Para López Mateos era un instrumento auxiliar del desarrollo general, que en América podía hacerse mucho por la cooperación internacional ligado a su visión de paz (en ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales).
Señaló que se normaría bajo dos cosas: el no aceptar que nada vulnerara la soberanía del país y no negar el esfuerzo que pueda servir para mejorar la concordia de los países y la condición de vida de los hombres.
Conforme fue avanzando el sexenio, su política exterior se basó en dos fundamentos: el primero, de mantener una posición de relativa independencia frente a Estados Unidos y el segundo, el esforzarse por diversificar las relaciones internacionales de México tanto políticamente como económicamente, por lo que abrió las puertas de México al mundo y trajo el mundo al país.
Con altas o bajas la relación bilateral desde hacía varios años se conservaba en relativa armonía. Pero lo que preocupaba a Estados Unidos a la llegada de Adolfo era la posición de México hacia el régimen socialista de Cuba. Durante el sexenio pudo mantener una cierta independencia del país vecino ya que fue el único que mantuvo relaciones con Cuba de forma ininterrumpida.
El 26 de junio de 1962, recibió al presidente Kennedy, donde ambos mandatarios decidieron poner fin a la disputa por la franja de 600 acres "El Chamizal", la cual fue devuelta a México años más tarde con Gustavo Díaz Ordaz.
La cooperación era necesaria para impulsar el desarrollo económico de México y tuvo efectos positivos en la política del desarrollo estabilizador de su sexenio.
Las muestras de amistad se veían en la política exterior de México, defendía la no intervención y autodeterminación de los pueblos. En la Conferencia Interamericana en Punta del Este, México se rehusó a apoyar las medidas que implementarían hacia Cuba por la amenaza que representaba para la paz continental, según Estados Unidos, y sobre todo cuestionó los procedimientos que se estaban llevando a cabo para terminar con la revolución. Aunque meses después condenó la instalación de misiles soviéticos en territorio cubano, pero no la justificó como motivo de ataque armado. Con esto trató de recalcar su independencia relativa y evitando que los cubanos apoyaran a la guerrilla en México.
Durante los primeros días del mandato, en diciembre de 1959, López Mateos rompió relaciones con el gobierno de Guatemala, presidido por el general Miguel Ydígoras Fuentes, por la agresión de la fuerza aérea guatemalteca contra barcos pesqueros mexicanos; sin embargo, al año siguiente estas se restablecieron y posteriormente, se reunieron cordialmente ambos mandatarios, terminando ahí el conflicto.
Inició el acercamiento político de México con los países No Alineados. Viajó a Yugoslavia, La India e Indonesia y tenía una estrecha relación con sus Jefes de Estado: el presidente Tito, el Sr. Nehru y el presidente Sukarno, respectivamente, que habían iniciado un movimiento político como respuesta a la Guerra Fría y a la formación de bloques antagónicos a nivel internacional.
Se sumó a los esfuerzos de integración económica: invitado por el Gobierno de Uruguay, el C. I. E. S. celebró una reunión extraordinaria al nivel ministerial del 5 al 17 de agosto 1961 en Punta del Este. Todas las Delegaciones (excluyendo a Cuba) concordaron en la urgente necesidad de acelerar el proceso de integración económica de América Latina, aun si fuese sin el respaldo de los fondos de la "Alianza para el Progreso".
El 8 de agosto de 1963 hizo pública la Declaración sobre la Desnuclearización de América Latina, invitó a los presidentes de Bolivia, Brasil, Chile y Ecuador. Se comprometieron a evitar la fabricación, recepción y almacenamiento de armamento nuclear, igual que la realización de pruebas nucleares con fines bélicos.
El 18 de octubre de 1963, en Baden Baden, Alemania, fue concedida a la ciudad de México la realización de la XIX Olimpiada, que debía realizarse en 1968.
En 1964 la FIFA aceptó que en 1970 se llevara la competencia mundial de futbol en México.
El deseo de reforzar legitimidad del régimen con una política más activa en el ámbito internacional lo llevaron a realizar numerosos viajes proclamando su política de paz y desarme. Por estos constantes viajes los críticos le llamaban "López Paseos".
Eisenhower, Kennedy y Johnson
Charles de Gaulle
Nehru e Indira Gandhi
Tito
Dorticós
Reina Juliana
Haile Selassie
Manuel Prado
Jao Goulart
Jorge Alessandri
Rómulo Betancourt
Juan Bosch
Paz Stenssoro
Sukarno
Dag Hammarskjold
Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova