la palabra <marque>, que es <mark>. Esto promueve la ortografía de <marke> aunque la secuencia <ke> no es tan ortográficamente común.

Imagen 8. Letrero en que se ha escrito <ll> en vez de <y> y <v> en vez de <b> (<Guallaveras> en vez de <Guayaberas>).

En Imagen 8, vemos la misma confusión entre las letras <v> y <b> por la misma explicación más arriba. El otro error es explicado por el yeísmo; o sea, los hispanohablantes de Fruitvale hablan un dialecto yeísta en que ambas letras <ll> y <y> se pronuncian como el sonido /ʝ/. Por eso, se confunden las dos letras en este letrero. Un error de este tipo no sería común en lugares que distinguen entre /ʝ/ y /ʎ/ como ciertas partes de España.

Imagen 9. Letrero en que se ha escrito <SS> en vez de <S> (<PASSAPORTE> en vez de <PASAPORTE>).

Imagen 9 muestra la transferencia lingüística de inglés. La secuencia <ss> no existe en español; así que, esta falta de ortografía tiene que ser influida por la traducción inglesa <passport> en que sí aparece esta secuencia de letras.

Imagen 10. Letrero en que se ha cambiado las posiciones de <O> y <U> (<COSTUMER> en vez de <CUSTOMER>), se ha añadido la <h> superflua (<HOJO> en vez de <OJO>), se ha escrito <C> en vez de <S> (<CI> en vez de <SI>), se ha dibujado la <N> al revés y se ha escrito <BIEN> en lugar de <VIENE>.

Imagen 10 es muy sobresaliente porque sus errores ortográficos están en ambas lenguas de español e inglés. En la palabra inglesa <customer>, la <u> representa el sonido /ʌ/ mientras la <o> representa el sonido /ə/, pero la única diferencia entre los dos fonemas o sonidos es la presencia de estrés (el /ʌ/ lleva el estrés mientras el /ə/ no). Así que, es muy claro qué tan fácil es confundir estos dos sonidos y, consecuentemente, las letras que los representan, especialmente en un bilingüe que quizás no hable inglés como su lengua primaria.

Con respecto a la confusión entre <c> y <s>, los hispanohablantes de Fruitvale son seseantes; es decir, no se distinguen las pronunciaciones de las letras <c>, <s> y <z> entre los sonidos /s/ y /θ/ como se hace en España. Se pronuncian estas letras como /s/. De eso, surge la confusión entre <c> y <s> en la foto. Además, la realización ortográfica del grafema <N> al revés aparece varias veces al lado del grafema correcto en Imagen 10. Por eso, este fenómeno es un posible indicio del sistema ortográfico inestable del escritor que puede venir de una elección estilística o una falta de educación formal que fortaleza un uso consistente de letras.

El reemplazamiento de <v> por <b> en <viene> sigue las tendencias descritas más arriba. Por el otro lado, la omisión de la <e> para formar <BIEN> en vez de <VIENE> es otro ejemplo de la falta de educación formal en español que resulta en faltas en la ortografía básica de palabras tal como <viene>. Además, el caso de <HOJO> en vez de la interjección <OJO> viene de la realización de la letra <h> en este dialecto como un sonido nulo, lo que causa la confusión en poner la <h> en frente de vocales sin consonantes precedentes.

La mayoría de estos errores de grafía o letras vienen del español; 4 (16%) de estos 25 errores están en inglés, incluso los ejemplos arriba. Para nosotros, la combinación de errores en ambas lenguas indica una transferencia bidireccional; hay rasgos lingüísticos de inglés que afectan los de español y viceversa. Además, el número de errores más alto en español sugiere que cualquier falta de educación o entrenamiento formal que resulta en estos errores es más desprovista para el español.

Avanzando a los errores de rotura de palabras que forman 1.3% de los errores, todos están en inglés y consisten en la separación de palabras compuestas (Figura 2).


Imagen 11. Letrero en que se ha escrito la palabra inglesa <Haircut> en dos palabras separadas <Hair> y <cut>.

El error mostrado en Imagen 11 es explicado por la ambigüedad que es inherente a las palabras compuestas. Las palabras compuestas, en general, suenan y aparecen lo mismo como si fueran separadas. Por consiguiente, solamente un hablante que ha recibido una educación formal y extendida en una lengua será capaz de notar todo su arsenal de palabras compuestas. Por eso, la escritura de <Haircut> como <Hair> y <cut> de Imagen 11 nos muestra que el escritor no recibió mucho entrenamiento formal en inglés.

Por último, el único error de la unión de palabras solamente forma 0.3% de los errores y está en español (Figura 2).

Imagen 12. Letrero en que se ha juntado las palabras <POR> y <FAVOR> para formar la compuesta <PORFAVOR>.

Este error en Imagen 12 puede tener la misma explicación dada para Imagen 11 que sugiere una confusión en palabras (no) compuestas debido a la falta de educación formal y extendida, pero la falta de otros ejemplos así indica que este error simplemente surge de la falta de cuidado al escribir el letrero.

Al analizar la distribución de errores según el sector socio-político-económico, la mayoría de los errores (97.2%) viene del sector privado (Figura 3). Esto tiene sentido porque el sector público provee letreros administrados por el gobierno, tales como los avisos de multas y signos de estacionamiento. Por lo tanto, estos letreros reflejan lenguaje más estandarización y muchas veces son procesados para corregir cualquier error notable. Entonces, la mayoría de errores que vemos es del sector privado.

El análisis de los errores según el tipo de negocio de los letreros en que aparecen no muestra un patrón claro (Figura 4). Creemos que este gráfico simplemente refleja la distribución general de negocios en Fruitvale y que los errores ortográficos no vienen de ciertos tipos de negocios más que otros.

Conclusión

En resumen, los resultados indican que los letreros de Fruitvale muestran errores a una frecuencia bastante alta, pero que estos errores, en general, son de acentuación de mayúsculas y de puntuación de los marcos de interrogación y exclamación en ambas posiciones en la oración. Estos resultados concuerdan con los estudios de Franco-Rodríguez (2007, 2008) que encuentran que los errores ortográficos más generalizados en los condados de Miami-Dade y Los Ángeles son la falta de signos interrogativos y exclamativos y la falta de acentos. Interesantemente, no encontramos errores en cuanto al uso de la tilde en la <ñ> que son muy presentes en esos condados según el estudio.

El análisis cualitativo de ciertos errores, especialmente los que se tratan de la grafía o uso de letras, reveló ciertos rasgos y efectos lingüísticos del inglés y del español hablados en Fruitvale. Apoyan que este dialecto de español es seseante y yeísta y que hay confusión entre letras que representan los mismos sonidos (ej. <b> y <v> por /b/). También algunos errores sugieren una transferencia lingüística del inglés al español de Fruitvale con respecto a la ortografía de palabras cognadas (ej. <PASSAPORTE> y <Marke>). A pesar de esto, no todos los errores vienen de rasgos lingüísticos pero pueden reflejar una falta de educación formal en cualquier lengua debido a una ausencia de recursos. La Proposición 187 de California, por ejemplo, limitó los beneficios públicos para los inmigrantes indocumentados en 1994 por varios años (Ballotpedia, 2019). Fue revocada en 2014. Además, la Proposición 227 de 1998 estableció el requisito de poner los estudiantes de “Limited English Proficiency” en clases exclusivamente enseñadas en inglés. Esta proposición fue revocada en 2016, pero tenía el efecto de eliminar las clases bilingües en escuelas públicas (Ballotpedia, 2019). Así que, sería esperado encontrar que la población inmigrante e indocumentado en Fruitvale falta la educación formal público y, consecuentemente, el entrenamiento básico en la ortografía española e inglesa.

Con respecto a los factores extra-lingüísticos, los errores vienen más del sector privado porque el sector público es estandarizado por el gobierno. Además, la distribución de errores según los tipos de negocios no reflejó un patrón interpretable; pareció representar la distribución general de negocios en Fruitvale.

Este estudio tiene ciertas limitaciones. Primero, todo el análisis ortográfico fue hecho por una sola persona . Así que, no había otra persona para corregir cualquier error en el análisis. Y por el tamaño del corpus para una sola persona, no era posible regresar y analizar el corpus múltiples veces para encontrar más faltas ortográficas; todos los resultados vienen de un solo paso por las transcripciones. Segundo, los temas (ortografía, préstamos, lengua que domina, etc.) según ciertos factores que se superponen (ej. el tipo de negocio) fueron analizados separadamente por diferentes equipos. Así que, estos resultados pueden ser diferentes por los temas.

Para las futuras direcciones del estudio, el análisis será más enriquecido con más tiempo para estandarizar e incluir más parámetros (ej. si los errores aparecen en letreros con préstamos y calcos) para explorar más el efecto de contacto de lenguas. Además, con un corpus más grande, tendríamos un número de datos suficientes de cada sector o tipo de negocio de interés. Eso nos ayudaría a normalizar las frecuencias de errores según estos factores extra-lingüísticos y hacer posible más interpretaciones. Por último, es claro que una exploración más detallada y la verificación de estos resultados por más gente fortalecería la integridad del estudio.

Bibliografía

Ballotpedia. (2019). California Proposition 187, Illegal Aliens Ineligible for Public Benefits (1994). Retrieved from https://ballotpedia.org/California_Proposition_187,_Illegal_Aliens_Ineligible_for_Public_Benefits_(1994)

Franco-Rodríguez, J. (2007). El español en el Condado de Miami-Dade desde su paisaje lingüístico. Lingüística En La Red.

Franco-Rodríguez, J. (2008). El paisaje lingüístico del Condado de Los Ángeles y del Condado de Miami-Dade: Propuesta metodológica. Círculo De Lingüística Aplicada a La Comunicación, 35(3), 43rd ser.

Gil de Cañas, H., Maikeiris, A., Wilmadys, B., Anilda, D., Karleiny, M., Orlady, R., & Mariangel, V. (2010). Ortografía, acentuación y puntuación. Ciudad Bolívar, Venezuela: Universidad De Oriente – Núcleo Bolívar.

Klee, C. A., Lynch, A. (2009). El contacto del español con el inglés en los Estados Unidos. En El español en contacto con otras lenguas (pp.193-262). Georgetown University Press.

Millán, J. A. (2015). Perdón imposible: Guía para una puntuación más rica y consciente. Barcelona: Ariel.

Real Academia Española. (2012). Ortográfica básica de la lengua española. España: Espasa Libros.

Real Academia Española. (2019). Tilde en las mayúsculas. Retrieved April 27, 2019, from http://www.rae.es/consultas/tilde-en-las-mayusculas